Mostrando entradas con la etiqueta crítica social. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta crítica social. Mostrar todas las entradas

3.4.23

La santa semana



 

 

El espejo no miente. No solo el del dormitorio, todos los espejos no mienten. Gertrudis los evita todo lo que puede y solo los utiliza para lo mínimo imprescindible. El espejo del baño le devuelve su imagen, cabeza pequeña, cara de pito, mirada dura y altiva tras unos párpados caídos con bolsas ya perennes, cabello lacio recogido en un pequeño moño sujeto con horquillas negras, dos pelos rebeldes y duros que prolongan la silueta de la barbilla, cuerpo tipo pera con amplias caderas donde la celulitis expandió sus límites desde los años de su pubertad, pecho pequeño sujeto por los michelines de la cintura... Nada que agradecer a la genética ni a sus escasos cuidados. 

 

Odia las grabaciones familiares donde su voz aguda gobierna el sonido ambiente. Utiliza una entonación de maestra de la vida impartiendo clases no pedidas donde ella solo puede presumir de su escasa experiencia adquirida aunque sí que es experta en el arte del destripe de las vidas ajenas a las que dedica mucho tiempo de observación y censura. Adorna su comentarios con dichos y refranes populares herencia de un pueblo pequeño lleno de supersticiones y falto de educación que dejó hace décadas tras casarse con Ismael, el hijo del cabrero, con quien emigró para buscar mejor suerte en la capital.

 

Tras muchos esfuerzos, años de trabajos poco remunerados y gracias a la venta de los terrenos del pueblo heredados de tía Adela, consiguieron comprar un piso en la mejor zona del barrio que les acogió en su aventura en la capital. Como tantos a los que les costó la migración, se asentaron en el primer barrio que asomaba por la carretera de acceso desde su lugar de origen. Así coincidieron con vecinos procedentes de la misma región y entre todos perduraron sus costumbres, ritos y santidades festivas. 

 

La ciudad no traspasó los poros de Gertrudis, mantiene sus modales sin pulir, arrastra muebles, pasea con su zapatillas de tacón duro pasillo arriba y abajo, se pelea con las persianas cada mañana a la misma hora, grita con su voz de pito para comunicarse con el hijo del cabrero quien lleva años evitando las discusiones aislándose del mundo en un mutismo reiterado. Abren y cierran los cajones con brío, compartiendo con los vecinos su vida de mierda y celebran con indisimulada alegría la visita de sus nietos. 

 

La vida es una sucesión de milagros, increíble fue que tuvieran descendencia considerando la falta de atractivo de ambos. Del todo incomprensible es que su fruto consiguiera emparejarse tras heredar todos los genes carentes de belleza de sus progenitores. El pobre eligió a una réplica de su madre y de esta manera, los feos se protegen entre ellos perpetuando su especie.

 

El espejo devuelve su verdad, Gertrudis se reconoce tras la imagen de una anciana mal cuidada. Aparenta diez años más de los reales. –La mala vida que. ha dado Ismael, qué bien decía mi madre cuando me repetía que yo merecía algo mejor, incluso al hijo del farmacéutico– piensa mientras peina su flequillo para recogerlo en el eterno moño.

Para celebrar lo bien que se siente con su vida anodina y rutinaria, decide hacer una ronda de ruidos para molestar a los vecinos y recordarles que sigue en este mundo. Los vecinos saben que un día sin molestos ruidos significa que se ha ido o está enferma. Nadie puede dormir en el barrio mientras Gertrudis esté despierta, nació para ser el marcador del sueño ajeno.

 

–Que se vaya de viaje, por Dios, como todos los años– rezan sus vecinos. Estando jubilada no se le ocurre viajar en épocas valle, sigue con sus rutinas y sale por semana santa. Unos pocos días sin ruidos, sin persianas abiertas a tirones, sin cajones golpeados, sin molestas pisadas, ni muebles arrastrados ni conversaciones a gritos. La santa semana que celebran los vecinos mientras imploran que la admitan en una residencia para mayores. 

12.2.23

El timo

 


El gobierno publicitario que nos toca sufrir tomó la decisión de subir las pensiones un 8,5% para paliar los efectos de la inflación. Noticia que sus medios voceros habituales, que viven de corear las consignas dictadas desde Moncloa, se hartaron de repetir y loar. Ya saben El País, la cadena SER y la maquinaria de boots para replicar por Redes Sociales todas sus decisiones. No solo para apoyar a su Presidente y evitar que pierda la sonrisa que embellece su rostro, sino por su propio convencimiento de que es lo mejor que puede dirigir España. 

 

Este gobierno que se autoproclama social porque dice que lucha por la clase media trabajadora (perdón que este eslogan ya no se repite por lo poco creíble que suena), el gobierno social que lucha por combatir la desigualdad y por las clases menos favorecidas (no sé si es creíble pero ahora corean esta idea) se encargó de darle publicidad a tan excelente noticia que alegró a los 9 millones de pensionistas y quién sabe a cuántos de ellos les influenciará en su decisión de voto en las siguientes urnas.

 

De los 9 millones de pensionistas, unos 2,1 millones de ellos cobran pensiones bajas, las inferiores a 8.000 euros al año si viven solos o por debajo de 10.000 euros al año si tienen una persona dependiente (cónyuge o descendiente). Estas pensiones bajas se benefician de complementos de mínimos para llegar al mínimo de pensión. Pues bien la subida del 8,5% es sobre la cuantía de base y de la misma manera se rebaja de los complementos de mínimo. Como resultado la actualización de la pensión definitiva es cero o cercana a cero. Es decir los pensionistas con rentas bajas no ven actualizada su pensión para compensar la inflación. ¿Dónde queda de del gobierno que lucha por las clases menos favorecidas? Sin duda, en la publicidad.

 

El resto de los pensionistas se alegran con su nueva pensión tras la subida aunque la sonrisa dura poco tras comprobar que la subida se enfría por las nuevas retenciones que les minora la subida ya que se enfrentan a una nueva tabla de retenciones que el gobierno no ha deflactado, es decir ha evitado actualizar el efecto de la inflación. Esto en la práctica significa una subida de impuestos para todos ellos ya que los contribuyentes que pagaban un determinado nivel de impuestos en 2022 crecerá con nuevos contribuyentes que gracias a esta subida del 8,5% superarán su renta anual y pagarán más impuestos por ello. De nuevo , el gobierno que lucha por todos nosotros.

 

En febrero la AEAT ha iniciado un nuevo cálculo de retenciones de nómina para pensiones inferiores a 35.200 euros anuales motivado por el cambio de la exención de los primeros 14.000 euros que pasa a ser de 15.000 y a la rebaja de las retenciones en el IRPF de las rentas inferiores a 21.000 euros. PERO no ha bajado la tabla tributaria para estas rentas, luego es jugar con un efecto ilusorio. Más dinero en la mano para los pensionistas que deberán enfrentar a liquidaciones de IRPF del año que presentaremos desde el mes de abril de 2024 donde los pensionistas pasarán a tener un resultado a pagar o bien verán reducir sus devoluciones. ¡Ah!, que posiblemente en abril tengamos otro gobierno, ¡será casualidad!

 

El resultado final dependerá del nivel de renta de cada pensionista. En el caso de una pensión media se colocará en 1.364€ al mes (19.069€ al año) pagará 170€ extra de impuestos. Según fuentes de la REAF (Registro de Economistas Asesores Fiscales) para las pensiones máximas de 3.059,70€ mensuales el 8,5% de subida se quedará en neto en un 5,3% que bien firmaba cualquier asalariado español.

 

¿Quién gana? Pues algunos pensionistas que ven crecer en mayor o menor medida sus ingresos y de una manera muy por encima del conjunto de los trabajadores que difícilmente verán actualizadas sus nóminas por la inflación. Y Hacienda, que somos todos, incrementará de manera extraordinaria sus ingresos con este colectivo entre 1.700 y 2.000 millones de euros en el año 2023, fruto del resultado de no deflactar las tablas del impuesto de la Renta.

 

Doble timo, por un lado las pensiones bajas no se actualizan en realidad y por otro lado, los demás tienen que pagar más impuestos por su pensión. Gana Hacienda, que somos todos.

 

A mí como economista me parece que subir las nóminas o las pensiones en el mismo porcentaje que la inflación, lo único que hace es alimentar a la misma inflación. La contención de los salarios es impopular e injusta porque es sostener el freno a "la calentura" de la economía, la inflación, entre los millones de trabajadores y pensionistas que sostenemos la economía del país. Y a la vez, inevitable. Si el gobierno toma la decisión de subir las pensiones con el coste inflacionista que tiene, no lo puede hacer bajo engaño y compensar la subida de ingresos con mayores impuestos que utilizará para mayor gasto no productivo que también alimenta la inflación. La trampa circular. 

 

¡Ah! que nos gobiernan con ideología de izquierdas. Pues ya sabe señor y señora pensionista, el gobierno cobra más impuestos porque sabe mejor que usted en qué se necesita gastar. En su mejor vida, comida, calefacción y ropa parece que no.

28.1.23

Educación inclusiva

 



Educación inclusiva, sostenibilidad, justicia, honradez, igualdad, son todos conceptos loables y deseados que se convierten en objetivos por los que luchar porque no llegamos nunca a alcanzar su nivel óptimo. Definirse como inclusivo, sostenible, justo, honrado o igualitario intrínsecamente no es más que una mentira a medias, utilizamos estos adjetivos como una definición reconociendo que hemos alcanzado una medida superior al resto de la sociedad sin admitir que estamos lejos de conseguir implantar estos objetivos entre toda la humanidad.

 

Me voy a quedar con el primero de la lista, la educación inclusiva y para ello, permíteme querido lector, que hable en primera persona. Colaboro desde hace más de siete años con Fundación Oxiria, entidad que forma a jóvenes con discapacidad intelectual que han dado por finalizado sus ciclos escolares y buscan una orientación para la vida con el objetivo de la inclusión laboral. 

 

Fundación Oxiria ofrece un título propio en ISEP-CEU: "Auxiliar en actividades de Comercio, Servicios y Arte floral", además de ampliar las oportunidades de estos jóvenes, una vez que se gradúan, con una salida para los jóvenes con dos programas de continuidad. AMI (Acompañamiento para el Mundo Inclusivo) y, el que es el deseo de todos los jóvenes, PIL (Programa de Inserción Laboral) donde los alumnos ya han firmado veintitrés contratos laborales en empresas con alto compromiso por la integración. Estos dos últimos programas se desarrollan en las instalaciones del CES Don Bosco.

 

Los estudiantes de Fundación Oxiria tienen la oportunidad de estudiar compartiendo espacios y ambiente en centros de estudios superiores, normalizando el contacto con estudiantes de grado superior de Formación Profesional o en ambiente universitario. Son ejemplos reales de inclusión. 

 

Comparten todos ellos la edad, el físico, sus inquietudes por el ocio, la tecnología, las relaciones humanas y los deseos propios que demandan sus hormonas con pocos años de entrenamiento adulto. La inclusión no equivale a igualdad ni a homogeneidad, la inclusión es respeto por la diferencia hasta el punto de que convivo dando el mismo trato que espero que me dediquen a mí. 

 

El otro día en clase les preguntamos a los alumnos de Fundación Oxiria qué es para ti la discapacidad. –Es lo normal– dijeron sin mucha reflexión tal y como lo sienten. Qué mejor definición para reconocer la labor de los colectivos e Instituciones que colaboran con los alumnos de Fundación Oxiria. Expresamente hablo de los alumnos y personal tanto de ISEP-CEU como de CES Don Bosco, así como los alumnos voluntarios de CUNEF. Mi reconocimiento y admiración por todos ellos.

 

En esa misma clase compartí mi definición de discapacidad: "ver el mundo con la mirada limpia". En Fundación Oxiria compartimos esfuerzos y voluntad, además de los maravillosos profesionales que trabajan cada día, un total de dieciocho voluntarios que donamos tiempo por y para el bien de estos chicos. Cada vez que explico mi dedicación suele venir acompañada por el reconocimiento del oyente que lo valora como una gran labor y no me canso de explicar que yo recibo más de lo que doy. Los alumnos con discapacidad intelectual ven el mundo con el alma pura e inocente. Su capacidad cognitiva se quedó en la mejor de las edades, esa donde se desarrollan el amor incondicional y el cariño. Cada día que compartes con ellos te entregan: amor, gratitud, sonrisas y cariño. No hay moneda que pague esto.

 

Mantener esta historia de éxito cuesta mucho trabajo y necesita apoyo financiero. Tienes la posibilidad de apoyar a nivel particular o de como donante, padrino o mecenas. Solo tienes que ponerte en contacto con la Fundación Oxiria desde su página web (https://www.fundacionoxiria.org) o conmigo si te es más cómodo.

 

Está abierto el plazo de inscripción para nuevos alumnos para la promoción que inicia programa en septiembre de 2023. Si conoces alguna familia con hijo con discapacidad intelectual siempre que tenga autonomía para moverse solo por el transporte público o que pueda adquirir esa habilidad, no lo dudes, estás a tiempo para trasladar este artículo o ponerles en contacto. Quedan pocas plazas disponibles.

 

¿Conoces alguna persona en esta situación a la que desees un futuro en inclusión y con expectativas de inserción laboral? No lo dudes, llama o escribe a: ana_arroyo@fundacionoxiria.org (teléfono: 608012949).

 

11.12.22

Pedro el guapo

 



Comienza su jornada pronto, muy pronto, unos pocos minutos pasadas las cinco de la mañana. Sin pereza desfila hacia el cuarto de baño con un cuidado supremo para respetar el descanso de Begoña. Su mujer siempre necesitó dormir mucho más que él. Ese es su secreto para mantenerse bella y deseable con esa piel que al rozarse provoca en Pedro una reacción física muy evidente mientras su deseo carnal se apodera de su mente.

 

Tras una ducha larga y vigorizante, dedica unos minutos a afeitarse con su cuchilla preferida frente al espejo empañado por los vapores del agua caliente. Con la toalla que cuelga junto a su lado del lavabo limpia en vaho del espejo para poderse ver. Se encuentra guapo e irresistible en su desnudez. Se peina con precisión cuidando su mechón canoso que le favorece mucho en las fotos. La imagen es lo primero. Besa al aire con un gesto dirigido a su reflejo, sonríe. Se siente preparado para el día que tiene por delante.

 

Pasa por el vestidor y elige uno de sus trajes preferidos, solapa, talle y pantalones estrechos; ideales para presumir de percha. El color elegido para hoy es poco convencional, berenjena. Acompañará su serenata prevista para hoy, volar cualquier posibilidad de trabajo en conjunto con su compañero Alberto. No le soporta, sobre todo porque le recuerda a su padre. Siempre cumplidor, ordenado y lógico. Dotado de un enorme sentido común con el que compensa su falta de conocimientos técnicos. 

 

Hubo una época en la empresa en que los dos departamentos principales colaboraron y desarrollaron estrategias conjuntas. Resultado de esa unión de esfuerzos vinieron los mejores años para la compañía, ascenso de ventas, crecimiento de clientes satisfechos y un clima laboral envidiado. Ahora las cosas no funcionan así. Pedro está muy satisfecho por la colaboración recibida por parte de los negocios minoritarios que ante el riesgo de ser amortizados se echaron en brazos del más grande para convertirse en imprescindibles. Como pago a esta unión, han visto recompensados sus presupuestos de publicidad y medios aunque sus ventas se mantienen en los niveles previos.

 

Alberto mantiene su oferta de diálogo y colaboración, incluso alentado por los socios de la compañía que ven con preocupación la deriva de Pedro que, en ocasiones, da la sensación de que piensa que es él es el dueño de la sociedad. Nada más lejos de la verdad. Los socios le mantienen mientras la rentabilidad alcanzada cumpla los mínimos razonables y eso comienza a ser imposible.

 

La directora financiera ha alertado sobre la debilidad del balance previsto para el cierre del ejercicio. Sobre endeudamiento, baja actividad, mano de obra improductiva, exigencia de subidas salariales por encima de la rentabilidad por ventas y exceso de capacidad productiva inactiva. Un cuadro que anticipa problemas de liquidez y solvencia.

 

El plan de Alberto consiste en retener el gasto, ajustar la producción a la demanda, flexibilizar los contratos laborales de forma que la compañía sea capaz de satisfacer la demanda sin llenar los almacenes de productos con riesgo a convertirse en caducos antes de su venta. Incrementar la colaboración entre todos los departamentos buscando sinergias y mercados alternativos que permitan incrementar la actividad y los beneficios, aprovechar las ventajas fiscales para favorecer la modernización del equipo productivo con el fin de ser mucho más competitivos y optar a nuevos clientes.

 

El plan de Pedro es potenciar la publicidad. Promocionar la imagen de marca aprovechando su propia estampa personal, confundiendo al mercado con la identificación de marca y personaje. El incremento de los costes en publicidad favorecerá también a sus departamentos afines. Las ventas no mejoran tras mucho gasto en imagen haciendo dudar a los socios de la bondad de esta estrategia aunque los datos de un mercado en descenso se utilizan por Pedro para defender su estrategia vendiendo como un éxito mantenerse en niveles similares a ejercicios anteriores. –En un mercado descendente, estamos consiguiendo crecer en cuota de mercado– repite Pedro cada vez que se cruza con alguien encantado de escucharle unos segundos.

 

El comité ejecutivo de la mañana será muy parecido a los anteriores, los socios mayoritarios escucharán y se guardarán para ellos sus impresiones. Todo parece indicar que en la próxima Junta de accionistas tienen previsto un cambio de consejero delegado y esa es la esperanza de Alberto quien no desprecia la habilidad de Pedro para convencer a los socios mayoritarios gracias a sus medias verdades adornadas con una sonrisa y un control sobre unidades de la empresa que de no ser por él habrían desaparecido aplicando la lógica del mercado.

 

Regresa al dormitorio deslizándose sobre sus calcetines para no molestar con sus pisadas el descanso de Begoña que adorna la blanca almohada con su melena castaña rojiza. Reprime con fastidio el impulso por besarla, recoge su reloj que descansa sobre la mesilla y sale de la estancia en silencio. Las seis de la mañana, una buena hora para salir hacia la oficina, gusta de llegar el primero para dar imagen de ser quien dedica más tiempo a su labor y que vela por los intereses de todos. Imagen, nada más que imagen. Todos le conocen ya de sobra, todos han vivido en mayor o menor medida los sinsabores de la espera infructuosa por la solución de alguno de sus problemas perfectamente conocidos por Pedro y tras haberse comprometido en solucionarlo no ha hecho nada por ello. El culto por la imagen multiplica el número de retratos de Pedro colgados por todos los departamentos de la compañía, recuerda a la época de los retratos en blanco y negro con la foto del Caudillo presidiendo cada estancia. Otro ejemplo más de que no por mucho repetir un lema, una frase o una foto se es más popular.

 

El espejo del ascensor descubre que Pedro se ha cortado afeitándose. Una pequeña gota de sangre, aun brillante, justo antes de coagular adorna su barbilla y le otorga una apariencia mundana y cercana. Habrá que aprovechar la oportunidad. La imagen es lo más importante, a la mierda el consejo. Cambio de agenda: sesión de fotos y reunión con el departamento de comunicación. Las estadísticas confirman que las ventas se mantienen gracias a trasladar su imagen de "latin lover" y qué mejor ocasión que lucir un pequeño corte. 

 

Begoña sigue descansando, se ha apoderado de todo el ancho de la cama y del calor residual que Pedro dejó entre las sábanas. Repite el sueño que le traslada a varios años atrás cuando ambos eran jóvenes y diseñaron una vida en común llena de buenas intenciones y justicia para todos. Las fotos de ambos repartidas por la casa expresan complicidad, compañerismo y felicidad. La imagen se ha convertido en el motor de sus existencias, del resto ya no queda nada.   

27.2.22

Abusón

 


 

Tras muchos años olvidado, estos días he recordado a Vicente, el grandullón de mi clase que abusaba de todos los alumnos de su curso e inferiores. Incluso se atrevió a amedrentar a los del curso superior.  Un armario de tío, fuerte como un roble, hábil yudoca y boxeador pendenciero que nunca rechazaba una buena pelea. Siempre dispuesto a maltratar a quien consideraba débil solo porque le molestaba no encontrar rival de su nivel. 

 

Durante años sufrimos sus ataques, abusos, broncas y cambios de humor. Todos, salvo un puñado de amigos interesados que le acompañaban en todo momento disfrutando de la sangre derramada por cualquier infeliz que se cruzara en el camino del grandullón. Rodeado por sus cinco amigos con los que les une la pasión por infringir dolor a los demás. Me viene a la memoria un chico enclenque siempre situado a su izquierda, el único a quien escuchaba, le llamábamos Cerebro, era el único que pensaba del grupo. 

 

No recuerdo el día en concreto, ocurrió que Vicente decidió reventar a ostias la cara de su compañero de pupitre porque se negó a ayudarle durante el examen de matemáticas. Le pilló en el recreo y comenzó a pegarle sin piedad, izquierda, derecha, gancho de izquierda y sin dejar que se desplomara al suelo, le propinó una patada en la cara que contorsionó su cuello peligrosamente. Sin previo aviso, una llamada silenciosa de rabia unió a todo el patio, al igual que una manada de búfalos en la sabana africana todos a una cerraron su puños y rodearon al abusón. Todos fuimos conscientes que por separado no teníamos opción de lucha por la fuerza, pero unidos es otra cosa. Terminó mal la tarde para Vicente, Cerebro y sus cuatro amigos. Nunca volvieron al colegio, separaron al grupo que terminó repartido entre varios centros escolares tras la reacción y quejas de los padres de alumnos. 

 

Años después supe que Vicente no terminó sus estudios, conoció la cárcel por delitos con violencia y malvive gracias a los subsidios del Estado para gente sin formación ni recursos. A Cerebro le perdí la pista, habrá sobrevivido junto a otro matón necesitado de su visión estratégica a cambio de fuerza bruta que le defienda.

 

Ordena Putin atacar un país libre y democrático, Ucrania, al que hemos dejado solo militarmente por temor a que las posibles reacciones nucleares escalen un conflicto hasta el límite en el que nos juguemos la vida del planeta y la propia existencia de la raza humana. Estamos con ellos, todos de azul y amarillo, son nuestra primera línea de lucha por la democracia. Les ayudamos, con un poco de retraso, junto con nuestros deseos para que resistan hasta la victoria frente al invasor. 

 

Putin ha enviado soldados para matar y para morir. Sus familias y amigos no se lo van a perdonar. ¿Por qué no lucha él solo sus pelas y nos ahorramos sangre y sufrimiento de inocentes?

 

Nada bueno trae la guerra.

9.9.21

Desviar la atención

 

    

Es muy difícil mantener el equilibrio presupuestario que exigen nuestros socios comunitarios. Más difícil resulta cuando las presiones internas del partido en el gobierno demandan cumplir sus compromisos electorales y más concretamente en su autodenominada agenda social que no deja de ser una lista interminable de mejoras para determinados sectores de la sociedad con menos recursos, habitualmente los menos productivos para la economía nacional. 

 

La subida del precio de la luz de manera sistemática día a día cultivó durante semanas en el Ministerio de Hacienda un optimismo nacido del trilerismo fiscal. La subida de la electricidad incrementa la recaudación por efecto de su tipo porcentual. El milagro de los números estaba llenando las arcas del estado. Un tipo fijo supone mayor recaudación cuando sube la base imponible en euros. El 20% de 60€ son 12€; el mismo 20% de 120€ son 24€, por este milagro de los números desde el Ministerio de Hacienda sonreían ante la perspectiva del incremento en la recaudación y la posibilidad consiguiente de gastar algo en esa lista de deseos en la mal llamada agenda social. Todos recordamos el refrán, “La avaricia rompe en saco”, pues estos días se ha roto. 

 

Tanto sube el precio de la electricidad que el ruido social reivindicativo es creciente, los noticiarios abren sus espacios con la subida del precio en el mercado mayorista de la electricidad. Todos recordamos lo que ocurre cuando la prensa coge un hilo, le cuesta soltarlo. No hemos abandonado el hilo de la evolución de la Covid por países, comunidades y colectivos de edad. Tampoco han olvidado el aburrido hilo de la perpetua insurrección en Cataluña. ¿Recuerdas el pasado hilo de la prima de riesgo? Ahora ha tomado el relevo el precio mayorista de la electricidad y eso tensiona más a la clase política que utiliza estas noticias en función de sus intereses electorales.

 

Los mismos políticos que han sido incapaces de negociar una tarifa lógica para el consumidor en España permitiendo que el precio se fije por el sistema marginal (el más caro, sin duda), no han sido capaces de explicar que renunciar a la energía nuclear sube el precio del consumo de electricidad en los hogares y empresas. Tampoco han sabido explicar que su única idea para reducir el efecto invernadero de las plantas de generación de electricidad que provocan un exceso de emisiones de CO2 ha sido subir los impuestos lo que también sube el precio del recibo del consumo minorista. 

 

En definitiva y por no aburrir, la electricidad sube sin parar y ha superado el nivel de tolerancia de la sociedad. Esto quiebra la perspectiva del gobierno de recaudar más lo que les permitiría gastar en su famosa agenda social. 

 

¿Existe algo más social que permitir vivir de manera desahogada a las familias y negocios?, ¿Está en las obligaciones del gobierno luchar contra la inflación? La subida de la electricidad tensiona los precios de los alimentos y se traslada de manera inmediata al índice de precios con el que medimos la inflación. Tenemos costes asociados a la evolución de los precios y comprometidos en los presupuestos generales. Las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Un incremento de la inflación tensionará más los presupuestos generales del estado por estos dos compromisos, reduciendo recursos a otras líneas de gasto por el destino de los recursos para atender el incremento del coste salarial de funcionarios y pensionistas. ¿Dónde queda entonces la agenda social? 


El gobierno tiene un problema a corto plazo por el ruido mediático que supone enfrentarse cada día a la noticia de haber batido un récord en el precio de la electricidad. Tienen problemas con su mal socio de gobierno que echa de menos las manifestaciones y las pancartas en la calle, posicionándose como la oposición en el propio gobierno y que quiere evitarse el desgaste de la evolución del precio de la electricidad ya que les deja en evidencia ante la hemeroteca. 


Tiene el gobierno un problema a largo porque la inflación les impedirá comprometerse con gastos a futuro ya que ese dinero se lo llevará la subida salarial de la parte menos contributiva con la riqueza nacional y la creación de empleo.  

 

Los errores políticos se tapan con ocurrencias políticas y qué mejor que aprovechar la actualidad para atacar al partido llave en las próximas elecciones, a VOX que puede tener una influencia decisiva para la futura confección de gobierno de centro derecha en las próximas elecciones. Una denuncia por agresión de contenido homófobo ha sido utilizada de manera amoral por el gobierno con un doble objetivo, desviar la atención de la opinión pública sobre la subida del precio de la electricidad y como segundo objetivo, atacar a VOX culpándole de este crimen con el fin de desgastar su imagen y movilizar al desencantado votante de izquierdas.

 

¡Qué mala suerte! Resulta que la denuncia de la agresión ha sido falsa, un chapero para ocultar a su pareja su modo de vida y tras una cita sexual que sobrepasó los limites, se inventó la agresión para justificarse ante su pareja. Lo que no pudo imaginarse, el pobre hombre, era la repercusión que iba a alcanzar su mentirijilla. No pudo adivinar que tanto político tuviera interés en su caso.

 

Dos días más tarde, el caso policial se ha cerrado tras una investigación rápida y sobresaliente. Los políticos de izquierdas se esconden mientras se olvida el papelón oportunista que han tenido estos días o se justifican tras datos de la existencia de otras agresiones.

 

Por supuesto que el gobierno debe luchar para reducir las agresiones homófobas, para erradicar la violencia machista (la mal llamada violencia de género), para erradicar la creciente tendencia en las denuncias falsas de mujeres contra hombres, para eliminar los delitos de odio y para reducir el clima belicista que divide en dos al país. Eso es trabajar con visión a largo plazo. Están más habituados y cómodos creando lemas de campaña, movilizando durante unos días a los ministros para hablar, hablar y hablar. ¿Implantar planes y medidas para solucionar los problemas? ¡Qué pereza! No vaya a ser que cuando empiece a dar resultados esté gobernando el de enfrente. 

 

A todo esto, la luz sigue subiendo sin que se vea toma de decisiones para reducir su impacto. Se adivina que están haciendo números sobre dónde recaudar lo que van a perder por reducir el impacto fiscal en la factura de la electricidad, ya que no tienen la mano ninguna medida más eficaz para reducir de inmediato el coste para las familias. 

 

Querido lector, prepare su monedero porque otros impuestos nos subirán. Reducir el precio de la electricidad, aliviará la inflación y sus efectos perniciosos para la economía, pero el gobierno no se puede permitir el lujo de reducir la recaudación, tiene mucha agenda social donde quiere gastar.


Ay pinocho, últimamente nada te sale bien.

3.9.21

Valor y precio de un libro

 



Existen dos conceptos relacionados entre sí y coloquialmente hasta llegamos a considerarlos equivalentes. Valor y precio. Si avanzamos en la reflexión veremos que cada concepto tiene matices propios que nos ayudarán a diferenciarlos.

 

Precio es la medida en unidades monetarias con la que se cierra el pago de un intercambio comercial. Es el importe en euros u otra moneda al que cerramos una negociación.

 

Valor es el resultado de otorgar un precio imaginario a un bien. Fijamos ese importe en función de nuestro estado emocional, nuestros intereses, ilusiones y gracias a una comparativa de mercado basada en criterios aproximados un tanto limitados de datos contrastados.

 

Un ejemplo muy visual para comprender esta diferencia es la venta una casa, el vendedor le otorga un valor en función de sus expectativas, el cariño de sus vivencias pasadas en la propiedad, las obras de mejora realizadas a lo largo del tiempo y a un sondeo aproximado de mercado que ha realizado preguntando a los conserjes de la zona o entre los vecinos. El agente inmobiliario opinará, basado en su conocimiento del mercado, el precio de venta más ajustado al mismo. Finalmente, el precio será el importe al que cierren la operación de venta. En la mayoría de las ocasiones valor y precio difieren de manera significativa. 

 

¿Qué precio es el justo para un libro? El autor fija un valor en función del tiempo dedicado en su confección, su ilusión por vender y comparando ejemplares similares en temática y número de páginas. ¿Qué valor le otorga el lector potencial?

 

Habitualmente en redes sociales, donde la libertad de expresión alcanza un nivel muy alto, podemos ver solicitudes para conseguir libros gratis e incluso intercambios masivos de títulos. Cito mensajes textuales encontrados en los últimos días en Facebook:

 

–“Quisiera leer algún libro que me enganche, cual me recomiendan?, gracias y si me lo pueden enviar al correo electrónico en e pub lo agradecería”

–“Hola ¿Alguien tiene xxxxxx de xxxxx? para compartir. Gracias”

–“Buenas tardes ¿me podéis pasar la trilogía de xxxxx? Gracias”

 

Prestar libros ha sido, de siempre, una manera de compartir la cultura, en ese caso un libro solía tener una o dos vidas adicionales a la de su comprador. Todos recordamos el refrán que dice “libro prestado, libro perdido” y aun así los prestábamos a personas de confianza. En esos casos existió una compra que sirvió para dos o tres lectores, hasta que pasaba a descansar el ejemplar en una estantería.

 

Ahora de una manera relativamente sencilla tenemos la posibilidad de conseguir copias de libros de manera gratuita, pirateada pero gratuita. Copias ilegales de los libros más vendidos escritos por los mejores escritores, los más comerciales, se descargan a diario sin que de ese tráfico ilegal llegue recompensa alguna al autor.

 

¿Qué precio le estamos dando la cada libro?, cero.

¿Qué valor le otorgamos al trabajo del autor?, cero.

¿Qué valor nos otorgamos como lectores?, infinito.

 

La comparativa de mercado es demoledora, los libros de los autores más reconocidos en formato digital se sitúan cerca de los diez euros, el mismo ejemplar publicado en papel con tapa dura supera los veintiún euros. Los libros de autores con menor reconocimiento se venden a precios inferiores al euro. Incluso muchos de ellos por razones comerciales como promoción de salida, se ofrecen gratis durante unos días con el único fin de conseguir número de ventas que le ayuden a animarse a potenciales compradores que suelen repasar las listas de los más vendidos de la semana. En ese momento su libro digital tendrá un precio inferior a un euro.

 

Los lectores demandan poseer ejemplares de los escritores más reconocidos, de los más premiados o los de moda, pero no están dispuestos la desembolsar cinco, seis ni diez euros por un ejemplar digital, con ese mismo razonamiento tampoco están dispuestos a desembolsar 0,95 euros por un libro de un autor desconocido. En la sociedad del intercambio digital donde conviven con la sensación de que todo es gratis y puede ser conseguido sin pago alguno, el valor que se otorga a cualquier escrito literario publicado es cero.

 

Pregunta a cualquier lector enamorado del formato digital y te dirá que tiene dos o tres mil libros guardados en su ordenador por lo que no ha pagado nada en absoluto.

 

Querido piratilla, ¿has pensado qué valor le otorgas al autor?, ¿qué compensación merece el creador de la obra por la que disfrutas leyendo?, ¿estamos promocionando la esclavitud intelectual donde el autor crea sin recompensa monetaria la historia por la que los lectores disfrutan de las obras de manera gratuita? 

 

¿Hasta cuándo existirá este mercado sin tensiones? Me temo que mientras exista un exceso de oferta, será imposible dominar la piratería.

 

Querido lector, te necesitamos. Emocionalmente disfrutamos mucho cuando vemos cifras de lecturas en el blog, o los comentarios halagadores en redes sociales respecto a lo mucho que les ha gustado una de nuestras obras. También nos gustaría poder disfrutar de una recompensa por el trabajo.

 

La escritura se asemeja bastante al trabajo en el campo. Tardas un año en recoger la cosecha tras multitud de cuidados desde antes de la siembra, arar, plantar, regar, cuidar y tras meses, recolectar. Una novela lleva mucho trabajo previo y posteriormente una gran dedicación, durante meses, redactando y corrigiendo las historias. 

 

Si el escritor vende su producto conseguirá entre un cinco y un diez por ciento del importe de la venta, el resto del precio se lo reparten los márgenes comerciales de editorial y punto de venta, promoción, transporte y gastos. El agricultor verá que vende sus melones a céntimos de euro para después comprobar que en el mercado su precio se multiplica por treinta o más.

 

¿Cuál es el valor del melón?, seguramente su precio en el mercado que, al final, es el que determina la remuneración del productor restando todos los márgenes comerciales y de transporte. El agricultor sueña que ese precio de mercado es su valor aunque su precio sea treinta veces inferior. La oferta y la demanda son soberanas y fijan el precio final. Un precio muy bajo, cierto es. Pero es un precio y algo de ganancia le llega al productor.

 

¿Imaginas decirle al agricultor que debe regalar los melones y ser feliz contemplando cómo disfrutan los comensales del mundo?

 

Los libros no llegan ni a la categoría de melón porque existe un mercado enorme sin moneda de cambio donde se consume sin límite los productos de infinidad de autores a los que no se valoran. ¿Exceso de oferta? Sí ¿Exceso de piratería?, también.

 

Quizá escribir no tiene valor y no merece disfrutar de un precio. Menos mal que los escritores no vivimos de ello.

 

Piénsalo.

 

 

 




Nota final: Me emociona el haber superado hoy las 100.000 visitas, que son lecturas, a este blog. Es increíble conseguir que lean mis relatos tantas personas. Tengo los pies en el suelo y no me engaño, son lecturas gratis. Existe un libro publicado en Amazon con 39 relatos seleccionados entre los publicados en el blog. ¿Su precio? En digital 0,95€ y en papel 13,50€. Da igual, pocas ventas. No tiene valor.

27.7.21

Que no te veas en esta situación

 



Que no te encuentres en esta situación, no te lo deseo.

 

Cada funcionario realiza el desempeño de su trabajo siguiendo las instrucciones recibidas, sin incorporar funciones no encomendadas. A su vez, cada Organismo diseña el desarrollo de su actividad con un número interminable de normas e instrucciones a seguir por sus trabajadores.

El usuario que es contribuyente y sufridor a partes iguales tiene la obligación de adaptarse a la norma aunque sea desconocida para alguien ajeno al Organismo.

En la época del covid y post-covid los Organismos del Estado con la excusa de evitar el contagio han optado por limitar al extremo la cita presencial eliminando casi por completo el servicio público en persona, derivando al contribuyente al canal internet. 

Navegar y ser capaz de encontrar justo lo que necesita el contribuyente en las webs oficiales es un ejercicio de obstáculos ideal para entrenar la paciencia infinita.

El contribuyente, que no olvidemos es el que paga, se convierte en usuario y en diana en caso de que se equivoque. Recordemos que con la ausencia de atención personal por la pandemia cada contribuyente debe informarse, formarse y decidir por su cuenta sin asesoramiento. No recomiendo utilizar el avatar presente para ayudar al usuario porque pocas veces acierta en su búsqueda de soluciones.

El otro día, esperando en la calle mientras el vigilante jurado nos daba acceso en estricto orden de hora de cita, alimentaba mi curiosidad hablando con uno de los vigilantes mientras comprobaba si mi cita era correcta porque no les constaba aunque yo presentaba el correo electrónico y el sms con la concertación de la misma. Le pregunté por el número de usuarios atendidos cada día y su comparación con dos años antes. – Más o menos atienden a un treinta por ciento de los que venían antes de la pandemia – me dijo.

 

- ¿Y el número de funcionarios también se ha reducido? Vuelvo a preguntar

- No, son los mismos

- Luego trabajan un 70% menos que antes…

 

La conversación se interrumpe cuando el supervisor autoriza que pase al interior del edificio y me dirija al mostrador que me darán una cita nueva para esa mañana porque no saben qué es lo que ha pasado.

 

Esto no deja de ser anecdótico, una persona cercana me cuenta su experiencia con la Seguridad Social, incluso me enseña todos sus papeles. El caso típico de deshumanización de las Instituciones, donde la norma es más importante que la persona.

 

Este es un ejemplo para que analice el Ministro de Seguridad Social y determine qué parte debe mejorar del sistema, si es que hay que mejorar algo. Cabe la posibilidad que la culpa sea del ciudadano y no sería la primera vez ¿no?

 

Contribuyente que pide cita por correo electrónico dirigido a la oficina del barrio porque en la web no se puede pedir en el enlace de cita previa. Otra de las cosas de covid. Acude a su cita que es para darse de alta como autónomo por primera vez en su vida, hasta su reciente ERE siempre ha trabajado por cuenta ajena. La funcionaria le explica que el alta la debe realizar por la web, el contribuyente trata de hacerse entender que no domina ni la terminología ni los impresos que ya le ocurrió lo mismo en la AEAT.

La funcionaria consulta el alta en AEAT del contribuyente y le indica que hay un error. – Debe anular y volver a solicitar el alta, como se trata de una baja del censo un día posterior al alta y una petición de una nueva alta, no habrá problema-


Mal pronóstico, ahí empezaron los problemas, esa tarde tras el cambio en el censo de AEAT mi amigo se da de alta en la TGSS como autónomo en su ramo y le confirman por SMS su efectividad. Todo perfecto. Al mes siguiente le cobran la cuota de autónomo con bonificación, parece que todo está correcto y mi amigo inicia un negocio desde cero con muchos gastos y pocos ingresos. Todos le recomendamos que no fuera tan legal y esperara unos meses tras comprobar cómo le iba para cumplir con Hacienda y la Seguridad Social. Mi amigo es de los que las leyes se cumplen y si hay que cotizar, se hace, para eso el Estado bonifica a los nuevos autónomos.


Tres meses después revisando los movimientos de la cuenta bancaria, se encuentra que la han quitado la bonificación en la cotización. Empezar pagando 59,99 es asumible para un negocio que no despega, saltar a 286,15 euros es un problema. 


Mi amigo, de buen corazón, piense que debe ser un error de la TGSS y escribe de nuevo al correo electrónico de su oficina de atención porque en la web no encuentra explicación alguna. Al día siguiente, le contestan por correo, escrito solo en mayúsculas una película sorprendente que con el paso del tiempo se convertirá en una de terror. 

 

Presuntamente le citaron por un correo certificado que nunca llegó. El resto de comunicaciones iniciadas desde la TGSS sí que le llegan por correo electrónico y accediendo a la web con firma digital, esa comunicación curiosamente no llegó nunca. En el mismo correo le informa de que la TGSS publicó en el BOE la citación. En el servicio de notificaciones el BOE no aparece ninguna notificación de la TGSS a nombre de mi amigo, solo una antigua multa de tráfico del año 2015 en un municipio cercano a Madrid. En ese correo con mayúsculas le aclaran que la fecha de alta en el censo de autónomos en AEAT y en la SS no coinciden. Recuerde amigo lector la modificación que tuvo que realizar por un día de error. Esa disparidad de fechas supone perder la bonificación. Todo esto sin poder mi amigo explicarse.


Le ayudamos a preparar un recurso de amparo ante la TGSS que en este momento de la incidencia se otorga el papel de juez y parte, reservándose un plazo de tres meses para contestar. En el recurso de amparo adjunta toda la documentación, el alta errónea, su baja, el alto correcta, un certificado de la AEAT reflejando el alta y baja, copia de los correos y demás documentación pertinente.


No pasan tres semanas y mientras mi amigo espera con paciencia lo que él considera que será una rectificación de la TGSS porque está perfectamente demostrado que fue un error sin intención con el agravante de que no hubo comunicación alguna fehaciente de la TGSS hacia él; recibe una comunicación por correo electrónico, esta vez sí le llega. Para cobrar bien que se ocupan de que lleguen las comunicaciones. Le comunican una sanción de siete euros que por no discutir los paga para recibir la semana siguiente una propuesta sanción por los días que declaró el alta que fue dada de baja al día siguiente, con recargo.


Mi amigo, fiel a su costumbre de buen ciudadano intenta ponerse en contacto con el teléfono que viene en el documento de sanción y tras ocho intentos. OCHO vuelve a escribir al correo electrónico de su oficina de atención. A esta alturas ya lo tiene guardado en su agenda de contactos.


La respuesta no puede ser más cómica, le informan que le sancionan porque hay dos altas en AEAT y mientras no se subsane, la TGSS cobra los periodos. Mi amigo le vuelve a enviar el certificado de la AEAT donde se demuestra que eso no es cierto, recordando que ya lo ha aportado a la TGSS en varias ocasiones.

 

Siguiendo sus instrucciones de ayuda que recibe, aporta como documentación el certificado de la AEAT de nuevo en la página web junto con una carta solicitando que se trate ese error administrativo involuntario.

 

Al día siguiente, la puntilla, La Seguridad Social informa a mi amigo que le presenta recibo al cobro por todos los meses pasados desde su alta por el importe bonificado que ahora no tiene derecho. 

 

En total 1356 euros que debe pagar un nuevo autónomo que aún no ha conseguido beneficios por su actividad en los meses que lleva cotizando como autónomo.

 

Enhorabuena Sr. Ministro, su sistema ha conseguido llevar a la desesperación a un buen hombre, honrado y cumplidor. Atenderá esa deuda y cerrará el negocio. Prefiere mendigar un trabajo de mierda antes de que le quite la ilusión por levantar algo nuevo y además quebrado por la acción de la propia Administración.


En resumen en menos de dos semanas, entre el recibo inflado, las sanciones y el recibo del mes sin bonificación; mi amigo debe pagar a la Seguridad Social el equivalente a las ventas de todo el trimestre. No merece la pena. Gracias sistema, gracias Seguridad Social, gracias Sr. Ministro.

 

¿Qué habría pasado si un funcionario de esos que ahora dedican solo un treinta por ciento de su tiempo a atender al contribuyente hubiera llamado por teléfono a mi amigo pidiéndole todas las explicaciones necesarias?¿Habrían solucionado el presunto problema?¿Habríamos eliminado trabajo a Recaudación ejecutiva?

 

Siempre nos enseñaron que hablando se entiende la gente, la TGSS, por lo que parece, elige el camino del litigio y la apisonadora antes mi amigo. Aunque finalmente le den la razón a mi amigo en su recurso de amparo y en las sucesivas reclamaciones presentadas, que la tiene, ya será tarde. Un autónomo menos Sr. Ministro, un potencial creador de empleo menos.

 

Triste y real. Esta es la España oficial que vive gracias al esfuerzo de muchos como mi amigo que no pueden mantenerse.

 

Ha perdido la ilusión por emprender, se la han quitado. Buen trabajo, perder cotizantes es la principal labor del funcionario que se escuda en las normas para deshumanizar el trato con el ciudadano.

 

 

6.7.21

Orgullo y prejuicio

 



Acudir como invitado a una boda sin conocer a nadie supone superar una prueba de obstáculos. Te enfrentas al juicio silencioso de las miradas escrutadoras de las propias del lugar, a la dificultad de conseguir mantener alguna conversación inteligente y amena prolongada lejos de los tópicos del lugar y de sus giros locales al lenguaje. Incluso notas el juicio que soporta tu ropa de moda en tu lugar de origen. Moda que difiere mucho de la imperante entre el resto de invitados. Un ejercicio complicado para alguien tendente a la introspección empujado por su naturaleza tímida. 

En esta ocasión inciden dos agravantes a su situación, la celebración se desarrolla en un ambiente ordinario, chabacano y barrio bajero, muy diferente a donde acostumbra vivir y por otro lado sufre mal de amores. Luis sufre por su amor no correspondido que se está uniendo a otra persona prometiendo fidelidad en un contrato a largo plazo, hasta que la muerte les separe. Cada mirada que dirige a los novios es un dardo que se le clava en el alma. Se lamenta no haber tenido la valentía de declararse en su momento, el no haberse atrevido a compartir sus sentimientos excusado en su timidez. 

- Soy un cobarde - se repite una y otra vez. 

La ceremonia va a empezar, los invitados van tomando asiento en el enorme salón del ayuntamiento. La alcaldesa va a oficializar la unión delante de las familias y amigos de la pareja. 

Su amor de toda la vida dedica una última mirada de soltería al patio de butacas, cruza su mirada con Luis. Una mirada eterna en apenas un instante de segundo. Toda una vida de sentimientos repasa Luis en ese instante. No se atreve a hablar, ni a gritar. Simplemente gira su cabeza en una negación casi imperceptible que llega a su destino y es contestada con una enorme sonrisa.

En ese momento entra la novia acaparando todas las miradas, salvo la de Luis que dedica esos minutos a despedirse de su gran amor. Su compañero del alma, el espíritu que le inspiró y ayudó a estudiar y a convertirse en el profesional actual que deslumbra con su talento. La vista se enturbia, las lágrimas licúan la imagen de los novios unidos frente a la mesa ceremonial. 

Este sábado se celebra el día del orgullo y Luis no sabe como celebrar su condición sin correspondencia. Sigue reaccionando con la inocencia y inexperiencia de un adolescente en sus primeros escarceos, con casi treinta años se mantiene escondido en su armario lejos de admitir su condición. La sociedad que le rodea admite desde hace años el ser diferente en libertad, en cambio Luis se mantiene recluido en sus contradicciones. ¿Cómo va a celebrar el día del orgullo si aún no se ha admitido él del todo?

¿Cuántos Luises seguirán encerrados en sus conchas de sufrimiento sin atreverse a abrir su corazón, sin aprender a expresarse con libertad y con miedo al juicio de los demás?. En esta época en la que, por fin nos quitamos esta odiosa mascarilla preventiva del covid, espero que estos Luises se decidan y retiren su otra máscara, esa que oculta su verdad y que en muchas ocasiones, al ser revelada no sorprende a nadie. A los amigos y familiares no les sorprende, lo intuyen, lo saben y lo admiten con naturalidad desde hace décadas. 

Feliz semana del orgullo, Luis

10.6.21

Acceso a la universidad

 


                                                                                                            Dedicado a Carlos

Esta noche ha sido peor que las tres anteriores, los nervios se han apoderado de mí y no he podido dormir más de tres horas. Tres días de exámenes envueltos en un entorno de nervios hinchados por la responsabilidad. Tanto la voluntad como la subconsciencia me han sido arrebatadas y vivo en un estado de letargo intelectual desde el pasado mes de septiembre, justo cuando iniciamos el último curso de Bachillerato. 

Nos jugamos mucho en esta prueba de acceso a la universidad, tanto como la posibilidad de estudiar lo que deseo o tener que conformarme con algo parecido. Tengo la mala costumbre de sobrecargarme de responsabilidad en cada hito de mi vida y en esta ocasión con mayor motivo. Llevo estudiado desde el pasado mes de septiembre como no había hecho nunca antes, muchas horas y sacrificio para entender alguna de las asignaturas obligatorias que están alejadas de mis habilidades naturales. He aprendido a estudiar en función de las preferencias narrativas de cada profesor, algo agotador para los de mi edad que tenemos muy desarrollada una conciencia pragmática predominante y no llegamos a comprender qué de bueno nos llevamos por memorizar conceptos que  nunca más en nuestras vidas necesitaremos. 

El Bachillerato lo superé y con buenas notas, incluso en la asignatura que más me hacía bola conseguí buenas calificaciones, por encima de mi natural racanería auto valorativa. ¿Será cierto eso que me dicen que los demás me ven mejor de lo que me veo yo a mí mismo?

La EVAU o selectividad como la llama mi padre, es una prueba donde es más importante el dominio de los nervios que poner a prueba los conocimientos. El  temario nos lo sabemos de tanto repetirlo durante estos meses, bueno de aquella manera, porque en nuestros círculos de toma de decisiones decidimos jugar a estudiarnos determinados temas, descartando el resto. Hace calor y estamos ya un poco hartos de clavar los codos. 

Hoy termino los tres días de exámenes, los tres días de sufrimiento. Bien, regular, muy bien, bien, mal y muy bien. Esa son las conclusiones a las que he llegado, veremos al final qué nota consigo y si me da para elegir los estudios de mis sueños.

Hoy empiezo mis vacaciones, las más largas de la vida. En una semana tendré los resultados y gestionaré el acceso a la universidad. Mi deseo era estudiar en una universidad privada y preferentemente en inglés para abrir más mis posibilidades de futuro compartiendo estudios con compañeros socialmente mejor relacionados. Finalmente voy  a la pública y masificada universidad, como fueron mis padres y no les ha ido nada mal, espero que mi futuro sea tan bueno como su presente.

Me voy de fiesta con mis amigos, mucho que celebrar y sobre todo mucha necesidad de desfogarnos y olvidar tanta tensión acumulada durante meses. Oigo en la radio que han movilizado más de doscientos policías en Madrid para evitar botellones con la excusa de la pandemia. ¿No tienen otra cosa que hacer los políticos que tratarnos a los jóvenes como presuntos delincuentes? Nada malo vamos a hacer, déjennos tranquilos con nuestra necesidad de contacto humano, con nuestra natural naturaleza despreocupada y con nuestra juventud. Dediquen esfuerzos a hacer algo productivo en vez de pelearse a diario entre ustedes, improvisar y rectificar a cada rato. Si no son capaces ni de definir qué vacuna y cuándo la inocularán a los futbolistas. Menos mal que no voy a estudiar para ser político. 

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...