11.12.22

Pedro el guapo

 



Comienza su jornada pronto, muy pronto, unos pocos minutos pasadas las cinco de la mañana. Sin pereza desfila hacia el cuarto de baño con un cuidado supremo para respetar el descanso de Begoña. Su mujer siempre necesitó dormir mucho más que él. Ese es su secreto para mantenerse bella y deseable con esa piel que al rozarse provoca en Pedro una reacción física muy evidente mientras su deseo carnal se apodera de su mente.

 

Tras una ducha larga y vigorizante, dedica unos minutos a afeitarse con su cuchilla preferida frente al espejo empañado por los vapores del agua caliente. Con la toalla que cuelga junto a su lado del lavabo limpia en vaho del espejo para poderse ver. Se encuentra guapo e irresistible en su desnudez. Se peina con precisión cuidando su mechón canoso que le favorece mucho en las fotos. La imagen es lo primero. Besa al aire con un gesto dirigido a su reflejo, sonríe. Se siente preparado para el día que tiene por delante.

 

Pasa por el vestidor y elige uno de sus trajes preferidos, solapa, talle y pantalones estrechos; ideales para presumir de percha. El color elegido para hoy es poco convencional, berenjena. Acompañará su serenata prevista para hoy, volar cualquier posibilidad de trabajo en conjunto con su compañero Alberto. No le soporta, sobre todo porque le recuerda a su padre. Siempre cumplidor, ordenado y lógico. Dotado de un enorme sentido común con el que compensa su falta de conocimientos técnicos. 

 

Hubo una época en la empresa en que los dos departamentos principales colaboraron y desarrollaron estrategias conjuntas. Resultado de esa unión de esfuerzos vinieron los mejores años para la compañía, ascenso de ventas, crecimiento de clientes satisfechos y un clima laboral envidiado. Ahora las cosas no funcionan así. Pedro está muy satisfecho por la colaboración recibida por parte de los negocios minoritarios que ante el riesgo de ser amortizados se echaron en brazos del más grande para convertirse en imprescindibles. Como pago a esta unión, han visto recompensados sus presupuestos de publicidad y medios aunque sus ventas se mantienen en los niveles previos.

 

Alberto mantiene su oferta de diálogo y colaboración, incluso alentado por los socios de la compañía que ven con preocupación la deriva de Pedro que, en ocasiones, da la sensación de que piensa que es él es el dueño de la sociedad. Nada más lejos de la verdad. Los socios le mantienen mientras la rentabilidad alcanzada cumpla los mínimos razonables y eso comienza a ser imposible.

 

La directora financiera ha alertado sobre la debilidad del balance previsto para el cierre del ejercicio. Sobre endeudamiento, baja actividad, mano de obra improductiva, exigencia de subidas salariales por encima de la rentabilidad por ventas y exceso de capacidad productiva inactiva. Un cuadro que anticipa problemas de liquidez y solvencia.

 

El plan de Alberto consiste en retener el gasto, ajustar la producción a la demanda, flexibilizar los contratos laborales de forma que la compañía sea capaz de satisfacer la demanda sin llenar los almacenes de productos con riesgo a convertirse en caducos antes de su venta. Incrementar la colaboración entre todos los departamentos buscando sinergias y mercados alternativos que permitan incrementar la actividad y los beneficios, aprovechar las ventajas fiscales para favorecer la modernización del equipo productivo con el fin de ser mucho más competitivos y optar a nuevos clientes.

 

El plan de Pedro es potenciar la publicidad. Promocionar la imagen de marca aprovechando su propia estampa personal, confundiendo al mercado con la identificación de marca y personaje. El incremento de los costes en publicidad favorecerá también a sus departamentos afines. Las ventas no mejoran tras mucho gasto en imagen haciendo dudar a los socios de la bondad de esta estrategia aunque los datos de un mercado en descenso se utilizan por Pedro para defender su estrategia vendiendo como un éxito mantenerse en niveles similares a ejercicios anteriores. –En un mercado descendente, estamos consiguiendo crecer en cuota de mercado– repite Pedro cada vez que se cruza con alguien encantado de escucharle unos segundos.

 

El comité ejecutivo de la mañana será muy parecido a los anteriores, los socios mayoritarios escucharán y se guardarán para ellos sus impresiones. Todo parece indicar que en la próxima Junta de accionistas tienen previsto un cambio de consejero delegado y esa es la esperanza de Alberto quien no desprecia la habilidad de Pedro para convencer a los socios mayoritarios gracias a sus medias verdades adornadas con una sonrisa y un control sobre unidades de la empresa que de no ser por él habrían desaparecido aplicando la lógica del mercado.

 

Regresa al dormitorio deslizándose sobre sus calcetines para no molestar con sus pisadas el descanso de Begoña que adorna la blanca almohada con su melena castaña rojiza. Reprime con fastidio el impulso por besarla, recoge su reloj que descansa sobre la mesilla y sale de la estancia en silencio. Las seis de la mañana, una buena hora para salir hacia la oficina, gusta de llegar el primero para dar imagen de ser quien dedica más tiempo a su labor y que vela por los intereses de todos. Imagen, nada más que imagen. Todos le conocen ya de sobra, todos han vivido en mayor o menor medida los sinsabores de la espera infructuosa por la solución de alguno de sus problemas perfectamente conocidos por Pedro y tras haberse comprometido en solucionarlo no ha hecho nada por ello. El culto por la imagen multiplica el número de retratos de Pedro colgados por todos los departamentos de la compañía, recuerda a la época de los retratos en blanco y negro con la foto del Caudillo presidiendo cada estancia. Otro ejemplo más de que no por mucho repetir un lema, una frase o una foto se es más popular.

 

El espejo del ascensor descubre que Pedro se ha cortado afeitándose. Una pequeña gota de sangre, aun brillante, justo antes de coagular adorna su barbilla y le otorga una apariencia mundana y cercana. Habrá que aprovechar la oportunidad. La imagen es lo más importante, a la mierda el consejo. Cambio de agenda: sesión de fotos y reunión con el departamento de comunicación. Las estadísticas confirman que las ventas se mantienen gracias a trasladar su imagen de "latin lover" y qué mejor ocasión que lucir un pequeño corte. 

 

Begoña sigue descansando, se ha apoderado de todo el ancho de la cama y del calor residual que Pedro dejó entre las sábanas. Repite el sueño que le traslada a varios años atrás cuando ambos eran jóvenes y diseñaron una vida en común llena de buenas intenciones y justicia para todos. Las fotos de ambos repartidas por la casa expresan complicidad, compañerismo y felicidad. La imagen se ha convertido en el motor de sus existencias, del resto ya no queda nada.   

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