13.8.20

Un cuento de verano


Emilio, prototipo de español medio, criticón, muy de opinar sobre todo sin experiencia en nada en concreto. Cierto es que durante un par de años dedicó mucho tiempo y esfuerzos a preparar su oposición, una vez asentado en el puesto público, su día a día laboral se acerca bastante a ver pasar la vida. Desconoce lo que es el esfuerzo para cerrar bien el mes, los meses malos de facturación, los intentos de venta fallidos, las exigencias de los clientes siempre insatisfechos, la competencia feroz en cada oportunidad de venta, el no llegar a fin de mes y el no tener pagas extras. Su puesto de funcionario le permite una vida cómoda, sin muchos lujos, con mucho tiempo diario para dedicar a su persona. Un horario cómodo, compañeros de oficina tan relajados como él que se convierten en tertulianos sobre la actualidad política y social cada mañana. 

Su ánimo le pide más actividad. Su vida cómoda de 8 de la mañana a 3 de la tarde no le llena su espíritu. Su afición por opinar de todo sin saber de nada unida a su habilidad en la expresión oral le abre las puertas de un programa de radio vespertino en una cadena local. Conoce a la locutora en una noche de concierto en un local del barrio que le ficha tras una serie de noches de pasión. El jodido es feo que te cagas y aún así gracias a su labia sabe cómo embaucar a las mujeres, que no le faltan en su cama. Tras unos meses en el programa de radio le permite dar el salto a una cadena nacional de medio pelo con línea editorial muy de izquierdas donde la crítica, la fábula y la demagogia fácil de vestir entre mensajes tradicionalmente comprados por sus oyentes. “El poder de las multinacionales”,” nos controlan las fuerzas ocultas de la derecha reaccionaria”, “que vienen los fachas”, “la fuerza de lo público”, “la libertad”, “república”, “derecho a vivienda”  y otras del estilo, son muy de su agrado.

Desde su estreno en la tertulia, Emilio destila demagogia populista sin importarle las incorrecciones formuladas, él en su línea de criticar todo lo que hacen las empresas más importantes del país, los empresarios más exitosos, los políticos tradicionales a los que describe como corruptos, franquistas, cobardes, inmovilistas o lejanos a la ciudadanía. Nadie se libra de su crítica desde su atalaya dogmática ataca a todo el sistema. Nota que sus seguidores crecen, se identifican con él todos los que se sienten oprimidos por la sociedad, los empleados precarios, los trabajadores de toda la vida, los de izquierda. 

Varios de sus compañeros de trabajo le animan a montar una plataforma reivindicativa para tratar de unir a los descontentos con el sistema. Consiguen apoyos en las embajadas de países con ideología extrema que sientes agraviados con el mundo capitalista y con España en particular. A través de estas embajadas contactan con políticos de esas naciones que les invitan durante las vacaciones a compartir en seminarios y congresos su visión de la economía y la sociedad española. No le cuesta, gracias a su habilidad en la exposición, conseguir fondos para alimentar la creciente plataforma de gente que se siente oprimida o simplemente poco valorada. Organiza una acampada ilegal en la Puerta del Sol, pagando cien euros la noche a los primeros voluntarios que se enfrentaron con los tímidos policías que se acercaron para frenar la planta de tiendas de lona. Tras nueve días, los cien euros volaron junto con sus voluntarios. Ya tenían relevo de otros espontáneos que no pedían nada y comenzaron a organizarse para el avituallamiento unos, otros para los debates continuos con ideas de todo tipo para organizar la vida de los españoles. Todo parte de suprimir el estado represor, cambiar las instituciones e implantar un modelo asambleario donde todo está sujeto a debate e interpretaciones. 

Consigue los cimientos donde lanzar un nuevo modelo de partido desde fuera del sistema, aunque asumiendo la legalidad y la organización habituales. Sus mensajes más repetidos son que no son un partido político y que están fuera del sistema. Su carisma cuando se dirige al público en las asambleas populares a las que asiste, crece sin remedio. Es el líder y todos le identifican como la cabeza de las ideas revolucionarias. Su carrusel de compañeras de alcoba que ascienden en importancia en la jerarquía dirigente es el ejemplo de nepotismo más claro de los últimos siglos en nuestro país. Finalmente el no-partido político se presenta a las elecciones europeas consiguiendo su escaño. Emilio ha pasado de ser un funcionario gris aburrido a eurodiputado en un par de años. Impresionante. Aprende a comportarse como un político bien regado con el altísimo sueldo de eurodiputado con todos sus privilegios en asesoramiento, viajes, estancias y premiado por dietas de asistencia. Es un ejemplo vivo de aquello que siempre criticó. 

Lleva mal las criticas a su nula gestión y a su nepotismo entre sábanas. Su reacción siempre es amplificar lo corrupta que es la derecha reaccionaria y las influencias de esta entre el empresariado que presiona a la prensa en su contra pues se siente que incomoda al poder vigente. Sus seguidores borrachos de mensajes negativos diarios, conscientes de que tienen una oportunidad para cambiar el mundo a su favor, no valoran la realidad de los datos, se creen sus mensajes sin dudar. Aprieta su equipo en España la bases populares, alentando la presión desmedida a las personas, sin importar los daños colaterales a menores o vecinos. “Escraches” les llaman e incluso encuentran justificaciones democráticas para explicar a sus seguidores que todo es legal, limpio, honrado y moral. 

Tanto ruido mediático, con mucha prensa pendiente de cada gesto, expresión o nueva acompañante. Sigue siendo la novedad y a la prensa le encanta lo que rompe lo habitual.

Nuevas elecciones y nuevo resultado favorable, toca reinventarse. Otra asamblea creada para vestir que el no-partido es un partido, que el antisistema, entra en el sistema y validar a los líderes. Primeros desencuentros entre los dirigentes. Los más románticos con la idea original de la asociación antisistema se dan de baja. No admiten moralmente el cambio a ser un partido tradicional, con normas y cargos tradicionales. Se compra una casa propia de un burgués, a un precio sorprendentemente barato para lo que fija el mercado en un entorno vecinal muy lejano a su ideología de boquilla. 

La historia se repite siempre entre las formaciones de extrema izquierda. Se desgastan en guerras internas, depuran a los disidentes para terminar siendo partidos tradicionales personalistas. El culto al líder, imagen perpetua en su propaganda. Lo que sea por tocar poder. Reinventarse, traicionar a las bases, mentir al electorado, expulsar a los colaboradores, aliarse con el demonio si es necesario, con los enemigos de la nación, con quien sea. Y lo consigue, justo cuando comienza a confirmarse la tendencia estadística de desgaste, pérdida de influencia y de votos. Seis años después, el triste funcionario con mucha labia, llega al poder. 

Algo cambia en el mundo de Emilio, ahora le critican cada decisión y comentario, cada gesto, cada alocución. Aprende a sufrir “escraches” que ya no son democráticos ahora son reaccionarios. Recurre para defenderse a las fuerzas del orden, antes represoras ahora garantes de su seguridad. Descubre un juez investigando que tiene indicios de actividad criminal por un lío con la tarjeta telefónica de una antigua colaboradora sobre la que se sospecha su cercanía con los servicios secretos de nuestro país vecino. Para colmo otro juez investiga la financiación ilegal, los sobre sueldos ilegales y la existencia de una caja con dinero opaco fiscalmente tras la denuncia de un antiguo empleado represaliado injustamente por el partido no-partido. 

Malos tiempos esperan a Emilio, la justicia le aprieta, su acción gobernante es insignificante para España y para las esperanzas de los que le apoyan. La prensa le ha perdido el respeto, le ataca sin piedad, con parecida virulencia a la que empleaba Emilio para atacar a los medios de comunicación. Busca maniobras de distracción desviando la atención hacia un debate estéril sobre la necesidad de la monarquía. Parece que España, en su mayoría, no es monárquica aunque los españoles valoran la figura del Jefe del Estado como garante de la unidad nacional por encima del mejor político.

Todo tiene su momento, la pasión, la moda, el frío y el amor. Emilio, tu compañero de poder tiene mucha historia detrás, incluso ha sobrevivido a dirigentes de todos los tamaños, incluso los que desmerecían su cargo. Como compañero de viaje ha demostrado en la historia que cada vez que se alía con un partido más a la izquierda consigue alimentarse de él y termina desgastando tanto al compañero que en las siguientes elecciones casi desaparece. Pregunta al PCE e IU. ¿Dónde terminarás, Emilio? Cuando los tuyos se queden en casa desanimados por la espera a que su cuento imaginario se haga realidad. 

Los cuentos, cuentos son.

1 comentario:

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Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...