26.4.20

Un mundo nuevo. Capítulo 7

Capítulo 7
Xiao Pi acude a la Asamblea Popular de China, el parlamento de su régimen. Entra con ceremonia en el salón, le reciben sus ministros, asesores y representantes en pié con cerrado y ruidoso aplauso. 
En general todos se regocijan del nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos, entienden que les traerá riqueza y una mejor vida en los próximos años. En primera fila y de manera evidente se hace notar el Ministro de Asuntos Exteriores, Li Nao, quien fue apartado de la delegación que viajó a la Cumbre a última hora por orden directa de Xiao Pi. Li Nao es el cabecilla de la facción más radical del partido que aboga por un conflicto armado que garantice alcanzar a China el ser la primera nación del planeta, subyugando al resto e imponiendo su cultura, lengua y mercado. Considera que firmar un acuerdo con América supone reconocer de manera implícita la superioridad de Estados Unidos. Una traición a la patria. 
A Xiao Pi no le pasa desapercibido el gesto retador de su Ministro, indica con un gesto a su asistente para que se acerque hasta su posición. Le susurra algo breve al oido antes que el asistente desaparezca tras la puerta lateral del escenario donde está su líder subido, recibiendo el aplauso mayoritario de la Cámara. El asistente desciende por la escalera lateral hasta el patio de butacas, acercándose hasta encontrarse junto a Li Nao. 
El Presidente solicita que suba Vd al escenario junto a él.
Una sugerencia presidencial en China equivale a una orden instantánea. Li Nao como buen militar de formación, se cuadra y acata la orden, subiendo al escenario, quedando a la espera de la señal del líder para acceder a su lado. Xiao Pi decide mantenerle un minuto en espera, pendiente si en algún momento descendían los aplausos rítmicos a la costumbre del partido. Transcurrido el minuto, levanta el brazo izquierdo para acoger la entrada de Li Nao y los aplausos vuelven a subir en intensidad. Li Nao es muy querido por sus compañeros, tiene una carisma muy fuerte. Todos le consideran el sucesor para cuando Xiao Pi decida dejar la política activa. Hasta que llegue ese momento, el Presidente es Xiao Pi, en el fondo desea que aparezca otro candidato pues en su opinión, con Li Nao en el poder, China entrará en guerra muy pronto. Sin saber calcular los miles o millones de muertos que eso traerá en la tierra. 
Li Nao se queda junto al líder en estado de firme, muy militar, muy digno. No mueve un músculo, en su interior la impaciencia por controlar el poder de la nación más poblada del mundo le corroe. Xiao Pi a su lado es  un anciano y en exceso prudente. Estamos desperdiciando tiempo para convertir China en la mayor potencia del mundo. 
Los aplausos amainan al fin permitiendo a Xiao Pi explicar a los representantes del pueblo cómo se desarrolló la Cumbre, agradece el trabajo del Ministro de Asuntos Exteriores que durante meses ha capitaneado las negociaciones con los americanos y los rusos. Gracias a sus trabajos previos, China ha conseguido un acuerdo comercial muy favorable que le convierte de hecho en el fabricante más importante de productos industriales y tecnológicos con destino los Estados Unidos. 
Como recompensa por sus servicios prestados a la nación, es mi deseo nombrar a Li Nao Vicepresidente primero del Gobierno y Ministro de Defensa. Es la persona que me sustituirá en el gobierno cuando me ausente del país. 
Los aplausos rugen con fuerza, los partidarios de Li Nao, mayoritarios en la Cámara, lo interpretan como el gesto definitivo para marcarle como el sucesor. Los menos adeptos, aplauden como se aplaude todo en la Asamblea Popular, con pasión patriótica que adormila la voluntad crítica. Todo les parece bien. Li Nao se ve obligado a adelantarse y saludar. No se esperaba esta maniobra del Presidente, está sorprendido y encantado por otra parte. Casi lo ha conseguido, solo le queda derrocar a Xiao Pi, hasta entonces tiene la oportunidad de aprender mucho de él sobre la gobernanza y el equilibrio de fuerzas.  



El Coronel Alexander Petrov decide ampliar la misión en China, contacta con la responsable de la célula 2 en Beijing, Olga Mamayev, trabaja como corresponsal de prensa para la prensa de Israel bajo el nombre de Esther Katz, gracias a su tapadera suele conseguir acceso en numerosos actos políticos y sociales. Dirige un grupo dormido de tres agentes con rasos asiáticos que viven en dos ciudades chinas muy pobladas, uno en Shanghai, además la pareja que se hace pasar por matrimonio que vive en Shenzhen, una de las ciudades más ricas del país situada al norte de Hong Kong. Petrov decide despertar al grupo de Olga. Shenzhen se encuentra a mil kilómetros de Wuhan, distancia suficientemente lejana como para no pasar riesgos y con comunicaciones rápidas para permitirles a los agentes poder apoyar a Yelena en caso de necesidad. 
Olga contesta la llamada como fija el protocolo, hace tres años que no habla con su superior, no obstante, reacciona como si ayer hubieran fijado la rutina de la conversación, demuestra un nivel profesional muy alto. 
Buenos días Esther. El Coronel mantiene la tapadera en previsión a una escucha de la llamada. El Director de Yedioth Ahronoth (Principal periódico de Tel Aviv, nota del Autor) desea contratar sus servicios, sigue con mucho interés sus crónicas desde China y considera que sería interesante para ambas partes llegar a un acuerdo. 
Y ¿Cuánto está dispuesto a pagar por noticia? 
Nuestro diario le ofrece un salario mensual y una prima por publicación. 
Mensaje entregado. El resto de la conversación aparentemente una corta negociación salarial incluye claves para determinar la hora de la nueva comunicación, esta vez cifrada, donde Olga recibirá las instrucciones concretas para su grupo.  



Adolfo llega pronto a casa de su hermano, sus ganas por compartir un rato con sus sobrinas superan la pereza de la merienda-cena organizada por su cuñada. Le cuesta socializar, es algo superior a él. 
Tío Adolfo, tío Adolfo. Sus sobrinas al verle en la puerta se abalanzan sobre él. 
Cuidado que me tiráis. 
Ana acude sonriente a medio maquillar, su alegría es sincera. Quiere mucho a su cuñado y, Dios le perdone, más aún desde que se fue Carmen. En el fondo no la aguantaba, era tan ... distinta, tan radical, tan de izquierdas que no pegaba con la familia. Lo único bueno. Era atlética. Abraza con fuerza a Adolfo que llega a sentir los pechos libres de su cuñada fijos en él. La dureza de los pezones de Ana le despierta en su cerebro el recuerdo de otros pitones célebres de pasadas faenas que ya había olvidado. 
¡Cómo me alegro que hayas venido! Pasa, pasa. ¿Has traído vino? No tenías por qué molestarte. Muchas gracias. Toma Pedro, ponlo a enfriar que es un blanco, nos viene muy bien para la cena. 
Adolfo se pone cómodo, siente una felicidad que no recordaba, una familia pendiente de él, los roces de cercanía, el olor a colonia fresca, ambiente de hogar. Por un instante envidia a Pedro. Unas niñas maravillosas, una casa preciosa, una mujer de bandera, una gran vida. Se alegra por él, se lo merece, es un buen hermano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tus sensaciones y emociones. Gracias

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...