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9.5.21

Juntos y revueltos

 





Miguel arrastra su pierna derecha al andar, recuerdo diario de su operación para implantarle una prótesis en la rodilla. No terminó bien y mucha culpa tiene él por no haberse tomado en serio la rehabilitación. Cascarrabias y perezoso, la edad acentúa sus defectos. 

A su ritmo se dirige como todos los domingos a comprar churros, porras y sus periódicos. Él es muy de churros, Maruja de porras, desde su juventud el criterio de selección de su mujer siempre ha sido el tamaño - Por eso te elegí a ti - le repetía pícaramente continuamente. - La muy puta, tuvo donde comparar - pensaba Miguel para sus adentros. Se quedó con ella, le gustaba su apariencia, era la única que le aguantaba y además la sintonía que componían entre las sábanas tenía buenos acordes.

Los años suman y también pesan, superaron las bodas de oro tres meses atrás, sin celebraciones ni convite, no le apetecía a Miguel organizar ningún evento festivo. Los últimos ocho años comparten piso y conversaciones banales esporádicas. La vida ya no es compartida. Miguel no se aguanta ni él, todo le viene mal, la temperatura del café, el pan correoso, si se agota su aceite arbequina para el desayuno le agría el carácter para el día completo, las arrugas en la cama, el vecino que ronca, los políticos que son todos unos mentirosos y sobre todo, Maruja que siempre está en medio molestando.

Es de los pocos románticos de la prensa escrita, compra cada mañana el periódico en papel, los domingos elige varios y regresa cargado de suplementos dominicales. El País, El Mundo, ABC y el As. Lo primero que lee son las secciones deportivas buscando la última hora de su Atletico de Madrid. En el As,  dos o tres hojas, el resto del periódico pertenece a la caverna de Florentino y lo obvia, suele estamparlo contra el cubo del papel, siempre se lamenta por haberlo comprado. Después, ya con su tercer churro en la boca salta a la política nacional que es cuando se enciende para toda la mañana. Le gusta leer en voz alta las noticias y comentarlas con todo lujo de detalles. Maruja decide abandonar la cocina y dejarle solo con sus disertaciones. Ella ama el silencio, la paz, el orden y gusta de respetar a los demás, nunca reprochó a Miguel su ideología extrema sectaria y excluyente; le aceptó como es. Hace ocho años discutieron fuertemente, tanto, que fue el origen de su distanciamiento. Por entonces, el partido político preferido de Maruja estaba salpicado de sospechas por corrupción y Miguel se pasaba el día prejuzgando desde su punto de vista a todos, sin importarle no tener pruebas, cualquier opinión extrema la hacía propia al instante, así, sin reflexión alguna. Maruja le recriminó su postura - Tú y los tuyos os consideráis los propietarios de la decencia, la democracia y el progreso, os habéis inventado una vara de medir moralidad y todo el que no piense o acate vuestro pensamiento queréis eliminarlo. Se os llena la boca contra los dictadores y los únicos que actuáis así sois vosotros- Para hablar poco, ese día Maruja se quedó a gusto y es que estaba muy harta. Todo cansa.

¿Me estás llamando totalitario? Te ordeno que lo retires inmediatamente 

- ¿Me ordenas? No me hagas reír. No te estoy llamando totalitario, intento hacer ver que con tus opiniones y comportamientos te conviertes en un sectario poco demócrata, justo lo opuesto a lo que dices que eres.

Sus miradas terminaron la discusión, ese día Maruja no estaba por la labor de arrastrarse por el bien de la convivencia. - Que entienda lo que se siente escuchando la verdad - pensó. Desde entonces ocho años de frío polar. Se terminó el dormir pegados como lapas, el toqueteo picantón, las excursiones por el centro para tapear e ir al cine. El cine con lo que le gusta a Maruja el cine.

En ocasiones las personas con posturas enfrentadas disputan y luchan entre sí sin ánimo por encontrar un acuerdo ni alcanzar la paz, esto ocurre cuando una de las partes necesita a la otra para existir. Sin opuesto no hay vida. Miguel necesita a Maruja, le encanta provocarla para terminar discutiendo, le entretiene.

Maruja inteligente, moral y previsora, emplea la razón y la firmeza de la voluntad contra Miguel que es torpe, terco y rencoroso. En ocasiones, también lo combate y señala con punzantes dardos de sátira.

Desgraciadamente la sátira solo es percibida por los inteligentes, siendo el torpe ajeno a su real significado pues se despista con detalles de la trama.

Estos ciegos de inteligencia consideran que sus conceptos morales son superiores a los de los demás, dedican su tiempo a perseguir y criticar a todo y a todos los que no piensan como ellos sin pararse a valorar qué virtudes han demostrado ellos mismos para considerarse en esa posición privilegiada en la escala moral. Escala que también se han inventado.

La semana pasada, Miguel cayó en la cuenta de un comentario satírico realizado por su mujer dos días atrás. Tomándose un anís en el bar mientras desgastaban los naipes jugando al mus con los de siempre, su amigo y pareja de juego, Adolfo, el más letrado de la pandilla, le explicó el significado real de la expresión de Maruja. Se sintió molesto al comprobar, de nuevo, cómo Maruja se mofaba de su ignorancia, dejándole como un estúpido delante de sus amigos. Las carcajadas de los amigos del mus le herían como dardos de hielo, se refugió en el anís hasta recuperar su apariencia, salvó la situación con una risa a coro que relajó el ambiente cambiando el tema de conversación. 

Cariño, bajo a dar un paseo y a comprar algo de fruta. Maruja sigue empleando la palabra cariño para referirse a Miguel, la costumbre de toda una vida. Después de más de cincuenta años no piensa plantearse cómo llamarle ahora.

Maruja baja sin muchas prisas, con su tranquilidad habitual. En la acera se encuentra con su amiga Consuelo y ambas acompasan sus pisadas para avanzar juntas de camino a la frutería de Abdul, un chico muy simpático que tiene al vecindario femenino revolucionado gracias a sus modales exquisitos y a su mirada bicolor, verde y marrón, un ojo de cada color.

Miguel, una vez solo, deja de opinar sobre las noticias. Al final del diario, en la sección de servicios, además de la información meteorológica, están los números de la suerte, Loterías y la ONCE. Busca en su bolsillo la cartera para extraer su boleto de su apuesta a La Primitiva. Un solo acertante de primera categoría tiene un premio de cinco millones y medio de euros. Uno a uno, comprueba los números de su apuesta, pleno. Le ha tocado la lotería. Repasa la apuesta con los otros periódicos, coinciden los números, le ha tocado - Somos ricos - piensa. Abre la puerta de la terraza del salón y se asoma gritando

Maruja, Maruja

Consuelo señala con el codo a su amiga para que mire hacia arriba 

¿Qué quieres? - Dice en voz baja moviendo los brazos sorprendida

Nos han tocado cinco millones en la lotería - Grita Miguel con todas sus fuerzas

¿Qué dices? - Maruja está un poco dura de oído, además no entiende tanto alboroto, seguro que puede esperar hasta que ella regrese a casa. Para diez minutos que tiene de tranquilidad...

Dice que os ha tocado la lotería - Le explica Consuelo

Maruja mira hacia arriba y ve a su marido con un papelito en la mano aleteando como loco. Ahora sí le escucha 

Cinco millones

Maruja arranca a correr, ella siempre tan medida y prudente, baja de la acera a buen paso entre dos furgonetas aparcadas, al acceder a la calzada aparece de repente, el conductor del autobús no tiene tiempo para reaccionar y se lleva a la mujer por delante.

- Si es que cuando uno está de suerte ... - Piensa Miguel.



5.5.21

Crónica taurina



 

El alguacil observa el tendido lleno a rebosar. La expectación es máxima, en los medios la han bautizado como la corrida del siglo, el festejo del año en el que muchos confían poder recordar durante toda la vida. Las localidades de sol, las más económicas y bullangueras dan un ambiente más humano y pasional al coso. El calor afortunadamente no aprieta, es una tarde de primavera de esas que anuncian la proximidad del verano por la luz y las pocas nubes, la potencia del sol se matiza gracias a una pequeña brisa del norte que acerca la cercana Sierra al tendido. 

Sol y moscas, decía la frase taurina para definir el festejo. Las siete en punto, el alguacil solicita permiso a la autoridad para abrir formalmente la plaza a los diestros, tres cuadrillas de los más famosos toreros en la brega. Atletas, actores y mediáticos, les siguen un ejército de aficionados enamorados de su arte a la hora de torear.

En el paseillo lucen sus mejores capas de paseo. El maestro de mayor antigüedad, consciente de su responsabilidad recorre los 61,5 metros de diámetro del coso con la cabeza gacha acompasando su rezo a cada paso en el desfile. Los nervios van por dentro, se respetan, es un empleo ingrato, luchas por un aplauso jugándote la vida en cada momento. Varias cicatrices adornan sus muslos, recuerdos de batallas perdidas ante astados que le voltearon y que gracias a las manos hábiles de los cirujanos, pudieron arrebatárselo a la muerte. Los días húmedos que anuncian lluvia, sus cicatrices le recuerdan la fragilidad de la vida humana.

Tarde de expectación, tarde de desilusión. El dicho casi siempre se cumple. Escasos detalles para el recuerdo, una tarde sin gracia. Desde el primer lance todos los aficionados lamentan la falta de embiste de los toros. 

Queda el último y mientras anuncian su peso en el cartelón, el desánimo cunde en los tendidos. El sol se ha ocultado, aliviando un tanto la temperatura de los más animosos que también se han ido enfriando.

Salta el sexto de la tarde, negro, bragado, bizco de pitones y cuatreño, lo consideran como un insulto para la categoría y la historia de esta plaza. Los del 7 sacan a pasear sus pañuelos verdes. Se quejan sonoramente del tamaño del animal. Pequeño para esta plaza. El presidente no detecta ninguna anomalía que le permita devolverlo a corrales, además está deseando que termine el festejo tedioso y falto de emoción. La faena continua con la música de silbidos y protestas de fondo. Con el paso de los minutos van rebajando en intensidad, volumen y número de quejicas hasta que se apagan las críticas.

Los primeros compases en la capa certifican que el animal es un marrajo, solo arremete cuando lo ve claro y con malicia buscando al hombre.

El primer puyazo marra y el toro aprende que ahí puede doler, ha notado cómo la puya entraba en su lomo, retrasada y superficial, tanto que el ojal no llega ni a sangrar. Se resiste a entrar al caballo de nuevas y solo lo hace cuando se ve acorralado con el caballo impidiéndole ver la salida. Un recurso tramposo y eficaz gracias a la habilidad del picador con la monta. Esta vez mueve mejor la garrocha y marca de manera conveniente el lomo del astado.

Al sentir la puya, “Mentira”, que así bautizaron al toro, rebrinca encontrando alivio hacia las tablas del tendido de enfrente. 

Con la corrida finalizada, los maestros conversan brevemente justo antes de su salida ordenada de la plaza. Los matadores, Rojillo de la O (CCOO), Encuadri (ACB) y Céjate que va (CGT) están desconcertados, esperaban algo de juego por parte de la ganadería, han movido los capotes ante animales que no admiten faena. Ni las banderillas ni los puyazos han despertado a los animales. Sienten como si las puyas y los palos se los hubieran clavado a ellos mismos, se quedan sin oportunidades de hacer faena, mañana tienen otra oportunidad en la misma plaza. 

Están cansados e intuyen que los toros de mañana serán morlacos y astifinos. Con los que te juegas la vida de verdad.

El resultado del festejo condicionará el aforo para los próximos festejos, las expectativas están en perder un cuarto del aforo. Sin aficionados, no hay fiesta. Sin empleados, no hay empresa. En esta feria el ganadero es el que gana. Los aficionados temen la subida del precio de las localidades, sus admirados toreros no dan la talla y se temen lo peor. 

Alguno se ve ya en plazas de tercera a dos horas de distancia acudiendo a festejos de menor nivel, plazas donde se regalan las orejas y se para a merendar tras el tercer toro.

Otros no volverán a los toros, jamás pisarán una plaza. 

No pinta bien la feria del empleo.


_________Diccionario de términos taurinos empleados_______________________

Alguacil - Jinete vestido de alguacil del siglo XVII, que representa la autoridad en el ruedo

Maestro - Matador de toros

Bragado - Toro con la cara interior de los muslos de color diferente al resto del cuerpo

Bizco - Toro con un cuerno más alto que el otro

Cuatreño - Animal de cuatro años de edad

Marrajo . Toro que maliciosamente arremete a golpe seguro. Animal peligroso y difícil de engañar

Puyazo - Acción de picar al toro hincando la puya en su lomo

Puya - Punta de acero de la vara o garrocha del picador

Ojal - Herida superficial producida por la puya sin que provoque hemorragia

Rebrincar - Embestida del toro dando saltos o brincos

Capote - Capa para la lidia también llamada "de brega", suele ser de colores vivos y forro amarillo

Morlaco - Toro de gran tamaño

Astifino - Toro con astas finas



25.4.21

Y a la de tres

 



Las lejanas campanadas del carrillón situado en uno de los edificios más bonitos de la Plaza de las Cortes, suenan puntuales a su cita diaria de las ocho de la tarde. Sincronizado con su música, José da por finalizada su jornada de trabajo, cierra la cerradura de doble vuelta de la puerta de la tienda, la reja exterior queda bloqueada por el candado instalado en su base y acompasa su marcha hacia la parada de metro cercana mientras unos pitidos suaves e intermitentes le anuncian durante unos segundos que su alarma de vigilancia ha quedado armada.

El día se levantó lluvioso y como tal ha mantenido durante horas su liturgia de agua y humedad. Los madrileños, también conocidos como gatos, huyen del agua. En cuanto aparecen las primeras gotas, el tráfico se incrementa hasta hacerse imposible, los coches se multiplican como esporas con las primeras aguas. Peatones, los justos. Mal día de ventas, pocos clientes y los que llegaban con bajo ánimo para comprar. El perfecto día de primavera, frustrante para el negocio, que justo una hora antes del cierre se permite lucir un cielo azul. El maravilloso tejado de Madrid, luminoso e infinito. Esa luz que anima a los habitantes para salir a pasear como si no hubiera pasado nada. Alegría.

José frustrado por el día de mal negocio también nota cómo su ánimo mejora bajo la luz infinita del cielo. Fiel a su rutina, puede anticipar que en diez minutos estará descendiendo las escaleras de la parada de Metro de Sevilla, en menos de media hora llegará a su casa. 

La casa está decorada con multitud de marcos con fotos recordando viajes y eventos en familia, en todas las fotos sonríen. Se puede decir que José es feliz, tiene una familia maravillosa, una buena mujer, Laura, a la que adora y una vida ordenada. Los domingos suelen ir a dar un paseo por la montaña, unos diez kilómetros de senderismo coronados por un bocadillo de tortilla de patatas y una cerveza de lata. Los chicos ya no les acompañan, prefieren dedicar la mañana festiva a dormir, jugar con la consola o leer. Al menos, les gusta leer. El matrimonio mantiene su costumbre de paseo por la montaña, ambos gustan del aire libre y de compartir algo de ejercicio. Las ocasiones que paran en la fuente de La Reina para descansar, José recuerda con una larga sonrisa pícara, aquella vez que encargaron a Rodrigo, su hijo mayor. Ese calentón que se aliviaron en un día de principios de verano aprovechando la poca afluencia que tuvo la Sierra o eso recuerdan. Eran esos tiempos que solo con mirarse la pasión se aceleraba e incluso en el sitio más incómodo fueron capaces de aliviar su presión. Eso ya no pasa por la cabeza Laura, en casa o en un hotel, en el campo para que les vean, ni de coña. 

Laura reconoce esa sonrisa. - Luego pillín que nos conocemos - le sugiere posponiendo el encuentro a la tarde. Se siente halagada por el interés de José, puede esperar ya no tienen edad para enseñar el culo a la naturaleza. Admite como señal del acuerdo el cachete en su nalga que ella replica en la de él pellizcando.

Una tarde de jueves tras el día más gris de ventas en muchos meses el paso de José es un poco más lento de lo habitual, sentir los rayos de ese sol vespertino que se ha hecho de rogar llena de reflejos sus gafas por la refracción de la luz en los numerosos charcos creados por la lluvia. Tras un haz de luz de varios colores que atraviesa su acera de izquierda a derecha queda prendado por una silueta apresurada, pantalones negros, camisa color vino con sus dos botones superiores libres, en una mano un maletín fijo portapapeles y sobre la muñeca una cazadora de cuero negro. Zapatos con una altura de tacón medio. Grandes ojos negros bajo un cabello castaño con reflejos sutiles de color rojo anaranjado. Caderas poderosas sin exceso de volumen y un ritmo en la pisada estudiada para atrapar la mirada masculina durante minutos. José disfruta de su visión en un instante, en menos de un minuto se cruzarán. Sus miradas chocan, el ritmo de las pisadas mengua. Se reconocen sin conocerse. Los caminos de ambos pasan muy juntos, paralelos sin tocarse, aguantan la respiración sin bajar la mirada. Sus ojos hablan, sin pestañear. Un instante, una vida. Leve giro de cabeza de ambos para perpetuar esa conexión. El cuello no da para más, continúan sin detenerse cada uno su rumbo, cada uno a su vida. 

Hola ¿Nos conocemos? - Pregunta ella sorprendida por la situación y más por su propia reacción 

No creo. O sí. Tengo la sensación de que te conozco. Tampoco te había visto nunca y paso por aquí todos los días a estas horas 

Yo también paso por aquí todas las tardes a eso de las siete, hoy se me ha hecho tarde. Pues oye, nada, disculpa, hasta otra.

La mujer recupera la compostura para continuar su paseo hacia su coche, estacionado en el aparcamiento de la plaza 

¿Tienes tiempo para un refresco? - José se sorprende de su propuesta. No puede dejar de mirar esos ojos negros. Siente una paz en ellos que anima a continuar la conversación

No sé, la verdad, tengo algo de prisa 

Lo entiendo, siento que te conozco y no sé de qué. Es todo un poco raro. Nunca en mi vida había parado a una persona así. No he podido resistirme contigo. Solo un café o un refresco, aquí enfrente hay una cafetería...

Un ruido exterior despierta a José en mitad de la noche, un coche con la música demasiado alta para el conductor y molesta para los vecinos tiene la culpa. Consulta su reloj, las doce y media, no son horas. Les gusta dormir con la persiana medio cerrada, algo de luz del exterior se cuela en la estancia iluminando de manera tenue su descanso. A su derecha, Laura descansa marcando el compás con una respiración rítmica, sus labios un poco separados producen un silbido suave al expulsar el aire. En la penumbra José admira el perfil de su mujer, es guapa, el paso de los años respetan su belleza. Transmite paz. José se acerca a ella quien en sueños le admite girándose para adoptar la postura de la cucharita, inconscientemente le acunará hasta dormirse. Esto es amor de verdad, del que llena el alma. Real y tangible.

El sonido del carrillón de la Plaza de las Cortes además de indicar la hora de cierre de su negocio, es la señal para volver a recordar a la mujer de sus sueños. En tres ocasiones soñó con ella.

Se despedían en el puerto de Sevilla, él camino de América y ella se quedaba a su espera en la confianza de un mejor futuro. Una voz de fondo enmarca la imagen, “Volveréis a encontraros”

El siguiente sueño le llevó a un refugio antiaéreo durante la guerra civil en Madrid. Una miliciana uniformada se encuentra agachada con las manos tapando sus oídos, se huele el miedo que atenaza sus sentimientos. No oye la pregunta de José. La toca en su mano izquierda y toda ella respinga del susto. Sus miradas se cruzan, esos ojos negros que atraen hipnotizan al hombre.

¿Se encuentras bien? Ya ha pasado el peligro.

La voz de fondo marca, “A la de una”

Revive su cruce en la calle Cedaceros "A la de dos".

Parece que queda otra oportunidad, será en otra vida. La providencia le debe una vida junto a su amor de siempre, el mismo que le arrebató en el siglo XV, se tocó en 1937 y se han visto hace poco ¿Cuándo será?

Abrazado en cucharita a su mujer, su ritmo cardiaco se acompasa, las caderas de Laura parecen abrazar el vientre de José, hasta el fondo de su alma le llega el olor de Laura, siente una paz real. José disfruta de su vida actual, una vida real y feliz, olvida sus fantasías mientras se arrulla en un descanso profundo. Han pasado diecisiete años desde su encuentro.

En sueños, escucha una voz de fondo “Y a la de tres”

18.4.21

Negociación compleja

 



El reciente anuncio de la constitución de la mesa de negociación entre la dirección de BBVA y los representantes de los trabajadores para definir el acuerdo del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) me permite aprovechar este ejemplo vivo como complemento de esta pequeña guía sobre la comprensión y descripción de un proceso de negociación complejo.

Tras varios meses de preparación la dirección de la compañía convoca a los representantes de los trabajadores a un proceso de negociación que regule de manera amistosa el anunciado Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

No es precisamente un proceso novedoso, ya en 2016 se consolidó la integración por absorción de la extinta Caixa Catalunya en BBVA, el banco adquiriente heredó un ERE iniciado por la antigua CX que finalizó, ya en BBVA y tras acuerdo con los sindicatos, con la salida de 1.557 empleados y el traslado de 400 empleados a otras unidades de BBVA.

En el sector bancario se han ido sucediendo varios Expedientes de Regulación en estos últimos años. Los más significativos y por tamaño comparable son los ocurridos en Bankia, Santander y CaixaBank. Algunas de estas entidades han protagonizado más de un expediente. 

Durante estos años BBVA mantuvo un ajuste de plantilla sin ruido gracias a las salidas por jubilación anticipada de los empleados mayores de 63 años que habiendo cotizado los años que les permitía acogerse a ese derecho optaban por dejar el mercado laboral activo. También gracias a un número cada vez más reducido cada año de prejubilaciones por acuerdo de suspensión de la relación laboral.

El proceso de adecuación de plantillas por parte de las Entidades forzados por una caída de sus ingresos financieros y de comisiones; un mercado excesivamente regulado y una realidad cambiante en las relaciones con los clientes aupado en un creciente uso de canales digitales deja de manifiesto las hoy enormes estructuras creadas según las necesidades del pasado. La propia subsistencia del sector, la necesidad de posicionarse de manera ventajosa de cara a las siguientes consolidaciones y la demanda de beneficios crecientes por parte de los accionistas empujan a las Entidades a una carrera por ajustar sus costes y entre ellos el más significativo es el laboral.

La crisis sanitaria provocada por la COVID19 trae como consecuencia variaciones en los modelos de atención al cliente, apareciendo nuevos sistemas de trabajo a distancia, atención bajo cita y una expansión del pago por tarjeta y del uso de servicios bancarios a distancia. Este laboratorio en tiempo real permite valorar necesidades de estructura y personal en todas las Entidades. También la crisis económica que acompaña a la sanitaria crea una opinión general sobre la necesidad de reconvertir el sector de manera rápida para adecuar su función a las nuevas necesidades. 

El pasado mes de enero, el CEO de BBVA anunció la voluntad del Banco de organizar en el primer semestre del año un acuerdo con los representantes de los trabajadores para reducir el número de empleados en España.

Cien días después de este anuncio se inician las conversaciones entre Empresa y Sindicatos. Me permito aprovechar este hecho para ilustrar las fases en el proceso de negociación.


Paso 1: Preparación

Evidentemente este tipo de negociaciones no se improvisan, requieren de mucho trabajo previo una vez tomada la decisión de buscar esta salida de reducción de empleo.

Por parte de la empresa, contrastarán los ajustes más próximos en el mercado, analizando sus respectivos procesos de negociación, tácticas utilizadas, legislación que los ampara y los sucesivos acuerdos alcanzados. Diversas áreas profesionales estudian dentro de sus competencias todas las posibilidades que se pueden encontrar. El Departamento de Recursos Humanos coordinará trabajos de otras unidades especialistas como Relaciones Laborales, Asesoría Jurídica o Comunicación. Esta labor incluye repasar antiguas negociaciones, sondear a personas que trabajan en la competencia sobre cómo fueron sus respectivas negociaciones o incluso en la Patronal. Revisión de toda la legislación aplicable y un largo etcétera.

Por el lado sindical, desde el momento del anuncio del CEO, contrastan con sus compañeros de sigla que estuvieron en los procesos de negociación en otras Entidades, sus colaboradores jurídicos repasan sus posibilidades e intentan sondear entre empleados afines información que les pueda dar alguna pista sobre las intenciones de la empresa. 


Paso 2: Establecer el campo de negociación, delimitar los roles y fijar fecha de compromiso final

El convocante tiene como objetivo delimitar la mesa de diálogo al tema propuesto fijando los límites del juego y establecer un plazo de actuación.

En la prensa, única fuente de la que dispongo, se refleja la noticia:

Constituida la mesa de negociación entre la dirección de BBVA y los representantes de los empleados.

La dirección del banco argumenta su propuesta en la reiterada reducción de beneficios, productividad y cambios provocados por el avance de la digitalización de los clientes. Con visión de futuro y para garantizar la sostenibilidad (palabra de moda) de la Entidad se propone reducir el número de oficinas y de empleados. Sin cuantificar aún la propuesta concreta.

Los representantes sindicales declaran a la prensa que aunque el proceso tiene soporte legal no están de acuerdo con los motivos y no pierden su oportunidad de aliñar sus opiniones con ideología, reclamando una reducción salarial a los dirigentes. 

Visto desde fuera, el primer objetivo del convocante se ha cumplido, fijar el contexto de la discusión. Los Sindicatos ya han aceptado el campo de negociación: EXISTE SOPORTE LEGAL para la propuesta, traducido en técnicas de negociación supone admitir que ya no se negocia el qué sino el cuánto. Admiten que existe base legal, luego asumen que existirán despidos pues la ley ampara la propuesta, una oposición frontal lleva a tensiones que tampoco evitarán la salida traumática de parte de la plantilla. No han aprovechado para incorporar alguna demanda, han ido a escuchar. Admiten el rol de ser la parte pasiva de la negociación con un solo objetivo, minimizar el mal.

Una vez asumido por ambas partes que hay reducción de empleo, ya sea negociada o impuesta con soporte legal, el juego definido es de cómos y cuántos. 

Antes de terminar la reunión queda definido el tiempo de negociación y la fecha límite para llegar a un acuerdo negociado, queda sobre entendido que es un día antes del día establecido para presentar unilateralmente el Expediente. 

Poner fecha de fin es limitar las conversaciones y fijar de nuevo el rol de líder. Con o sin acuerdo hay decisión, te guste o no. Como arma de negociación es muy potente. Muy utilizada en la Unión Europea para llegar a sus acuerdos, siempre en la madrugada del último día buscando la debilidad de alguna de las partes. Negociar con plazo certero como paso para evitar que se prolongue en demasía el proceso.


Paso 3: Fijar límites dejando una salida airosa a la parte perdedora

Una vez asumidos los roles, cada una de las partes sabe lo que se espera de su aportación. El líder, en este ejemplo la empresa, aprovecha su iniciativa para regular el ritmo de la negociación y llevar sus límites a la propuesta.

Una vez constituida la mesa, se toma unos días para la reflexión de las partes. Días que suelen utilizar para informar a los trabajadores que representan, a afilar la propaganda e incluso para solicitar nuevas afiliaciones aprovechando la época de inquietud. Cabe la posibilidad de filtraciones interesadas a la prensa por ambas partes utilizando estimaciones de cifras exageradas u opiniones programáticas. Situaciones que no aportan tranquilidad a los empleados que no dejan de ser espectadores pasivos de una decisión que les afecta.

Transcurridos esos días de reflexión que son discrecionales por parte del líder en la negociación, adelantará en la siguiente reunión de la mesa el límite máximo que aspira conseguir en su visión más optimista.

Traduciendo si la compañía busca reducir en un 15% la plantilla, indicará su objetivo del 21% y prefiriendo elegir las salidas entre los empleados con menor productividad.

La parte pasiva levantará la voz, argumentará que es una barbaridad y defenderá que la medición de la productividad es muy subjetiva prefiriendo que la elección sea resultado de aplicar argumentos objetivos tales como antigüedad en el empleo o edad.

La estrategia del líder es fijarse una horquilla de éxito, sin que la otra parte conozca sus mínimos y al mismo tiempo ser consciente que el máximo no es asumible para la otra parte y que cualquier recorte sabrán venderlo como un éxito en la negociación por la cantidad de empleo que han conseguido salvar. Tensión sin ahogar, dejando una salida honrosa a la parte pasiva.


Paso 4: Redefinición de los objetivos

Por la información publicada en la prensa, los representantes de los trabajadores que se sientan en la mesa son: 5 de CCOO; 3 de ACB; 2 de CGT, 2 de UGT, 1 de SEC. Adicionalmente pueden asistir con una sola voz y sin voto otras asociaciones sindicales minoritarias. Además, cada colectivo sindical representado acude acompañado por un asesor. Unas 22 personas aproximadamente con varias voces.

Desde el punto de vista del líder en la negociación se enfrenta a una negociación frente a un colectivo asambleario no necesariamente unificado y aquí es donde entra la redefinición de los objetivos.

Para explicar esta fase me voy a apoyar en una herramienta utilizada en el análisis de las negociaciones multinacionales. La teoría de juegos. Es un método racional un tanto abstracto. Se trata de elegir entre situaciones comunes de interacción conducentes a una posible cooperación entre actores racionales, en las que lo que individualmente resulta óptimo para cada una de las partes lleva a no cooperar. Tiene su paradoja, las partes consiguen mejor resultado si coordinan sus estrategias perdiendo sobre sus pretensiones. 

Voy a intentar explicarme con el ejemplo de esta negociación. La parte pasiva, de formación asamblearia, realmente no es una parte, son cinco partes, cada una de ellas con su porcentaje de representación, colectivo al que representa e ideología.

**** Teoría de juegos ****

Según la teoría de juegos, los objetivos íntimos de cada una de las partes, en adelante jugadores, sentados en la mesa no coinciden entre sí. Definimos unas situaciones previas que nos ayudarán en el análisis y desarrollo del juego:

1.- Cada jugador no tiene en su mano la capacidad para influir u obligar a los otros para tomar una determinada decisión, siendo todos conscientes de las posibles estrategias de los otros jugadores. 

2.- No conocen ni están seguros, sobre lo que hará otro jugador en cada momento. La única información de la que disponen es la historia o los antecedentes previos en otros procesos de negociación donde han coincidido.

3.- No hay forma de eliminar de la mesa de negociación a otro jugador ni de  evitar su participación. No es posible llevar a acuerdo unilaterales con el líder olvidando al resto de jugadores.

4.- No hay forma de cambiar la priorización realizada.

5.- Los beneficios recibidos por los colectivos representados por cada jugador no son comparables ni tienen porqué ser explícitos en la mesa.

Una vez planteadas las posibilidades dentro del juego, cada participante valorará de 1 a 4 su priorización entre sus cuatro planteamientos no pudiendo repetir valoración. Siendo 4 donde considera que gana más y 1 donde pierde del todo. Para el juego utilizaremos una matriz de 2x2

Jugador 1: Sindicato que se siente representante mayoritario del personal administrativo más básico en la generación de valor para la empresa y cuyas funciones se van derivando a otros canales digitales y automáticos con menor coste. Personal de una edad y retribución por encima de la media de la compañía. Personal con riesgo extremo de ser elegidos en primer lugar en el Expediente de Regulación

Jugador 2: Sindicato que se siente representante mayoritario del personal de ventas sin responsabilidades directivas altas, mandos intermedios sobre los que recae mucha responsabilidad diaria. Distribución de edad repartida en todos los tramos y con un peso de la retribución variable muy alto, condicionado por el cumplimiento de objetivos comerciales.

Veamos sus prioridades, en ambos jugadores concilian dos prioridades individuales, la defensa de su colectivo mayoritario y otro objetivo más interno, asegurarse su viabilidad en el futuro manteniendo masa crítica de votantes.

Recordemos que el campo de juego está definido y aceptado: reducción de plantilla y la adecuación de nuevos puestos de trabajo con nuevas funciones y condiciones en horario, retribución y disponibilidad.


El jugador 1 que defiende preferentemente a los administrativos conoce que su estructura salarial está basada en la retribución fija en un 95%, el peso retributivo de la incentivación variable es marginal. En los casos donde coincide que el empleado tiene edad avanzada, las ofertas de prejubilación aceptadas en otros procesos de negociación de la competencia serían aceptadas con agrado por su representados, es decir, sus representados mayores de 58 años  (más del 75% de la plantilla en esa función) estarán encantados por dejar de trabajar. Esa predisposición ataca directamente su objetivo de supervivencia como sindicato comprometiendo su representatividad en futuras elecciones. También sabe la gran resistencia a cambiar de función entre su colectivo que muestran rechazo a asumir responsabilidades comerciales por el componente de exigencia que lleva implícito. Formar para recolocar administrativos en otras funciones no es la mejor opción, incluso para los menores de 58 años, edad límite para prejubilarse. Para los menores de esa edad, el Expediente habitual en el sector regula despido con condiciones.

El jugador 1 fija como máxima prioridad Recolocar en otras funciones porque supone minimizar el despido en su colectivo y sobre todo, garantizarse masa de votantes para los siguientes comicios. En segundo lugar, favorecerá aplicar criterios objetivos que ayuden a sus afiliados de mayor edad y antigüedad a dejar el empleo en condiciones muy bien valoradas. En sus últimos lugares de priorización están aquellas decisiones que beneficien al colectivo de mandos intermedios.

El jugador 2, que defiende a los mandos intermedios, tiene una representación de un colectivo más heterogéneo tanto en retribución como en funciones. También es consciente de que representa a trabajadores más versátiles con mayores posibilidades de recolocación en otros departamentos. El peso de la retribución variable en el total de los ingresos de sus representados es una dificultad a la hora de aceptar de buen grado una indemnización ya que esta no reconoce su retribución real. Es conocedor que los mayores de 58 años son favorables a la prejubilación en las condiciones del mercado pues asumen como aceptable menor retribución a cambio de olvidarse de la presión comercial y dedicar su vida a otros objetivos después de estar trabajando en la misma empresa casi cuarenta años.

El jugador 2 se fija como máxima prioridad Recolocar en otras funciones en su estrategia por conseguir ser la fuerza sindical más votada en las siguientes elecciones. En segundo lugar favorecerá la salida de su colectivo de mayor edad por criterios objetivos. En último lugar aquello donde beneficie al colectivo de administrativos por encima del colectivo al que representan.






Según la estrategia diseñada por cada una de las partes, donde más gana su juego, más pierde el juego del otro jugador. 

La paradoja está en la colaboración, donde como colectivo global más se gana es justo donde ambos por separado pierden algo, concretamente: cuadrante 2-2. Recolocar a la mayor parte de empleados en otras funciones.


**** Volvemos al texto ****

Recordemos que estamos en la redefinición de los objetivos. El éxito de la negociación para los representados, los trabajadores, está basado en la colaboración entre sus 5 representantes. El juego explicativo anterior es más complejo al incorporar matrices conectadas entre las 5 partes, la conclusión general por mucho que compliquemos el análisis es la misma, si colaboran en la negociación pensando en el máximo beneficio para sus representados, mejor rendimiento conseguirá. Todos ganan si ninguno gana. O definido de mejor manera, si todos pierden algo, consiguen el mejor resultado para el colectivo.

La probabilidad de crear un frente unido con esta premisa de perder no creo que sea aceptada por sus dirigentes, trabajarán por ir conjuntamente a unos mínimos y eso condicionará el desarrollo de la negociación.

Llegado a este punto, ya tenemos claro que la negociación abierta a la que más esfuerzos van a destinar será a la lucha entre los cinco actores representantes de los trabajadores, olvidando al negociante real, la dirección de la empresa. La única negociación que afecta realmente a los trabajadores es el resultado del acuerdo entre empresa y representantes.


Paso 5: Negociación

La medida de los acuerdos alcanzados entre los cinco representantes define el tono y el ritmo de la negociación. Llegar a la mesa definitiva con un acuerdo de mínimos por reducir el número de trabajadores afectados y con diferencias apreciables en lo ideológico y estratégico, el negociador líder, la dirección de la empresa solo tiene que dejar hablar y que surjan las diferencias. Convertir una mesa de negociación en una asamblea reivindicativa solo beneficia al líder que cuenta con el reloj como gran aliado. A medida que la fecha límite se acerque, la presión por acordar sube y los compromisos alcanzados serán más comprometidos para la parte pasiva. Negociar a la defensiva es lo que tiene. 

La solución final será tipo acordeón, la dirección de la empresa acepta bajar el número de despidos (recuerda que la oferta presentada era del 21% de la plantilla) a cambio de modificaciones en condiciones: movilidad forzosa a departamentos o a territorios donde hay necesidades, rebajas salariales y/o cambios en horarios de trabajo. La parte pasiva de la negociación, a medida que el acordeón se estrecha y salvan número de despidos reducirán su presión mientras paralelamente van calculando la incidencia de cada avance en la negociación para cada uno de sus colectivos por separado.

Una vez alcanzado el acuerdo, se presentará como algo bueno para todos, sostenible (de nuevo), protector del empleo, un nuevo futuro para la compañía, buena noticia para los accionistas y para la sociedad. Los representantes sindicales utilizarán sus medios publicitarios habituales para vender el éxito alcanzado cuantificando el número de empleos salvados. Iniciarán campañas de captación de afiliados una vez sea efectiva la salida de los despedidos, estará en juego su supervivencia y su influencia en las siguientes elecciones sindicales.

La dirección de la empresa, también comunicará a la plantilla el acuerdo llegado agradeciendo el tono conciliador y comprometido con el bien común que han mostrado los representantes de los trabajadores. Se congratulan por el acuerdo alcanzado que supone una oportunidad para conseguir una base sobre la que construir un futuro mejor para la plantilla una vez garantizada la viabilidad de la empresa.

Los trabajadores, según donde la suerte les sitúe. Habrá de todo, unos contentos por irse prejubilados, otros tristes por tener que dejar lo que consideran su casa, otros aceptando nuevas responsabilidades, algunos enfadados, incluso habrá los que estén contentos y muchos aliviados. 

 

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Esto no deja de ser un ejercicio teórico sobre un proceso de negociación aprovechando un ejemplo actual. 

Es muy posible que mi costumbre como creador de relatos o mi imaginación como escritor influyan en mi visión de la realidad y seguramente me equivoque errando en el análisis y en el resultado final.

¿Mi apuesta personal sobre cómo terminará esa negociación? la dejo para otro relato.

11.4.21

La ley del más fuerte

 


El documental de animales elegido, como cada tarde después de comer, para dormir la siesta en el sofá detalla con todo lujo de detalles cómo el instinto de supervivencia selecciona de manera natural al más fuerte de los polluelos que nacieron esa primavera en el nido. En un año de sequía escasea la comida y pronto se hace evidente que los padres solo son capaces de proveer de alimento para uno solo de sus tres hijos. Los polluelos inicialmente luchan por hacerse con el mejor lugar para recibir el alimento. A los pocos días la evidencia dicta el futuro, el mejor alimentado se hace más fuerte y aprovecha su fuerza no solo para dominar y elegir la comida que viene sino que empieza a maltratar a sus hermanos picoteándoles en la cabeza e incluso consigue hacer caer del nido al más débil. En unos días se quedará como único superviviente, el único que come en el nido. No hay piedad con los débiles.

El locutor insiste una y otra vez en la selección natural en la naturaleza, recordando su implacable ley, solo sobrevive el más fuerte. Lo impactante de las imágenes secuestran mi atención alejando de mí el adormilamiento que suele anticipar una cabezada de quince minutos en el sillón. Me vienen a la cabeza imágenes del mismo mundo animal donde no se cumple necesariamente con tanta crudeza esa misma ley, recuerdo ejemplos de cultura colaborativa. Hormigas, abejas, lobos, delfines, orcas o leones. Entre ellos existe la competencia por conseguir o mantener un territorio de caza o por el derecho a aparearse. También colaboran entre ellos para conseguir alimento, mejorando sus posibilidades de éxito en la caza o en el transporte de alimentos o en la construcción de guaridas o cuidado de su descendencia.

¿Y el ser humano? ¿Dónde lo encuadramos?¿La evolución de su especie hasta convertirse en la dominadora del planeta ha sido por la ley del más fuerte, del más hábil o el triunfo de la colaboración?

En un colegio a la hora del recreo citamos a los alumnos de diez años en el campo de fútbol. Les mostramos una mochila llena de chucherías y de sobres de los cromos de las colecciones más valoradas en su edad. - Es el premio- les explicamos. 

Esta mochila es el premio para aquel que consiga llegar el primero tras pasar una serie de pruebas de habilidad y fuerza a lo largo de todo el campo de juego. 

¿Cómo reaccionan nuestros chicos? Corriendo rápido, compitiendo entre ellos, luchando por ser el primero, por ser el ganador. Su único fin es quedar el primero.

¿Y en el mundo adulto?¿Cómo nos comportamos ante un incentivo adecuado?¿Dinero, ascenso, estatus? De igual manera. Parece que repetimos el comportamiento del polluelo más fuerte eliminando a su competencia. Las empresas comerciales incentivan la competencia interna como mecanismo para la mejora de sus resultados. Hablan de equipo, de la fuerza del grupo, de valores e incluso de unen a la moda empresarial del momento (digitalización, internet, obra social, sostenibilidad...) cubriendo su imagen con un manto de honestidad más propio de religiones que de corporaciones. Así construyen una fachada, una apariencia. La imagen es un todo. El mercado no va analizar cómo hacen las cosas, simplemente les valoran en función de la imagen que ofrecen. Las compañías viven en un mundo animal donde solo el más grande y fuerte sobrevive. Incitan a la lucha interna por ser el mejor, seleccionan entre los mejores luchadores a los que tengan sus escrúpulos más alineados con los de los jefes. Una vez más el polluelo más fuerte es el único que se queda en el nido.

¿Nos estamos equivocando? Un comunista aprovechará este hilo para presumir de sus ideas donde todo es de todos. La historia y la práctica ha demostrado que sus ideas han fracasado. Si la olla se comparte a partes iguales sin distinguir entre los que más han aportado y los que no aportan, qué motiva al que aporta para seguir haciéndolo. La utopía de que todos somos iguales se rompe por el comportamiento egoísta de los más insolidarios. ¿Entonces sólo queda la ley del más fuerte?

Recientemente he leído un experimento social que me hizo pensar sobre la existencia de una vía alternativa y que me apetece compartir aquí. Ubuntu

Un antropólogo propuso un juego con unos niños de una tribu africana. Colocó una canasta llena de frutas deliciosas junto al tronco de un árbol, y les dijo: 

- El primer niño que llegue al árbol y toque la canasta, se ganará toda la fruta.

Cuando el antropólogo hizo la señal de inicio pensó que iban a correr para ganarse la fruta, se sorprendió al verles caminar todos juntos, tomados de las manos, hasta que llegaron al árbol y juntos tocaron la canasta. Compartieron entre todos los niños la fruta.

El les preguntó que por qué hacían eso, si cada uno de ellos podría haber conseguido la canasta de fruta solo para ellos o para repartirla con sus familias.

Los niños respondieron todos juntos y a una sola voz: 

- Ubuntu.

El antropólogo intrigado preguntó el significado de esa palabra. Los adultos de la tribu le explicaron el significado de la palabra Ubuntu: "yo soy porque todos somos."

Según la educación que reciben de sus padres y abuelos ¿Cómo puede sólo uno de nosotros ser feliz, mientras todos los demás son miserables?

Esta tribu conoce el secreto de la cooperación y la solidaridad, en un mundo moderno no son los más fuertes, ni los más tecnológicos; en su mundo han comprendido que cooperando todos son más fuertes. Me pregunto ¿Quién es el más civilizado?¿Quién vence a la ley de la naturaleza? 

UBUNTU.

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...