17.9.21

Tu clic

 



Escuché tu clic. Un auténtico privilegio estar tan cerca de ti para ser testigo de ese momento tan especial en la vida de las mujeres.


Ese instante, el más significativo de tu vida para los que te rodean, merece ser recordado contra el hábito de obviarlo.


Todos somos testigos del acelerado crecimiento físico de las niñas que se convierten en mujer en pocos meses, también ocurre que alcanzáis la madurez mental mucho antes que los varones. Quizá por eso sois tan exigentes porque veis las cosas de lejos con anticipación.


Ese fue el clic que sonó, el de tu interruptor de madurez. Sonó como las antiguas llaves de la luz en casa de nuestros abuelos, las que usaban para encender rotando una pieza de unos tres centímetros fabricada de porcelana o de madera.


Una pieza imaginaria que tiene cada niña desde su nacimiento, de un solo uso y que se activa en el preciso momento que se supera esa adolescencia tan rebelde, impertinente y egoísta. 


Ese instante enciende tu luz de la madurez, esa que ilumina para los demás tu presencia, hipnotizando y atrayéndoles con tus opiniones y tu sentido del humor. La salsa que aliña tu belleza completándote como mujer.


Carmen, ayer cumpliste dieciocho años, legalmente alcanzaste tu mayoría de edad. Los que te rodeamos sabemos que la alcanzaste unos meses antes, el día de ese clic.

 

¡Qué momento!

12.9.21

6.575

 



 

Feliz cumpleaños, hijo. Has alcanzado la mayoría de edad. Iniciaste tu historia en 2003 y hoy en 2021 ya eres responsable pleno de todos tus actos. 


El camino no termina aquí, realmente es aquí donde comienza. Todo lo que has vivido anteriormente ha sido formación básica, desde hoy toca avanzar en la vida adulta. Acabas de iniciar una nueva aventura, la universidad. Donde te prepararás para un nuevo futuro, con nuevas amistades, inquietudes y formación específica para tu porvenir laboral.

 

Llevas 6.575 días (1) de aprendizaje, te deseo que durante toda tu vida mantengas intacta la curiosidad por aprender, por mejorar y por iniciar retos. Adquirirás nuevas habilidades que te ayudarán a desarrollarte como profesional y como persona. 


Tienes un fondo de buena persona que te acompañará durante toda tu vida, el día que te creas lo mucho que vales, pilotarás el mundo. Lo tienes al alcance de tu mano.

 

Sigue avanzando, no pares. Lucha por aquello que ambicionas, disfruta de tu camino. Vive, sueña, actúa, yerra, aprende de los errores, levántate, disfruta y sonríe; sobre todo, sonríe. Elige bien a tus compañías. La vida se comparte y con buenas uniones se convierte en plena.

 

Tengo mucha suerte como padre, llevo 6.575 días muy orgulloso de ti.

 

Feliz cumpleaños, Carlos. Eres adulto y sabrás hacerlo muy bien, no hagas mucho caso de mi broma. Adulto con la "L” como les ponen a los nuevos conductores. Eres un hombre con todas las letras.


Firmado papá



 

(1)     18 años por 365 días más 5 por años bisiestos

9.9.21

Desviar la atención

 

    

Es muy difícil mantener el equilibrio presupuestario que exigen nuestros socios comunitarios. Más difícil resulta cuando las presiones internas del partido en el gobierno demandan cumplir sus compromisos electorales y más concretamente en su autodenominada agenda social que no deja de ser una lista interminable de mejoras para determinados sectores de la sociedad con menos recursos, habitualmente los menos productivos para la economía nacional. 

 

La subida del precio de la luz de manera sistemática día a día cultivó durante semanas en el Ministerio de Hacienda un optimismo nacido del trilerismo fiscal. La subida de la electricidad incrementa la recaudación por efecto de su tipo porcentual. El milagro de los números estaba llenando las arcas del estado. Un tipo fijo supone mayor recaudación cuando sube la base imponible en euros. El 20% de 60€ son 12€; el mismo 20% de 120€ son 24€, por este milagro de los números desde el Ministerio de Hacienda sonreían ante la perspectiva del incremento en la recaudación y la posibilidad consiguiente de gastar algo en esa lista de deseos en la mal llamada agenda social. Todos recordamos el refrán, “La avaricia rompe en saco”, pues estos días se ha roto. 

 

Tanto sube el precio de la electricidad que el ruido social reivindicativo es creciente, los noticiarios abren sus espacios con la subida del precio en el mercado mayorista de la electricidad. Todos recordamos lo que ocurre cuando la prensa coge un hilo, le cuesta soltarlo. No hemos abandonado el hilo de la evolución de la Covid por países, comunidades y colectivos de edad. Tampoco han olvidado el aburrido hilo de la perpetua insurrección en Cataluña. ¿Recuerdas el pasado hilo de la prima de riesgo? Ahora ha tomado el relevo el precio mayorista de la electricidad y eso tensiona más a la clase política que utiliza estas noticias en función de sus intereses electorales.

 

Los mismos políticos que han sido incapaces de negociar una tarifa lógica para el consumidor en España permitiendo que el precio se fije por el sistema marginal (el más caro, sin duda), no han sido capaces de explicar que renunciar a la energía nuclear sube el precio del consumo de electricidad en los hogares y empresas. Tampoco han sabido explicar que su única idea para reducir el efecto invernadero de las plantas de generación de electricidad que provocan un exceso de emisiones de CO2 ha sido subir los impuestos lo que también sube el precio del recibo del consumo minorista. 

 

En definitiva y por no aburrir, la electricidad sube sin parar y ha superado el nivel de tolerancia de la sociedad. Esto quiebra la perspectiva del gobierno de recaudar más lo que les permitiría gastar en su famosa agenda social. 

 

¿Existe algo más social que permitir vivir de manera desahogada a las familias y negocios?, ¿Está en las obligaciones del gobierno luchar contra la inflación? La subida de la electricidad tensiona los precios de los alimentos y se traslada de manera inmediata al índice de precios con el que medimos la inflación. Tenemos costes asociados a la evolución de los precios y comprometidos en los presupuestos generales. Las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Un incremento de la inflación tensionará más los presupuestos generales del estado por estos dos compromisos, reduciendo recursos a otras líneas de gasto por el destino de los recursos para atender el incremento del coste salarial de funcionarios y pensionistas. ¿Dónde queda entonces la agenda social? 


El gobierno tiene un problema a corto plazo por el ruido mediático que supone enfrentarse cada día a la noticia de haber batido un récord en el precio de la electricidad. Tienen problemas con su mal socio de gobierno que echa de menos las manifestaciones y las pancartas en la calle, posicionándose como la oposición en el propio gobierno y que quiere evitarse el desgaste de la evolución del precio de la electricidad ya que les deja en evidencia ante la hemeroteca. 


Tiene el gobierno un problema a largo porque la inflación les impedirá comprometerse con gastos a futuro ya que ese dinero se lo llevará la subida salarial de la parte menos contributiva con la riqueza nacional y la creación de empleo.  

 

Los errores políticos se tapan con ocurrencias políticas y qué mejor que aprovechar la actualidad para atacar al partido llave en las próximas elecciones, a VOX que puede tener una influencia decisiva para la futura confección de gobierno de centro derecha en las próximas elecciones. Una denuncia por agresión de contenido homófobo ha sido utilizada de manera amoral por el gobierno con un doble objetivo, desviar la atención de la opinión pública sobre la subida del precio de la electricidad y como segundo objetivo, atacar a VOX culpándole de este crimen con el fin de desgastar su imagen y movilizar al desencantado votante de izquierdas.

 

¡Qué mala suerte! Resulta que la denuncia de la agresión ha sido falsa, un chapero para ocultar a su pareja su modo de vida y tras una cita sexual que sobrepasó los limites, se inventó la agresión para justificarse ante su pareja. Lo que no pudo imaginarse, el pobre hombre, era la repercusión que iba a alcanzar su mentirijilla. No pudo adivinar que tanto político tuviera interés en su caso.

 

Dos días más tarde, el caso policial se ha cerrado tras una investigación rápida y sobresaliente. Los políticos de izquierdas se esconden mientras se olvida el papelón oportunista que han tenido estos días o se justifican tras datos de la existencia de otras agresiones.

 

Por supuesto que el gobierno debe luchar para reducir las agresiones homófobas, para erradicar la violencia machista (la mal llamada violencia de género), para erradicar la creciente tendencia en las denuncias falsas de mujeres contra hombres, para eliminar los delitos de odio y para reducir el clima belicista que divide en dos al país. Eso es trabajar con visión a largo plazo. Están más habituados y cómodos creando lemas de campaña, movilizando durante unos días a los ministros para hablar, hablar y hablar. ¿Implantar planes y medidas para solucionar los problemas? ¡Qué pereza! No vaya a ser que cuando empiece a dar resultados esté gobernando el de enfrente. 

 

A todo esto, la luz sigue subiendo sin que se vea toma de decisiones para reducir su impacto. Se adivina que están haciendo números sobre dónde recaudar lo que van a perder por reducir el impacto fiscal en la factura de la electricidad, ya que no tienen la mano ninguna medida más eficaz para reducir de inmediato el coste para las familias. 

 

Querido lector, prepare su monedero porque otros impuestos nos subirán. Reducir el precio de la electricidad, aliviará la inflación y sus efectos perniciosos para la economía, pero el gobierno no se puede permitir el lujo de reducir la recaudación, tiene mucha agenda social donde quiere gastar.


Ay pinocho, últimamente nada te sale bien.

3.9.21

Valor y precio de un libro

 



Existen dos conceptos relacionados entre sí y coloquialmente hasta llegamos a considerarlos equivalentes. Valor y precio. Si avanzamos en la reflexión veremos que cada concepto tiene matices propios que nos ayudarán a diferenciarlos.

 

Precio es la medida en unidades monetarias con la que se cierra el pago de un intercambio comercial. Es el importe en euros u otra moneda al que cerramos una negociación.

 

Valor es el resultado de otorgar un precio imaginario a un bien. Fijamos ese importe en función de nuestro estado emocional, nuestros intereses, ilusiones y gracias a una comparativa de mercado basada en criterios aproximados un tanto limitados de datos contrastados.

 

Un ejemplo muy visual para comprender esta diferencia es la venta una casa, el vendedor le otorga un valor en función de sus expectativas, el cariño de sus vivencias pasadas en la propiedad, las obras de mejora realizadas a lo largo del tiempo y a un sondeo aproximado de mercado que ha realizado preguntando a los conserjes de la zona o entre los vecinos. El agente inmobiliario opinará, basado en su conocimiento del mercado, el precio de venta más ajustado al mismo. Finalmente, el precio será el importe al que cierren la operación de venta. En la mayoría de las ocasiones valor y precio difieren de manera significativa. 

 

¿Qué precio es el justo para un libro? El autor fija un valor en función del tiempo dedicado en su confección, su ilusión por vender y comparando ejemplares similares en temática y número de páginas. ¿Qué valor le otorga el lector potencial?

 

Habitualmente en redes sociales, donde la libertad de expresión alcanza un nivel muy alto, podemos ver solicitudes para conseguir libros gratis e incluso intercambios masivos de títulos. Cito mensajes textuales encontrados en los últimos días en Facebook:

 

–“Quisiera leer algún libro que me enganche, cual me recomiendan?, gracias y si me lo pueden enviar al correo electrónico en e pub lo agradecería”

–“Hola ¿Alguien tiene xxxxxx de xxxxx? para compartir. Gracias”

–“Buenas tardes ¿me podéis pasar la trilogía de xxxxx? Gracias”

 

Prestar libros ha sido, de siempre, una manera de compartir la cultura, en ese caso un libro solía tener una o dos vidas adicionales a la de su comprador. Todos recordamos el refrán que dice “libro prestado, libro perdido” y aun así los prestábamos a personas de confianza. En esos casos existió una compra que sirvió para dos o tres lectores, hasta que pasaba a descansar el ejemplar en una estantería.

 

Ahora de una manera relativamente sencilla tenemos la posibilidad de conseguir copias de libros de manera gratuita, pirateada pero gratuita. Copias ilegales de los libros más vendidos escritos por los mejores escritores, los más comerciales, se descargan a diario sin que de ese tráfico ilegal llegue recompensa alguna al autor.

 

¿Qué precio le estamos dando la cada libro?, cero.

¿Qué valor le otorgamos al trabajo del autor?, cero.

¿Qué valor nos otorgamos como lectores?, infinito.

 

La comparativa de mercado es demoledora, los libros de los autores más reconocidos en formato digital se sitúan cerca de los diez euros, el mismo ejemplar publicado en papel con tapa dura supera los veintiún euros. Los libros de autores con menor reconocimiento se venden a precios inferiores al euro. Incluso muchos de ellos por razones comerciales como promoción de salida, se ofrecen gratis durante unos días con el único fin de conseguir número de ventas que le ayuden a animarse a potenciales compradores que suelen repasar las listas de los más vendidos de la semana. En ese momento su libro digital tendrá un precio inferior a un euro.

 

Los lectores demandan poseer ejemplares de los escritores más reconocidos, de los más premiados o los de moda, pero no están dispuestos la desembolsar cinco, seis ni diez euros por un ejemplar digital, con ese mismo razonamiento tampoco están dispuestos a desembolsar 0,95 euros por un libro de un autor desconocido. En la sociedad del intercambio digital donde conviven con la sensación de que todo es gratis y puede ser conseguido sin pago alguno, el valor que se otorga a cualquier escrito literario publicado es cero.

 

Pregunta a cualquier lector enamorado del formato digital y te dirá que tiene dos o tres mil libros guardados en su ordenador por lo que no ha pagado nada en absoluto.

 

Querido piratilla, ¿has pensado qué valor le otorgas al autor?, ¿qué compensación merece el creador de la obra por la que disfrutas leyendo?, ¿estamos promocionando la esclavitud intelectual donde el autor crea sin recompensa monetaria la historia por la que los lectores disfrutan de las obras de manera gratuita? 

 

¿Hasta cuándo existirá este mercado sin tensiones? Me temo que mientras exista un exceso de oferta, será imposible dominar la piratería.

 

Querido lector, te necesitamos. Emocionalmente disfrutamos mucho cuando vemos cifras de lecturas en el blog, o los comentarios halagadores en redes sociales respecto a lo mucho que les ha gustado una de nuestras obras. También nos gustaría poder disfrutar de una recompensa por el trabajo.

 

La escritura se asemeja bastante al trabajo en el campo. Tardas un año en recoger la cosecha tras multitud de cuidados desde antes de la siembra, arar, plantar, regar, cuidar y tras meses, recolectar. Una novela lleva mucho trabajo previo y posteriormente una gran dedicación, durante meses, redactando y corrigiendo las historias. 

 

Si el escritor vende su producto conseguirá entre un cinco y un diez por ciento del importe de la venta, el resto del precio se lo reparten los márgenes comerciales de editorial y punto de venta, promoción, transporte y gastos. El agricultor verá que vende sus melones a céntimos de euro para después comprobar que en el mercado su precio se multiplica por treinta o más.

 

¿Cuál es el valor del melón?, seguramente su precio en el mercado que, al final, es el que determina la remuneración del productor restando todos los márgenes comerciales y de transporte. El agricultor sueña que ese precio de mercado es su valor aunque su precio sea treinta veces inferior. La oferta y la demanda son soberanas y fijan el precio final. Un precio muy bajo, cierto es. Pero es un precio y algo de ganancia le llega al productor.

 

¿Imaginas decirle al agricultor que debe regalar los melones y ser feliz contemplando cómo disfrutan los comensales del mundo?

 

Los libros no llegan ni a la categoría de melón porque existe un mercado enorme sin moneda de cambio donde se consume sin límite los productos de infinidad de autores a los que no se valoran. ¿Exceso de oferta? Sí ¿Exceso de piratería?, también.

 

Quizá escribir no tiene valor y no merece disfrutar de un precio. Menos mal que los escritores no vivimos de ello.

 

Piénsalo.

 

 

 




Nota final: Me emociona el haber superado hoy las 100.000 visitas, que son lecturas, a este blog. Es increíble conseguir que lean mis relatos tantas personas. Tengo los pies en el suelo y no me engaño, son lecturas gratis. Existe un libro publicado en Amazon con 39 relatos seleccionados entre los publicados en el blog. ¿Su precio? En digital 0,95€ y en papel 13,50€. Da igual, pocas ventas. No tiene valor.

19.8.21

Cuéntame algo, Ramón. El libro



Estamos de enhorabuena.

Ya está disponible el libro del blog, Cuéntame algo, Ramón con una selección de relatos publicados a lo largo de su corta vida.

Tras 20 meses de aventura, 129 relatos publicados, casi 100.000 lectores y superar los 20 países en difusión, he querido escuchar la demanda de algunos de mis lectores habituales que, amantes del libro impreso, me pedían que publicase una recopilación de relatos para poder tocar y leer acariciando el papel mientras huelen partículas de tinta y celulosa. Una edición para románticos de la lectura.

Este libro es un regalo para mis más fieles seguidores, aquellos que han comprado los tres libros anteriores.

Con esa obra, Cuéntame algo, Ramón me he presentado al concurso literario de Amazon 2021.

La primera criba entre los participantes al concurso la efectúa Amazon utilizando algoritmos que evalúan la capacidad comercial de cada obra. La manera de medir números es producir datos a seguir. Ventas de ejemplares y comentarios de los compradores. La mejor manera para apoyarme es adquirir un ejemplar, el más económico está en Amazon Kindle por el módico precio de 0,95 € y escribir la opinión que te parezca más justa. 

Te quedaré muy agradecido si difundes entre tus amistades el enlace para que puedan comprar el libro o este mismo artículo.

Enlace en Amazon:

Versión papel:

https://amzn.to/3kyo6kE

Versión digital:

https://www.amazon.es/Cuéntame-algo-Ramón-Rodil-Gavala-ebook/dp/B09CZCYVST/ref=tmm_kin_swatch_0?_encoding=UTF8&qid=1629383036&sr=8-4

7.8.21

Hikikomori

 


– Miguelito, son las once de la mañana. Ya es hora de que te levantes – Carmiña está que trina, no soporta ver a su hijo en plan camastrón perdiéndose la vida con tal de dormir sin parar.

 

No oye respuesta alguna, ni un sonido que señale algo de actividad tras la puerta de la habitación del niño. En plena adolescencia le permitieron, por intercesión de su padre, decorar la puerta de su dormitorio con un letrero escrito sobre una señal de tráfico de stop – No pasar – 

 

– ¡Miguel! – suena fuerte y agudo. Hoy no tiene el coño para ruidos y su hijo le está agotando la paciencia – ¡Miguel! — repite

 

Seguimos igual, sin vida reconocible al otro lado de la puerta. En lenguaje materno por todos conocido en la casa, perder el diminutivo en el nombre, indica que Carmiña ha sobrepasado el nivel superior de la paciencia. Ningún mortal arriesga su integridad ni se le ocurre superar la tercera llamada.

 

– ¡Miguel, la madre que te parió!

 

Carmiña abre la puerta del territorio prohibido con la energía de la rabia y la frustración. En su interior lleva cociendo la intención de limpiar y ventilar el estercolero en que se ha convertido la habitación de su hijo aficionado a la informática y a los juegos conectados a internet. En Japón bautizaron a los jóvenes que pasan el día encerrados con la única compañía de la tecnología. Esos jóvenes que entre el ordenador, la consola, los juegos, las series y alguna película son capaces de estar años sin salir de su domicilio, abandonando su habitación solo para la mínima higiene imprescindible o para alimentarse, preferentemente con bebidas excitantes con taurina y cafeína que les ayude a permanecer más tiempo conectados sin que les venza el sueño. Hikikomori.

 

La última vez que Miguel se dignó a pisar el exterior de su domicilio fue el día que una sobrecarga en el sistema eléctrico del barrio colapsó por exceso de demanda en plena ola de calor africano. Seis horas sin luz son seis horas sin internet, buscó desesperadamente un local cercano donde tuvieran wifi disponible, sin suerte pues la avería fue general. Descubrió que la moda había cambiado, las barbas desaliñadas y el pelo largo habían migrado a cortes de pelo muy agresivos con el cogote afeitado al estilo de marines de academia naval. Las ropas más estrechas permitiendo presumir de cuerpo atlético y escasamente alimentado. Eso fue meses atrás.

 

Carmiña del impulso de su entrada, choca con la mesa situada al fondo de la estancia junto a la ventana. Sube la persiana y el fuerte sol del mediodía de agosto ilumina una habitación con tres pantallas, una de ella una televisión de cuarenta pulgadas, dos ordenadores y una maraña de cables conectando servidores, plataformas y pantallas. Un botella de coca-cola junto al teclado, de cristal, por supuesto. Miguel lleva su fanatismo protector del planeta hasta el límite descartando comprar todo aquello que se encuentre dentro de envases de plástico o de lata. En la pared la orla de su promoción en la Universidad, más de cuatro años han pasado desde que se graduó sin conseguir trabajo serio alguno, salvo los que puede desarrollar desde sus teclados encerrado en su cárcel. La cama perfectamente estirada, sin arruga alguna, la ropa colocada en perfecto orden por tamaño y colores en su armario. Tres fotos enmarcadas en la pared, con su padre, otra con Carmiña y una tercera junto a una pelirroja que no identifica, los dos sacando la lengua.

 

– Cariño ¿otra vez?

 

Carmiña con el pelo recogido con un pañuelo y el palo de la mopa en la mano gira su cabeza  hacia la puerta donde le espera la mirada bondadosa y paciente de Juan, su eterno compañero.

 

– Carmiña ¿No te acuerdas? Miguel se mudó con Carla y viven en San Francisco, en el sitio ese donde todos son informáticos como ellos. Volverán por Navidad acompañados de tu nieto que está próximo a nacer. 

 

¡Lástima de Alzheimer!

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...