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5.8.20

¡Vaya herencia!


No 

Papá, piénsalo bien. Está en juego nuestro futuro

Que no

Nada, imposible, no quiere razonar. Piensa Juan tras la enésima discusión con su padre Ricardo, fundador de la empresa agroalimentaria “Conde de Chinitas” especializada en ofrecer productos de alta calidad gastronómica, aceites y vinos fundamentalmente.

Al frente de la almazara se encuentra Juan, el hijo mayor, muy estudiado en dos universidades donde se graduó en administración de empresas y el posterior master en dirección de  empresas conseguido en Inglaterra. La bodega es cosa de la enóloga de la familia, Amparo, su hermana. Entre los dos han conseguido mejorar la calidad de los productos e incrementar la producción que tiene muy buena salida en supermercados de nivel alto y tiendas de capricho. La empresa creada por su padre hace treinta años, florece gracias al talento de sus herederos.

Ricardo se mantiene en el cargo de Presidente de Honor y ejerce con mano de hierro los destinos de la familia. El consejo familiar es quien dirige los destinos de “Conde de Chinitas, S.A.” y de la propia familia. Ricardo mantiene el 50% de las acciones en propiedad, sumando el usufructo viudal le otorga la mayoría en el consejo.

En los últimos años, desde que doña Carmen les dejó, Ricardo ha vagabundeado sin rumbo, perdido sin la brújula que le guiaba, Por primera vez en su vida marchó de vacaciones a África a un safari. Nunca le gustó la caza, nunca hasta que se cruzó en su vida esa modelo retirada alemana, famosa por su facilidad para emparejarse con millonarios. Cristina. Conocía más camas que las kellys de los hoteles. Florecieron amistades en ambientes diferentes a los acostumbrados. Ricardo se pasó varios meses que no paró. Marbella, Mónaco, París, Baqueira en invierno, Madrid. Ya nunca estaba en la finca. Los negocios los gestionan sus hijos que atienden a los clientes con habilidad y profesionalidad más que contrastada.

La prensa rosa encontró en Ricardo un nuevo objetivo, siempre en fiestas, acompañado de jóvenes mujeres, más jóvenes que su hija Amparo. Y de manera repetida, Cristina, la alemana. Incluso surgió una supuesta hija ilegítima, embrollo que se solucionó en pocos días al divulgarse que había repartido su herencia en vida, salvo la participación en la empresa. La supuesta hija evitó luchar contra Amparo y Juan. Tenía todas las de perder.

Tras meses de líos de faldas, dedicación alemana, fiestas, viajes y juergas; Juan redujo los gastos de representación de su padre un ochenta por ciento. Llegó a un punto insostenible para la propia empresa. Surgieron los primeros encontronazos entre ambos.

Tras el safari, donde parece que fraguó nuevas amistades, Ricardo solicitó un préstamo a la Caja Rural con la garantía de la finca y respaldado con la solvencia de la empresa. Era el momento de emprender nuevos negocios. Cuando Juan se enteró, explotó de indignación. Amparo defendió a su padre frente a a rabia de Juan. Tiempo después se arrepintió por ello. La carga del préstamo compromete la viabilidad de la empresa de manera innecesaria. 

La oportunidad de negocio donde se metió Ricardo no fue tal, un trilerismo financiero de manual. Le engañaron y bien. Adquirió una sociedad en Suiza con un depósito bancario de mil euros.

La semana pasada llegó una demanda del juzgado, citan a Ricardo como investigado por los delitos de blanqueo de dinero y fuga de capitales.

Juan lleva una semana intentando que su padre les ceda las acciones de la empresa para evitar el desprestigio de la marca y la futura quiebra. Varios de los clientes más importantes, las grandes superficies comerciales, sensibles a la buena reputación de sus proveedores protegiendo la suya propia anunciaron que suspendían los pedidos hasta el esclarecimiento de las informaciones aparecidas. Sin esos tres clientes, la empresa no puede sobrevivir. Sin el préstamo en vigor, con ajustar costes habría sido suficiente mientras encuentras otros mercados, con la carga millonaria del préstamo es imposible vivir. Están en quiebra.

Papá, por última vez. 

Que no, la empresa no la cedo

Nos la va a quitar la Caja junto con la finca y el legado de mamá.

Mencionar a doña Carmen hace reaccionar a Ricardo, asiente y ordena llamar al abogado del consejo. 

¿Cuánto dinero necesitamos?

Con devolver a la Caja los seis millones, podemos vivir. Y saliendo tú de la empresa podríamos tener una oportunidad.

El dinero se soluciona, no hay problema. Pero hijo te voy a decir que quizá lo más inteligente es esperar y si la Caja ejecuta la garantía presentarnos en la segunda subasta y ganamos dinero

Mientras tanto la empresa habrá muerto y nuestros productos estarán fuera del mercado

Montamos otra empresa de nuevo

Papá, la reputación y el buen nombre son importantes en los negocios. No es posible reinventarse con otro nombre que ya no estamos en los años noventa. Y dime ¿qué has dicho del dinero?

Tengo el dinero, no se ha perdido en ninguna inversión fallida, simplemente lo gestiona un testaferro que me lo devolverá en el momento en que se lo pida.

¿Cristina? - interviene Amparo

Ricardo sin contestar, pone cara afirmativa.

Papá, ese dinero ha volado. Te ha engañado, como a tantos. Llámala delante de nosotros, verás.

La llamada telefónica confirma las sospechas de Amparo.

Ricardo deja una herencia negra, muy oscura. Su empresa herida de muerte, endeudada, sin ventas confirmadas, exceso de producción al fallar las  ventas y con el futuro muy comprometido, los mejores clientes abandonando su confianza, la familia descompuesta y él investigado por delitos fiscales. Si doña Carmen levantara la cabeza, una buena colleja le daría.

Ricardo pacta con los hijos cederles sus acciones, escribir a los principales clientes para explicarles que en todo caso, él no posee ninguna participación en Conde de Chinitas, S.A. y cambiará de residencia, se muda al piso de Madrid. Cristina sale de su vida, ya le ha desplumado. Sus hijos tienen unos años duros de trabajo para parar el desastre.

Ricardo, ¡Vaya herencia!


4.7.20

Prioridades





Andrés es muy impresionable a las noticias, con tres meses de reciente paternidad se descubre pendiente de la respiración de su pequeño, alerta por sus ruiditos, analiza las deposiciones, se ha convertido en un auténtico experto vigilante. 

Lo que más anhela cuando regresa del trabajo es comprobar el milagro de la naturaleza y que un ser tan pequeño y frágil tenga sus genes. Las primeras semanas le costaba dejarse llevar a la hora de dormir, la preocupación por vigilar la correcta respiración de su pequeño niño no le permitía conciliar el sueño. Debora todo lo que se publica sobre el cuidado de bebés y los peligros a los que se enfrentan, magnificados en las revistas para padres que publican cientos de recomendaciones y temores ancestrales. 

El temor a la muerte súbita le tiene a mal traer. Noche tras noche vigila la respiración del pequeño Borja hasta que el peso del sueño le vence definitivamente. 

La vida de Borja se rige por la regla del tres, dormir, comer y cagar. Sin piedad, de manera rutinaria hasta el punto de sumir en el caos la vida de sus padres incapaces de conciliar su agenda vital con la de su hijo. Todavía no han asumido que el rey de las agendas es Borja durante bastante tiempo. 

Al estallar la pandemia, el gobierno confinó a toda la población para limitar sus efectos. Menos a Andrés que al trabajar en un sector esencial le obliga a salir de casa cada día. Su angustia es creciente “¿y contagio a mi niño?¿y si por mi culpa enferman mi mujer o mi hijo? Me paso el día relacionándome con personas”. 

Tiene miedo. Ese sentimiento irracional nace de nuestros temores más profundos y acentúan los gestos de protección. Ese miedo se refleja en su postura al andar y en la obsesiva distancia de seguridad que respeta al hablar con otras personas. Reacciona compulsivamente lavándose las manos cada pocos minutos. 

En su empresa instauran un protocolo de seguridad médica para proteger la salud de sus empleados, deciden que determinadas enfermedades en apariencia inofensivas si se encuentran controladas con su medicación pasan a ser de riesgo y sus pacientes son retirados del servicio presencial por precaución. 

Andrés comprueba como en unos días una parte importante de los compañeros han iniciado la gestión de su trabajo desde casa. Siente envidia, le encantaría quedarse en casa evitando sus salidas de casa y el riesgo de contraer una enfermedad que pueda hacer peligrar a su Borja. 

Comienzan a presentarse casos de baja médica por enfemedad entre sus compañeros de empresa, cierran por precaución pisos y zonas. El protocolo es sencillo, una baja médica por covid supone de inmediato que los más cercanos a su puesto de trabajo, pasan a estar de cuarentena durante dos semanas. La envidia le lleva a una rutina autodestructiva, se queja continuamente de su mala suerte en comparación con otros departamentos que al no tener contacto con clientes toda la plantilla se encuentra trabajando desde casa. 

Marisa, su mujer, le informa que su compañera en la oficina está de baja con síntomas. Alerta máxima. El labio inferior de Andrés tiembla, sus ojos se le salen de las órbitas, la rodilla izquierda sube y baja de manera inconsciente. 

¿Y Borja? 

No pasa nada, no seas paranoico 

Vamos al médico, mañana mismo 

¿No crees que estás exagerando? 

Mañana a primera hora vamos. Voy a mandar un whatsapp a mi jefa para avisarla que llegaré un poco tarde. 


A la mañana siguiente, Andrés traslada en la consulta, sin dejar translucir su preocupación y su deseo, traslada al médico que su mujer comparte puesto de trabajo con una mujer de baja por el virus. El médico siguiendo instrucciones de la consejería de Salud, no profundiza mucho, les firma baja médica para las siguientes dos semanas como cuarentena preventiva. Se siente feliz, ha conseguido su objetivo, no tener que ir a trabajar y proteger a su Borja. Las dos semanas culminaron con una prueba diagnóstica que les confirmó que no habían estado contagiados. Negativo. El protocolo de seguridad médica de su empresa es más estricto que el establecido por las autoridades sanitarias. Envía el resultado de su prueba como documento para regresar a su actividad presencial. Una semana tardan en comunicarle que la prueba esta incompleta, para valorar su capacidad de contagio, debe aportar una prueba más completa. Quedan en avisar al laboratorio contratado para ello. Pasan otros diez días hasta que el laboratorio se pone en contacto con él. 


Yo estoy bien, de verdad, si hay compañeros más graves y urgentes, citar a ellos primero, claro, claro, yo me sacrifico, sigo trabajando desde casa. Gracias. 

Su mujer le mira muy sorprendida mientras escucha la conversación telefónica de Andrés. No se esperaba un comportamiento tan irresponsable.

Andrés, ¿estás seguro de lo que haces?

No te preocupes, estoy trabajando desde casa 

La verdad, poco ¿eh? Que tu jefa te llamó el otro día para ponerte las pilas. 

No te agobies que sé lo que me hago. 


Dos semanas más tarde finalmente se realiza de nuevo la prueba ampliada que vuelve a confirmar que es negativo y sin capacidad para contagiar. Mes y medio después va a tener que volver a trabajar a la oficina. Y eso no. gusta. 

Vamos a ir al pediatra, Borja está con unas décimas 

Le están saliendo los dientes, es algo normal 

Prefiero ir al médico. 


Nueva visita al centro de salud, esta vez al pediatra, Andrés exagera un poco la situación, las décimas de fiebre de Borja la une a un comentario de la baja por virus de la compañera de la madre. El médico pediatra les facilita una nueva baja laboral preventiva mientras fija periodos de observación para el bebé. Nueva comunicación a la empresa de la mala suerte que está teniendo. Dos semanas pasan rápido y antes de regresar a su empresa, comunica, de nuevo, con el servicio médico informando de la baja por presunto virus que alcanzó a su hijo. El médico le comunica que por precaución debe realizar una nueva prueba analítica que se demorará otras tres semanas. 

Resultado negativo, de nuevo. A trabajar. Su jefa le llama por la tarde. - Andrés, el servicio médico te ha declarado apto, mañana viernes te esperamos. 

- Mira, verás, tengo el coche sin batería, se ha descargado después de tantos días inmovilizado. Si no te importa, me encargo de llamar a la grúa y me quedo en casa trabajando a distancia, ya el lunes voy 

Mañana a las ocho, si no tienes coche, vienes en transporte público 


Las ocho, las nueve, las diez y las once. Andrés se presenta en su puesto de trabajo con tres horas de retraso. 

Disculpa jefa tenía que hacerme unos análisis por la alergia ¿sabes? Y el laboratorio se ha retrasado. 

Me tenías que haber informado ayer cuando hablamos. Tu hora de entrada son las ocho en punto, como siempre. No puedes hacer lo que venga en gana. 

Perdona jefa, no volverá a ocurrir 

Tienes que compensar estas tres horas de retraso Andrés nota las miradas de sus compañeros de actividad, ellos llevan más de dos meses luchando con los nervios de los clientes, con la situación provocada por tener más de la mitad de la plantilla de baja y ninguno se ha quedado en casa “trabajando”. Las cifras de ventas de Andrés son irrisorias, más en su contra. Los compañeros han perdido el respeto que tenía atesorado por su responsabilidad y dedicación pre-covid. En dos meses lo ha perdido entero, nadie se cree tantas enfermedades con analíticas desmintiendo la enfermedad. 

Que viene el lobo, le anticipan en la hora de descanso sus enfadados compañeros. 

Efectivamente, su jefa le hace llamar a última hora de la jornada para comunicarle que la empresa ha perdido la confianza en él. 

- Tienes treinta minutos para recoger tus cosas. Te ruego me entregues tu teléfono y la tarjeta de identificación. Un vigilante te acompañará mientras recoges tus efectos personales y te abrirá la puerta de salida. Te deseo suerte en tu nueva vida. Adiós Andrés

1.5.20

Pensamiento único doctrinario



¿Te has sentido atacado alguna vez de manera injusta?¿Has sido víctima de las consecuencia de una difamación?¿De una calumnia?¿Sabes convivir con la sensación de la indefensión?

Mi amigo Carlos, sí.

Francis Bacon sintetizó en 1625 con una frase lapidaria la ancestral técnica utilizada desde que el hombre se refugiaba en las cavernas para desprestigiar y atacar a un semejante. "Difama que algo queda". 

En la antigua Roma esta estrategia de comunicación y ataque político se popularizó hasta alcanzar su madurez más refinada. En una época donde una minoría culta, formada y elitista dominaba un imperio de ciudadanos poco formados, la tergiversación y las mal intencionadas informaciones sin necesidad de contraste eran fáciles de dirigir contra un objetivo concreto, las masas se encargaban de hacer justicia y sin ser conscientes de estar siendo utilizadas, cumplían los objetivos de la elite, esa a la que despreciaban y temían por igual. 

Napoleón Bonaparte resumió el libro "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo con una frase escrita, por el propio Emperador, en la última página del libro, que todos recordamos por haberla escuchado en alguna ocasión. "El fin justifica los medios". 

En pleno siglo XXI entidades del pensamiento único doctrinario han recuperado y unido ambas líneas de actuación, amparándose en la libertad de expresión, en sus capacidades de comunicación utilizando las redes sociales y otorgándose la exclusividad de la lucha por ayudar a los oprimidos y débiles. Estas entidades que se permiten el lujo de aconsejar y amenazar por igual, no tienen reparo moral en utilizar la difamación, utilizar una argumentación tergiversada, un relato ficticio con el único fin de crear una sensación de credibilidad, marcar como objetivo a mi amigo Carlos solo para dar falsa apariencia de verdad a su bulo. Anteriormente se encargaron de describir a sus huestes de seguidores a Carlos como la encarnación del enemigo identificándole como el único culpable de todos los males que soportan en la vida. En este caso laboral.

La difamación, convertida en arma arrojadiza con el único fin que perjudicar a la persona elegida como rival, deformar su imagen pública y desprestigiarle ante los compañeros, la encuentras en varias comunicaciones enviadas por determinadas Entidades de marca sectarias y "progresistas" que necesitan crearse enemigos externos para justificar su existencia.

Para ello novelan una historia de protección a su colectivo afín a costa del honor, la paz, la imagen y el sosiego de otra persona, no importa, ellos son mayoría, siempre tienen razón, pueden publicar lo que se les antoje. La otra parte no replica, prudente que es. Tiene abierto el camino judicial, incompatible con su derecho a olvidar y que le olviden. Sus trámites son lentos y le obligaría a revivir de nuevo la ofensa. Tentado se encuentra por defenderse aún  sabiendo que de hacerlo su disgusto de un día se prolongaría por varias jornadas debido a la reacción amplificada de la caverna progresista herida en su orgullo. Reaccionarán de la única manera que conocen, multiplicando sus ataques injustos y extendiendo sus bulos con la esperanza de que a fuerza de repetirlos consigan que se conviertan en realidad.  

Escriben creyéndose periodistas sin cumplir su código de buenas prácticas,  incluso el más inexperto plumilla conoce la obligación de contrastar la información antes de publicar la noticia. En el caso del pensamiento único doctrinario, se permiten el lujo de publicar lo que dicta su ideología sin contrastar la realidad de la vida. En las ocasiones que sienten una reacción contraria por parte de los lectores reaccionan explorando entre sus adeptos una minúscula confirmación de la parte más infinitesimal de su libreto. Si encuentran a una sola persona que les garantice, aunque sea de oídas, su versión, lo celebran con alegría pues entienden que se ratifica su historia inventada. En el caso que decenas de personas opinen y hagan conocer su disconformidad con lo publicado. Se inventan una nueva excusa. "Os habrá obligado a escribir la réplica" 

Pobre Carlos, hoy es 1 de mayo, Día del Trabajo. Sí, también del tuyo. Ten por seguro que gracias a tu labor, cientos de familias consiguen la mejor retribución posible gracias a tu ayuda para superar los retos y crecer en un mercado competitivo. Celebra tu día sin la compañía de la caverna ideológica. Te mando un abrazo muy fuerte lleno de comprensión, humanidad y compañerismo. 

Algunos de estos reaccionarios de plumilla celebran hoy el día de fiesta, lo hacen ciegos e incapaces de ver las consecuencias de sus actos del presente, no alcanzan a ver que el futuro les reserva la peor salida, la indiferencia social, entre otras cosas por el descrédito que supone ser origen de bulos y tácticas propias de dictaduras. Pido un minuto de lástima por ellos. Su tiempo ha pasado. Descansen en paz.

21.1.20

Anuncio corporativo

Esteban se apresura por el ancho pasillo franqueado por despachos acristalados, la planta noble es lo que tiene. Muchos despachos y salas de reuniones. Recibió una convocatoria urgente para una reunión plenaria en el aula principal junto con todos los responsables intermedios, los responsables del éxito de la compañía.
En la sala están todos. El anuncio es importante, está claro. Inquietud general, nadie sabe el motivo de esta reunión, unos especulan con cambios en el organigrama, otros con dimisiones. Especular es el vicio de los mediocres. Esteban se mantiene a la espera.
Entran la Presidenta seguida de la Consejera Delegada y el resto de su plana mayor, un selecto grupo de cinco socios fundadores. Tres mujeres y dos hombres, estos ya mayores, los padres de las actuales dirigentes que son primas entre sí.
Toman asiento, el silencio reina en la sala. Los treinta y cinco cargos intermedios, incluso los del apoyo administrativo y mantenimiento. Todos presentes y expectantes. No es un anuncio de ventas, es algo institucional.
Enciende el micrófono la Presidenta, doña África Maestre.
- Buenos días a todos, disculpad la urgencia de la invitación.
Curiosa manera de denominar a su convocatoria urgente, invitación, a ver si alguien tiene los suficientes arrestos como para obviarla. Sigue la Presidenta hablando.
- Esta pasada noche ha ocurrido un hecho relevante que afecta a nuestra compañía y os queremos hacer partícipes. Es un hecho que nos permitirá competir con las primeras firmas del mundo en nuestro sector. Cambiamos de la noche a la mañana, de ser líder nacional a referencia mundial.
Los asistentes se miran entre ellos buscando un anticipo sobre lo que está hablando. Esteban interroga con la mirada a Carmen, jefa de Gabinete de la Presidenta y fuente de rumores e informaciones. Además de compañera ocasional de Esteban en sus desfogues de algunos martes. Ambos cambian su hora de gimnasio por otros ejercicios físicos. Carmen no sabe nada. Qué extraño.
Toma la palabra la Consejera Delegada, Mónica Maestre.
- Buenos días a todas y todos.
Mónica abusa del lenguaje inclusivo, en ocasiones suena a ridícula, ridículo por la reiteración innecesaria. Quiere demostrar que dirige una compañía mayoritariamente femenina y con marcadas políticas inclusivas que no dejan de ser discriminatorias para los varones por razones de género.
- Esta pasada noche hemos llegado a un acuerdo de fusión con la compañía referente en nuestro sector en los últimos años, Fullpower.
El rumor se dispara en la sala. Fullpower es la empresa líder en nuestro mercado y a la vez famosa por su lejanía con los trabajadores por su política de personal al límite de la humanidad. Cada año debes demostrar que eres el mejor, cada año el tercio de los peores empleados en resultados son despedidos. Son unos auténticos tiburones sin alma. La segunda compañía del sector, la sueca Förskott se especializó durante años en pescar de ese tercio de despedidos. Ganó cuota mundial y arrebató clientes muy relevantes a Fullpower. Son famosos por la conciliación y su excelente clima laboral. Colaboradores habituales de nuestra compañía cuando coinciden intereses europeos en España. No se lo tomarán nada bien. 
Mónica sigue hablando, desgranando un torrente de datos, cifras, previsiones que la verdad, no importa más que a la primera línea del consejo. El auditorio necesita conocer qué va a ser de ellos.
- Para terminar, Mónica hace una pausa para asegurarse la atención del auditorio, informaros que en este momento cesan de sus funciones el Consejo, incluidas Presidenta y Consejera Delegada. Permítanme que les presente a John Möller, CEO de Fullpower.
Conecta en la pantalla la figura del nuevo jefe, sentado en el pico de la mesa de su despacho. Se trata de una grabación, por la diferencia horaria. La luz que entra por sus ventanas imposibilita que sea en directo. Habla desde Texas. Estados Unidos.
- Buenos días a todos en España, bienvenidos a Fullpower, el líder mundial que con esta adquisición se hace más fuerte y da un paso decidido por ganar presencia en Europa...
Su conversación enlatada es seguida por todos con atención, hasta los presentes con menor nivel de inglés, escuchan con atención e intentan descifrar el lenguaje no verbal con ánimo de adivinar sus intenciones con nuestros puestos de trabajo. El discurso es el propio de un acto protocolario de presentación, la sangre y los disgustos para otro momento.
Termina la reunión. La inquietud general sobre el futuro individual y colectivo abona los corrillos de compañeros preocupados. Con la mirada Esteban busca a Carmen, no se cruzan, la ve revoloteando cerca de África. Todo apunta a que Carmen comparte destino y sale de la compañía esa mañana. Luego la llamará. Se centra en un corro de compañeros dados a la pesadumbre y la depresión. Les deja con sus malos augurios. 
En la soledad de su despacho tiene un segundo de inspiración. Toma su teléfono y marca de memoria el número de Sara, su contacto de su mismo nivel en Förskott España
- Buenos días Estaban ¿Cómo estás?
- No voy mal, te llamo para darte una noticia en primicia, antes que abra el mercado
- ¿Una confidencia? Dime
Siempre se han caído bien, se respetan y admiran. Han trabajado muy bien juntos hasta el punto de labrar una amistad sincera, profesional y personal. El marido de Sara coincide con Estaban en el campo del Atleti cada quince días. Es buen tío y se llevan bien. El verano coincidieron una semana en  Marbella. La mujer de Esteban, Lourdes, hace muchas migas con Sara. El pegamento está extendido. Son casi familia.
- Nos acaban de anunciar que nos ha comprado Fullpower y echan a nuestras jefas.
- No jodas. ¿Y tú que vas hacer?
- Todavía no lo sé. Si necesitáis un experto como yo, estoy en el mercado.
- Esteban te llamo más tarde, entiende que debo dar la noticia.
- Corre a dar la primicia antes que otro se te adelante
Esteban se mantiene con la mirada fija en el teléfono. Empieza a notarse en shock. Marca el teléfono de casa para avisar a Lourdes.
A las doce de la mañana, recibe una llamada de Sara.
- Esteban. ¿Comemos juntos? Puede que tenga buenas noticias para ti.
El próximo mes, Esteban viaja a Estocolmo para negociar los flecos de su incorporación. No le gustan los yankees, prefiere a los rubios, ya les conoce, son de fiar. 
Por un momento piensa en reclutar a Carmen y mantener su idilio esporádico. Recuerda que Sara y Lourdes con amigas. Eso le hace desechar la idea. No conviene unir amor, familia y trabajo. 
En el mundo de yuppie no hay prisioneros, no hay amigos. No hay personas, solo números. Solo importan los resultados. 

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...