23.4.23

Feliz día del libro, escritores


 

Cada año, desde 1930, en España celebramos el día del libro el 23 de abril. Se eligió la fecha por una curiosa coincidencia, fue el día en que fallecieron tres grandes de la literatura mundial, Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega.

 

Alrededor de esta fecha brotan en muchas poblaciones y barrios ferias del libro y durante los próximos dos meses acercarán el libro a la calle. Un mercado activo y rentable.

 

El 9 de septiembre se celebra el día mundial de la agricultura. Y se preguntará, querido lector, a qué viene esto ahora. Cada vez que explico el reparto económico de los escritores me acuerdo mucho de la agricultura.

 

Los trabajadores del campo, aran, siembran, cuidan, riegan para meses después cosechar y encontrar el valor de su trabajo en manos de mayoristas que fijan precios en función de la oferta y demanda de los productos. Un buen año climático supone un exceso de producto lo que provoca precios bajos y un mal año, justo lo contrario aunque el mayor precio no compensa en ingresos por tener muy poca producción.

 

El agricultor vende su cosecha a unos céntimos y comprueba que el mismo producto puesto en el mercado ha multiplicado su precio en diez veces. La cadena de valor necesita de almacén, transporte, venta minorista... Cada paso tiene derecho a su margen de beneficio, lógicamente, y esa acumulación de pasos multiplica el precio final.

 

El proceso de escritura supone un esfuerzo de meses, en mi caso un embarazo, es el momento de la siembra y cuidados. Una vez terminado el manuscrito, queda corregir el texto, repasando el autor su obra y contratando una ayuda profesional de corrección. También contrastará la opinión de varios lectores beta que acercarán al autor sus impresiones sobre el contenido del libro, sus emociones al leer y si ha solucionado sus expectativas. Tras estos dos procesos, llega la cosecha. Que es dar por finalizado el manuscrito y comienza la oferta a las editoriales que se toman su tiempo en leer y valorar los centenares de manuscritos que reciben cada día. Si llama la atención de una editorial, varios meses más tarde, saldrá a la luz tras el trabajo de maquetación, edición, diseño de la portada, etc.

 

En este momento han transcurrido veinte meses, como mínimo, desde que el autor inició su obra. Comienza la promoción del libro, presentaciones, entrevistas en medios, si eres capaz de llamar su atención; asistencia a ferias, firmas de ejemplares en librerías, etc. El autor se ve atrapado en una cadena de eventos que requieren de su presencia y por lo general, los costes de desplazamiento y hospedaje van por cuenta del autor que ansía comprobar que su libro tiene aceptación y desea llamar la atención de los lectores y quién sabe si de una editorial de las grandes, de las que disponen de presupuesto para promociones y te ayudan a vender por miles tu obra.

 

Un año después del lanzamiento del libro, unos treinta y dos meses desde que empezó a escribir su obra, la editorial realiza la primera liquidación de los derechos de autor por un importe medio equivalente al 10% del precio de venta sin impuestos de los libros vendidos.

 

El resto del negocio se reparte entre la editorial, la distribuidora, las librerías y los transportes. La cadena de valor, igual que en la agricultura.

 

Con cada mordisco que doy a la manzana de mi almuerzo me solidarizo con el William Shakespeare que la cultivó aunque en justicia solo le llegará el resultado del primer mordisco, el resto será para la cadena de valor.

 

Feliz día del libro, escritores. En definitiva, escribimos por amor al arte y nos sentimos pagados por los aplausos, alguna reseña positivas o por un simple mensaje de ánimo de un lector sorprendido que decidió compartir su gozo con el autor.

 

Feliz día del libro, escritores.

3 comentarios:

  1. ¡Feliz día del libro! ❤️🌹📖 Muy cierto y una muy buena comparativa.

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  2. Feliz día , Ramón !

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  3. El Día del Libro es una celebración maravillosa que nos recuerda la importancia de sumergirse en historias que nos transportan a mundos inimaginables. ¡Hagamos de la lectura un hábito inquebrantable

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