31.1.20

Nieve




-Te acompaño en el sentimiento, Eva
- Gracias. Apenas consigue hacerse oír, un suave hilo de voz acompaña su dolor.
Ha perdido a su eterno compañero tras una enfermedad brutal, desoladora, en un ejemplo de lucha sin descanso hasta que se dio por vencido, hasta que no le quedaron fuerzas. Se fue sin pelo, sin masa muscular, cansado, ojeroso, no era él, no era Luis. Aún en los peores dolores, no perdió la sonrisa, ni su picardía. Tras treinta y dos años juntos, se fue.
- Allí te espero, dijo antes del final.
Él mismo subió la dosis de morfina a sabiendas que podía ser mortal, los dolores se apoderaron de él. Con la habilidad propia del trato humano, de la enorme empatía que demostraban a diario los empleados y voluntarios del hospital de paliativos, le informaron del peligro de subirse la dosis. Una manera elegante de enseñar el camino al enfermo sin esperanza.
El día amaneció bonito, soleado, con una temperatura agradable propia del ecuador de la primavera madrileña. Pidió salir al jardín, cada habitación tiene una salida directa. disfrutó de las rosas amarillas y rojas plantadas a varios metros, del paseo silencioso del gato en su ronda por sus dominios, del volar de dos gorriones, repasó memorizando cada poro la cara de su amada Eva. Se besaron y abrazaron, la despedida. Sonrió antes de administrarse una dosis alta de morfina. En poco tiempo dejó de sufrir.
Eva se rompió por dentro, llevaba esperando muchos meses, disfrutando cada minuto y temiendo que fuera el último de verdad. Ha sido una bonita vida juntos. Un enorme vacío empieza a notar a su alrededor.
- Eva, ¿Me estás escuchando?. Su amiga Sofía la palmea en el dorso de la mano
- Perdona Sofi, no me centro. ¿Qué me decías?
- Te estaba recomendando que adoptes un perro
- ¿Un perro? si a mi nunca me han gustado los animales y además te destrozan la casa, por no hablar del olor que te deja
- Y la compañía que te ofrece, te obliga a salir a la calle tres o cuatro veces al día, socializas con los vecinos. He leído por algún sitio que vivir con un perro te alegra la vida y la prolonga
- No me veo con un animal, con lo desastre que soy yo para estas cosas
- Pues te vas a tener que organizar
- ¿Qué dices? No tengo que hacer nada, ahora no me apetece
Sofía se levanta un momento para recoger una caja grande de zapatos cerrada con un lazo de tela rosa, siempre ha sido un pelín cursi la Sofi. Deja la caja en el regazo de su amiga, mientras ilumina con una sonrisa su enorme cara redonda.
- Venga, ábrelo
- Mira que no estoy para regalos.
Con cuidado deshace el nudo del lazo y retira la cinta enrollándola con esmero, por si la puede reutilizar para algo, aunque el color se las trae. Abre la caja y...
- ¡Sofi!, ¡Tú estás loca! ya lo estás devolviendo
- No se puede devolver
En la caja un cachorro recién destetado de Bichón Maltés. Una bolita de pelo blanco. Al notar el aire al abrirse la caja, abre los ojos. Dos pequeñas aceitunas negras brillantes resaltan entre tanta blancura. Eva en un movimiento intuitivo acaricia al Bichón, que agradece la caricia frotándose por toda la extensión de la mano.
- Ya sois amigas, ¿Cómo la vas a llamar?
- No me la voy a quedar
- Es tuya
- Eres muy mala amiga, no me escuchas cuando hablo, no quiero perro
- Para no querer, no le quitas la vista de encima
- Puta
- Ramera
Conservan una broma desde la pubertad. Ahora con casi sesenta la siguen usando para cerrar disconformidades, discusiones o bromas.
- ¿Cómo?
- Sofía
- No puedes llamarla como a mí
- Nieve, por el color de su pelo
- Nieve, te presento a Eva, os cuidaréis mutuamente
Una buena amiga entrega un regalo de responsabilidad a Eva,  en su momento más difícil de la vida. No puede sustituir a Luis y aún así, Nieve se hace su hueco en la vida, en la casa y en el corazón de Eva. Nunca sabrá Sofía el enorme bien que le ha hecho a su amiga.

30.1.20

No lo consigo, hoy no.

- No seas perezoso
- Más que pereza se trata de una sequía de ideas
- Excusas, un escritor debe saber enfrentarse a la obligación diaria con el papel
- ¿Obligación? me gusta pensar que escribo por gusto y placer
- Habla del gusto y el placer
- No lo veo conveniente. Este blog es para todos los públicos y sensibilidades, no puedo defraudar a mis lectores y mucho menos a los suscriptores más fieles. Esos que no fallan cada día
- Pues de algo que te motive, del Rayo Vallecano, del virus chino o del eterno ruido catalán
- Política no. Me lo prohibí cuando creé el blog. Nada de política. La lectura puede unir, la política confronta mucho más que el fútbol. Además puedo dañar a alguien y no es mi intención. Sabes que tengo amigos de todas las ideologías. Definitivamente no.
- Ya está, escribe sobre el Atleti, eso da siempre mucho juego y además consigues más lectores que con otros relatos
- No está el horno para bollos. Estamos de depresión de resultados, de juego, de confianza y de goles. Se nos ha olvidado marcar goles. Otro tema
- Un relato de palomas
- ¿De nuevo palomas? ese tema ya se agotó
- Solo pones pegas. Está claro que no te da la gana escribir
- Te he dicho que estoy de sequía. He intentado encontrar alguna noticia en los periódicos que me inspire, pues tampoco. No encuentro nada que me ilusione
- Para no encontrar nada ya llevas una hoja
- Calla, deja de hablarme, me desconcentras.

No sé qué hago hablando con mi papel. 

Cierro los ojos, consigo que el papel deje de atosigarme, me relajo un poco, realizo ejercicios de respiración y al final me duermo con mi MacBook abierto. Una noche casi en vela, un día intenso de trabajo y mi edad fabrican el cóctel del sueño.  

No consigo escribir. Lo dejo para mañana. Sueño con papeles, con bolígrafos, con el Macbook y con la tinta. El sofá me acoge, el tiempo se para. Noto por un instante a mi hijo plegando mi ordenador tras evitar que se me caiga de las manos. 

Me arropa con la manta del salón. 

Hasta mañana.



29.1.20

Jacinta tiene carné de conducir

Jacinta mujer robusta, brazos poderosos, caderas abundantes y pecho generoso se mueve con agilidad, está en  forma  gracias a su imparable actividad en la granja. Madruga a diario antes del alba, junto con Venancio su callado marido que prodiga más palabras a las vacas que a ella. Son primos segundos y se casaron hace una vida por mucho interés y algo de cariño familiar. De su unión nacieron Juan y Miguel que emigraron en cuanto pudieron. Juan se alistó en el ejército al cumplir los dieciocho. Miguel un año después se fue al seminario provincial. Nadie comprendió su vocación repentina, en su casa no se prodigaban por la iglesia. Aún así, se fue. Ambos no son propensos a visitar a sus padres, la dura vida del campo es suficiente para desanimar al más amoroso de los hijos. Huyeron de la granja y la aldea cercana, nada les ata allí.

Venancio sale a diario con las vacas a pastar al monte mientras Jacinta se encarga del resto de animales, dar de comer a los dos gorrinos, gallinas y conejos. Revisa a lo lejos el maíz y las parras de uvas. La abundancia de fruto permite adivinar la próxima producción de vino. La vida transcurre plácida y monótona. Una vez que las vacas y Venancio se pierden, enciende la radio con música. El sonido y la armonía la acompaña en sus quehaceres, nota que también es gusto de los animales. Les relaja. 

Jacinta se casó muy joven, recién abandonada la niñez. Con diecisiete años, un año después lucía embarazo y sin esperar a quitarse los puntos se quedó enseguida del segundo. En un año dos críos que le dieron más lucha que el resto de la granja en sus primeros tres años. La pelea continua con animales y niños junto con la poca comunicación de Venancio y su torpeza como amante, enfrió la relación hasta convertirla en convivencia de primos. Está a punto de cumplir los cuarenta. Últimamente nota que su cuerpo le pide marcha, vida, roce, lujuria, sexo. Ya no recuerda el tiempo que lleva en secano, fácil una década. Viven aislados, cerca de una aldea con tres viajas nonagenarias que aparentan ser las fundadoras del mundo, a penas salen, no conviven. Dos de ellas son tías segundas de Venancio y de rebote de ella. Está sola.

En ocasiones observa al gallo montando a las gallinas en el cercado. ¡Qué jodío, qué suerte tiene! y ellas también. Cuarenta años, sola, caliente y ardiente. Va a estallar.

Esa noche le dice a Venancio durante la cena donde solo se escucha el ruido metálico provocado por el choque de los cubiertos en los platos de metal, esos de tipo de camping, donde comen su potaje de verdura con un huevo estrellado y un poco de lacón.

- Mañana voy a bajar a Catoira
- ¿Vas a comprar?, necesito una azada nueva, ya que vas, podrías subir una
- Te subiré la azada. Voy a la autoescuela para sacarme el carné
- ¿Para qué quieres tú el carné?
- Para conducir
- ¿El qué?
- El coche que nos compraremos

La mira, le mira. Silencio. Nada más que decir. Venancio sabe que ya está decidido. Mejor no insistir.

Tras dos meses de clases teóricas, estudia por las mañanas tras sus obligaciones en la granja y con mucho esfuerzo por su parte, ya que nunca se ha terminado un libro y le cuesta mucho entender lo que lee. Jacinta aprueba el examen teórico sin ningún fallo. Comienza las clases prácticas y tres semanas después consigue aprobar la prueba. Ya tiene licencia de conductora.

- Mañana voy a bajar a Vigo, pasaré el día, voy a dormir en casa de la prima Isabel. Regresaré pasado a medio día. Te dejo comida en la nevera, solo tienes que calentarla

Venancio no pregunta, la mira solo el instante que aparta la vista del televisor. ¿Qué se le ha perdido a esta en Vigo?. No se lo pregunta, no tiene huevos. 

- Vale. Es toda la conversación que consigue articular.

Dos días más tarde aparece Jacinta al volante de un coche de segunda mano color blanco, un Citroën con seis años de vida. 

- Ha salido muy barato

Venancio mira el coche, mira a su mujer. Mira donde lo ha dejado estacionado. Mira a su mujer.

- ¿Se va a quedar ahí?
- Ese va a ser su sitio, sí. ¿Por?
- Por nada. ¿Para qué necesitamos un coche?
- Para moverme un poco de aquí. necesito hablar con los vecinos, reunirme, hablar, tener vida. Solo tengo cuarenta años y no me quiero enterrar en vida como las vecinas de la aldea. Nuestros hijos han huido de aquí, me siento sola, Venancio
- ¡Ah! pues vale entonces

Jacinta se anima todas las tardes a visitar los alrededores, recupera relación con familiares, amigos, amplía su sociabilidad con conocidos de sus amistades. La parroquia la acoge con ilusión, siendo madre de un seminarista, en el concejo, también. Reuniones de mujeres, de amas de casa, acude incluso a la reunión de peñas para la feria. Todo la viene bien, con tal de relacionarse y poder hablar con alguien. Su coche es conocido por todos, baja y sube por las carreteras de las montañas con cada vez más soltura.

Mucha relación, mucha relación y su picor no se le pasa. Habla con muchas mujeres, los hombres de alrededor, en su mayoría, son calcos de Venancio, rudos, callados, gordos, calvos y feos. Por lo menos está entretenida de mente, de ingle tendrá que esperar, volver a la insatisfacción que significa Venancio o hacerse un selfie, que también hace años del último. No sabe qué hacer, cada vez más su cuerpo le demanda con más fuerza.

Esta noche la lluvia dificulta mucho la visión por esas carreteras de montaña, estrechas y mal señalizadas. Tras una curva cerrada, se encuentra los faros brillantes de un camión de reparto y una furgoneta que le adelanta. Gira a su derecha para evitar el choque, se salva por centímetros. No paran, ninguno de los dos vehículos que siguen su camino. El coche de Jacinta resbala en el arcén, el escaso dibujo de las ruedas, su falta de pericia, el piso mojado, su visión borrosa tras los cuatro faros deslumbrando la noche y el miedo producto de la inexperiencia empujan su coche por la ladera. 

Se desliza marcha atrás, no sabe cómo reaccionar, afortunadamente el coche no gira ni da vueltas de campana, solo se desliza por una cuesta de hierba alta mojada, sin mucho agarre. Finalmente un par de árboles frenan el deslizamiento. El golpe resulta un poco violento, lo suficientemente fuerte como para darle una sacudida en la espalda y en el cuello. Queda dolorida. Ese dolor le viene a la mente, recuerda la ciática que la acompañó en su segundo embarazo. No puede moverse del dolor. Recuerda apagar el contacto para evitar males mayores y espera. Nada, no se escucha nada. No viene nadie. 

Tres horas más tarde, Venancio preocupado por la tardanza y lamentando el no tener teléfono móvil, recorre los dos kilómetros que le separan hasta la cabina más cercana. Llama a la Guardia Civil que toman nota y le dicen que se pondrán en contacto con él en cuanto tengan noticias.

Dos días más tarde, un cazador furtivo recorriendo el monte divisa un coche blanco con un persona dentro, se acerca y avisa a la Guardia Civil.

El operativo de rescate moviliza a Guardia Civil, una grúa de los Bomberos, una ambulancia y varias decenas de curiosos. Jacinta está bien, el golpe ha tenido como consecuencia provocarle un pinzamiento del nervio ciático, además por prevenir, la protegen el cuello con un collarín. La recomiendan ir al hospital para revisarla, la darán el alta en breve. El coche está bien, salvo el golpe de la parte trasera. Lo suben hasta la carretera. Arranca a la primera. Útil.

Ha tenido suerte, su problema físico tiene solución, el coche también, pasará por el chapista para el bollo en la carrocería. Su experiencia en el monte sola durante cuarenta horas, enriquecedora. Muchas horas para pensar, descansar y escuchar la radio. Sus picores han desaparecido. Tres selfies tienen la culpa, los necesitaba. Sus dolores de espalda lo agradecen. No sé por qué he esperado tanto, se recrimina.

Desciende de un coche de la Guardia Civil Venancio, a lo lejos, le ve hasta guapo. Cuanto más tienes más quieres. ¡Qué vicio de cuerpo!

28.1.20

Diecisiete

- Hasta luego

Portazo. No hay manera, por mucho que se lo recuerde a diario no tiene cuidado, va por la vida aislado con sus auriculares a un volumen insano e imbuido en sus pensamientos, profundos e interesantes sin duda. Entre ellos no entra el respeto por el descanso y la paz de los vecinos. Será la edad, recuerdo que mis diecisiete fueron más o menos así. Prefiero ser práctica, armarme de paciencia y evitar ser una madre fiscalizadora, recriminadora y pesada, ya sufrí a la mía en su momento y llegué a odiarla a diario.

Recuerdo que rebuscaba en mi habitación para localizar un paquete de tabaco, me espiaba cuando hablaba con mis amigas parada en el pasillo, lo mal que disimulaba cargando ropa para dar la imagen que estaba de camino a algún armario para guardarla. Un día la pillé en el pasillo y le monté tal bulla que mi padre llegó a intervenir, me hizo comprender que no eran formas y por mucho que me molestara la actitud de mi madre, debería hacer un esfuerzo de comprensión.

- Que respete mi intimidad, ¿Es mucho pedir? A mí no se me ocurre espiaros a vosotros. La verdad es que me da igual de lo que habléis.

No me faltaba razón en montar bulla, mi madre era y es muy pesada. Nunca hemos tenido una relación cercana y de confianza, soy más de mi padre, más como él. Mi hermana Pilar es más como mi madre, pegada a ella todo el día. La visita casi a diario o la llama por teléfono. Justo lo contrario a mí. Espacio mis visitas porque no me alimentan, me generan mucha tensión y no me merece la pena. El teléfono es un instrumento que pocas veces utilizo. No me gusta dedicar tiempo a la conversación banal. Si llamo es para algo práctico y cuelgo enseguida.

Volvamos a mi príncipe, Miguel. Grande como una columna, descuidado a propósito, su existencia la llena provocando de manera silenciosa. Me gusta tener la casa ordenada y lo más limpia posible. No soy de estar con la mopa, la aspiradora y la fregona todos los días, para eso tengo ayuda en casa, me sale cara, pero la tengo. No pretendo ser un esclava de mi casa, bastante tengo con mi trabajo al que dedico demasiadas horas del día. Ser autónoma es lo que tiene, no existen los horarios. A Miguel le encanta dejar su ropa tirada por la habitación, un jersey sobre la cama, una manga del revés, la camisa en el respaldo de la silla con las dos mangas del revés, los pantalones en el suelo y los zapatos los encuentras separados, el derecho bajo la mesa girado enseñando la suela, el izquierdo acogiendo un calcetín, junto a la puerta. Su mochila del colegio en la cama, abierta con el ordenador escolar asomando media pantalla. Me he pasado meses colocándolo todo según salía de su habitación para ducharse.

Mi marido Miguel, también, tras mucho tiempo insistiendo, me ha convencido que no haga nada con su desorden.

- Si te molesta ver su caos, cierra la puerta de su habitación. Se tiene que acostumbrar él a ordenar sus cosas, a tener cuidado con la ropa. Si te encargas tú, seguirá dejándolo todo según cae al desprenderse de ello.

Me ha costado, mientras Miguel hijo se ducha de regreso del Instituto me asomo a su habitación e inicio mi nueva reacción. Cierro la puerta. No me engaño con ilusiones, tras la ducha, no solo no le molesta ver la habitación así sino que añade una toalla muy húmeda al respaldo de la silla de estudio, los calzoncillos descansan en el suelo del baño sobre la alfombra de la ducha. Empapada.

La hora de la cena se acerca, la prueba definitiva para la paciencia de ambos. Primer choque con las obligaciones de adulto para Miguel. No le preparo la cena a propósito. Sobre la encimera dejo un par de huevos, un plato, un tenedor, la tabla de la cocina, un cuchillo y preparada media cebolla, un trozo de pimiento junto a un paquete de trozos de jamón cocido. Lo siento Miguel hoy vas a empezar a ser adulto, vas a hacerte tu cena.

- Tengo hambre. Primera frase del día dedicada a mi persona.

- Tienes para tortilla y la puedes acompañar con fiambre, para ser la primera vez algo fácil.

Miguel me mira como a un extraterrestre recién aterrizado que utiliza un lenguaje desconocido. Sus ojos me taladran. No entiende nada.

- Tengo mucha hambre

- Pues hijo, está en tu mano. Empieza cuando quieras

- Pero ¿Me la tengo que hacer yo?¿Por qué?

- Ya tienes edad de ser autónomo y liberarnos de obligaciones a tu padre y a mi.

- Pues vaya 

Se va a su habitación, que se encuentra tal y como él la dejó. En un mismo movimiento se tumba en su cama mientras separa con los pies la ropa que había dejado tirada y la mochila. Se concentra en su móvil con algún vídeo de una serie de moda. Se ríe con ese sonido gutural que utiliza para dejar nota a los demás que le divierte lo que ve. En pocos minutos volverá, tiene hambre y esa sensación es más fuerte que su herido orgullo.

En diez minutos regresa, justo cuando Miguel padre está terminando de recoger la cocina.

- ¿Vas a querer cenar? Ahí tienes los instrumentos y los ingredientes para cocinar

- No sé cocinar

- Es fácil, para aprender, lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda.

- ¿Me la haces y yo miro para aprender?

- No hijo, esto no es Youtube. Te puedo indicar cómo se hace pero vas a hacerla tú, así se aprende

Oigo la conversación con interés desde el salón, me obligo a quedarme sentada si me levanto todo lo avanzado se perderá en un instante. Nuestra obligación es enseñarle a crecer y espero que se dé cuenta de lo egoísta de su comportamiento.

La educación es un camino largo lleno de vaivenes, Miguel es un buen chico, fue cariñoso y espero que lo vuelva a ser, fue conversador y espero que lo vuelva a ser, fue amable conmigo y espero que lo vuelva a ser. Deseo que aprenda a ser autónomo, ordenado y, por favor, que pasen pronto estos años de aprendizaje para ser adulto. Quiero recuperar a mi hijo y olvidarme de esta época donde él tiene todos los derechos y yo todas las obligaciones.

Te quiero Miguel y hay días que te odio. Sí, tienes que saberlo, no siempre las madres somos las malas y las pesadas, también los hijos pueden llegar a serlo. Te quiero con toda mi alma.

27.1.20

Hen party

- ¿Lo tienes todo preparado?
- Lo tengo, Andrea. No es la primera vez
- Es la primera en casa de Yolanda. Si sale bien, tendremos mucho ganado

Andrea y Luisa son socias en un incipiente negocio que como todos en sus inicios, muy necesitado de promoción comercial personalizada, sus ventas por internet avanzan muy despacio y pocos de sus clientes han alcanzado un nivel de recurrencia en las compras. Es muy difícil crecer en un mercado tan complicado y competir contra Amazon y Alibaba que presionan el mercado con precios muy bajos y un servicio de reparto casi inmediato.

Yolanda, actriz conocida y reconocida presta su casa para la reunión. Avisó que tiene confirmada la presencia de otras siete mujeres, todas relevantes y con buen nivel adquisitivo. Dos empresarias de éxito, una cantante, otra actriz, dos catedráticas de universidad y una médico anestesista. Todas en la cuarentena muy bien llevada, arregladas, bien vestidas y con gusto por los detalles.

Están todas sentadas en el enorme salón de Yolanda, disfrutando de algo de comida para acompañar los cócteles que les está sirviendo Beatriz una habilidosa camarera contratada para la ocasión, mezcla diversos licores y zumos para producir ricos y alabados combinados. Las actrices y la cantante se muestran más desinhibidas que el resto, están más acostumbradas a la fiesta y al alcohol. 

Las empresarias prefirieren cócteles tradicionales, van a lo seguro, la anestesista no bebe y se conforma con un zumo. Las catedráticas, ambas igual de aburridas vistiendo trajes de chaqueta y pantalón grises funcionales, se decantan por un Manhattan.

Cuando Andrea y Luisa llegan a la casa, el ambiente esta divertido, se las ve animadas. Su conversación es alegre y con volumen elevado. Solo hay invitadas mujeres, además una camarera de bebidas y otra con la comida o lo que se le demande. 

- Pasad, pasad. Estáis en vuestra casa. Mirad chicas os voy a presentar a mis amigas Andrea y Luisa de la compañía A&L. Mira os presento, Rosa, Ana, Susana, Carmen, Paqui, Asunción y Gloria. Empresaria 1, empresaria 2, actriz, cantante, catedrática de psicología, catedrática de física y anestesista.

- Hola, responden al unísono Andrea y Luisa
- Poneos cómodas, dejar vuestras cosas allí en la mesa si os parece mientras Bea os prepara algún combinado
- Por ahora sin alcohol, gracias. Tenemos que trabajar
- Habla por ti, bonita, puntualiza Luisa, a mí pónmelo alegre que quiero estar en el mismo nivel que el resto de la sala

Los ingleses, con muy mala leche, llaman a las reuniones de mujeres, hen party, traducido literalmente es fiesta de gallinas, por el ruido que genera un grupo animado de mujeres. A Andrea le viene a la cabeza dicha definición, varias conversaciones a la vez, en tono agudo alto e incluso chillón y para rematar, la risa escandalosa y contagiosa de Susana, la actriz, famosa por una telenovela que lleva emitiéndose cuatro años en la sobremesa. Una reunión divertida.

Yolanda está emocionada e impaciente, lleva varios días con la ilusión de esta fiesta que ha preparado con mimo. Se pone en pié y solicita un poco de atención.

- Amigas, si os parece podemos empezar

Ambas camareras se retiran a las habitaciones de servicio, tienen instrucciones de dejarlas solas hasta que las reclamen y ambas se quedan a la escucha, tienen mucho interés sobre lo que va a hablar.

- Ahora que estamos solas, dejo la palabra a mis amigas de A&L

Luisa se incorpora como portavoz. Se ha puesto cómoda, zapato plano y un vestido con falda de vuelo. Siempre tiene calor, lleva un par de años que siempre tiene calor y no se ha acostumbrado aún del todo. Es una mierda, recuerda constantemente. A punto de cumplir cincuenta años, está muy guapa y se siente muy bien consigo misma. Lo que más coraje le produce es tener que ir acompañada de un abanico continuamente.

- Quisiera que nos sintamos cómodas todas nosotras, si en algún momento alguna necesita parar, descansar o no está a gusto. Me lo hace saber y paramos o variamos el ritmo. ¿Estamos de acuerdo?

- Sabemos a lo que venimos, Luisa. Yolanda habla en nombre de todas, como anfitriona contesta.

- De acuerdo, pues vamos allá. Os propongo un viaje por los sentidos. Un buen ambiente previo es imprescindible para favorecer el deseo. ¿Qué mejor manera para empezar una sesión de amor rodearnos de paz, tranquilidad y armonía?, ¿En cuántas ocasiones llegamos a la hora convenida para el sexo y las ganas se quedaron en otro momento? El cariño está, necesitamos reencontrarnos con las ganas para que vuelva la pasión.

- Empezamos con el primer sentido, el olfato. Os voy a mostrar algo que os es muy familiar. Velas.

Deposita en la baja mesa central de cristal frente a los sofás del salón tres tipos de vela. 

- Esta vela es para perfumar el ambiente, similar a las que podéis encontrar en cualquier establecimiento de ambientadores. Podéis elegir varios olores que os motiven. Vainilla, incienso, canela y otros más tradicionales como Nenuco, manzana verde o lavanda. Nada nuevo.

Muestra en su mano derecha una vela dentro de un tarro de porcelana

- Esta vela con base de aceite de argán tiene doble utilidad. Encender la vela quince o veinte minutos antes de su uso, el olor que produce crea un clima perfecto de armonía y paz. Con la cera derretida, sin peligro pues no quema, podéis disfrutar de un relajante masaje que os irá animando. Mis clientas me cuentan que siempre desean un final feliz. Válido para él y para ella.

Señala a la tercera vela, incluida en una lata

- Esta tercera es muy similar a la segunda, tampoco quema, está fabricada con otros aceites, en este caso de rosa de mosqueta. Ambas velas son muy hidratantes y huelen muy bien. Podéis tocarlas y olerlas.

- ¿Podemos encender una? pregunta Paqui, la cantante.

- Claro que sí, se adelanta Yolanda ¿cuál preferís?

- La segunda. No espera confirmación de las demás y con su propio mechero enciende la de aceite de argán. La aparta a otra mesa auxiliar apartando la lámpara para evitar que se queme la pantalla.

- Continuamos con el viaje por los sentidos, el gusto. ¿A quien no le gusta comer, chupar, lamer? ¿Y que te lo hagan? 

Aparecen las primeras risitas pícaras. La insinuación a alguna le relame de gusto. Por la posición corporal nuestra catedrática de psicología parece que no disfruta de comensal en su mesa. Lástima.

Luisa tiene varios tubos similares a pasta dentífrica en la mano. Andrea la ayuda con otro recipiente con apariencia de perfume y un juego de pinceles.

- Os ofrezco probar sabores. Esto que tengo en la mano son lubricantes comestibles. Tienen doble función. Hay varios sabores: fresa, aloe vera, guaraná. El de fresa es el más demandado. Los lubricantes son de base agua. ¿Alguna quiere probar un poco?

Se adelanta Asunción que empieza a animarse.

- Yo misma.

- Dame el dorso de tu mano. Voy a untar un poco en tu mano. Bien. Ahora chupa, sin miedo

Asunción chapa el dorso de su mano entre el dedo índice y el pulgar. Con cara de sorpresa agradable.

- Está bueno, sabe a chicle de fresa. ¿Puedo probar otro?

Luisa le extiende un poco de los otros dos.

- Me gusta más el de fresa. Animaos chicas, está bueno

- Creo que alguna se va a animar con el gel que lleva Andrea. ¿Una voluntaria?

- Venga, voy. Esta vez se atreve Paqui.

Andrea se ayuda de un pincel para extender una pequeña raya del gel de chocolate en el dorso de la mano. Paqui la chupa y sonríe.

- Quiero más. De esto me voy a llevar varios. Se me ocurre utilizarlo con Javier, así me animaré a chuparle más tiempo y luego me lo extiendo para que él también pueda probarlo ¿no?

Todas se ríen y se animan a probar el de sabor chocolate. Un éxito. Casi todas quieren llevarse.

- Veo que os vais relajando, va bien. Antes de pasar el siguiente sentido, Andrea os va a pasar unas fichas para que completéis datos. Es poca cosa, el nombre, la dirección donde queréis recibir los pedidos y para anotar el producto que os gusta, ya están impresos con foto, únicamente hay que elegir la cantidad. Al final sumamos y os podemos cobrar con tarjeta, hemos traído el datáfono. Mañana recibiréis el pedido por la mañana por mensajero, siempre que viváis aquí en Barcelona. En una caja tipo Amazon, discreción ante todo.

Andrea reparte a cada una, la ficha y un bolígrafo Bic rosa de tinta azul con la inscripción dorada, A&L sensaciones, S.L. en una de las caras; en la opuesta ayls.com

- El boli es de regalo

- Tercer sentido, el tacto.

Sobre la mesa, Andrea deposita una montaña de consoladores de todo tipo. Desde una réplica en látex de un actor porno famoso por sus dimensiones extras, hasta diversos diseños más propios de adornos o incluso de joyas.

- Tenemos los famosos dildos, con o sin vibración. Tomarlos sin miedo, tocarlos, revisar su suavidad, sus formas. 

Se van pasando de uno en uno los artilugios, los tocan, golpean, ríen y comparan.

- Si mi Manuel ve esto se acompleja, él va justito de talla.

- No le quito ojo a esa tan grande. ¿Talla extra?. Y ¿entra toda?

Se ríen.

- A eso me destroza, soy pequeñita por dentro. Me da hasta miedo.

- Toma quédate con este. Le acercan uno pequeño.

Luisa recupera el control que ha decido ceder por un momento con ánimo de soltar a las más reprimidas en la reunión. Las animadas compran más, lo sabe.

- Eso es un vibrador de bolsillo, se nos ha juntado con los fijos, pero ya que ha salido os enseño la segunda parte del sentido del tacto, los que vibran. Este funciona con batería recargable por USB, igual que el móvil. Con una autonomía de una hora, ideal para llevarlo en el bolso para un arreglo. Aunque para el bolso tengo otro mejor.

Enseña en su mano un lápiz de labios.

Si eso es un pinta labios. 

- Sí lo es. Te puedes pintar los labios. Y se los pinta para enseñar que es de verdad. Además si le das al botón que tiene en la base se mueve, puedes elegir entre varias velocidades. Cierra la tapa del pinta y puedes notar cómo se mueve. Toma pasadlo. Notarlo en la mano.

El pinta labios pasa de mano en mano, hasta que llega a Carmen que se lo deja entre las piernas junto con la carcajada del grupo. 

- Vibradores discretos tenemos varios. Este es una esponja, pensado para jugar en el baño. Este otro es un huevo con varias velocidades. Este dildo es tan bonito que lo puedes dejar expuesto en la vitrina de tu sala de estar como adorno. Pasarlo. Todos tienen la batería cargada.

La esponja se queda en los pantalones de Rosa, el huevo pasa de mano en mano, está muy rápido y no les atrae.

- Esperad, tengo el mando a distancia del huevo. Se puede ordenar el ritmo desde el mando. Yo lo suelo recomendar para los previos. Utiliza un gel de agua antes de introducírtelo, dale el mando a tu pareja y dile que es el responsable de tu placer. 

Ya ni se mantienen sentadas, se levantan más, hablan más fuerte, se comentan en pequeños grupos experiencias y confidencias. 

- Tenemos dos sentidos más, la vista y el oído. Para la vista tenemos lencería provocativa que puede ser elegante o explícita según tus gustos. Y para la NO vista, proponemos antifaces de diversos materiales. Andrea os propone un par de antifaces, para lencería tenemos un catálogo por si a alguna le interesa. Dentro de la ropa, hay disfraces y complementos. El más demandado son la esposas, tenemos dos modelos, las típicas de policía y otras acolchadas adornadas con tela suave para no dejar marcas en las muñecas. Para las que le guste atar o que las aten.  

La reunión se alarga durante más de dos horas. Secretos de alcoba ocultos durante años se revelan sin pudor. Confesiones, deseos y necesidades. El ambiente es privado, todas son de fiar. Educadas con buen nivel cultural, de la misma edad e idénticas realidades. Nada de lo que cuenta una sorprende en exceso a otras. Un gran compañerismo reina en la reunión.

- Uy, uy, ah, ah. 

- Mirad, mirad a Yolanda

Estirada en el sofá, Yolanda disfruta de una sensación única. Sonríe pícaramente.

- Es bueno para el cutis. Voy a sacármelo. Me lo quedo Luisa. Este huevo es magnífico. ¿Quién era la dueña de mi clítoris?

La risa de Andrea la delata. Le gusta mucho Yolanda y ha sabido cómo llevarla.




25.1.20

Director de ventas

- ¿Qué pasa en tu equipo? Lleváis un mes desastroso en ventas con un cumplimiento de objetivos del 45% muy por debajo del resto de equipos de ventas. Laura, Directora Comercial de la compañía despacha en su reunión semanal con Alfredo, Jefe de Ventas de Castilla-León.
- Estamos gestionando muchas más visitas que en meses anteriores, explorando nuevos territorios incluso hemos analizado nuevos distribuidores en la provincia de Soria. Los tres propuestos los ha rechazado el Departamento Financiero. Eso son temas que nos consumen mucho tiempo y cero ventas
- Nos quedan dos semanas y te recomiendo centrar los esfuerzos en vender más, repasar los clientes principales que tengan menos pedidos que en la media de los meses anteriores.
- Ya los repasamos, los mayores clientes de la región acumularon pedidos en diciembre por varias razones, para gestionar su exceso de tesorería acumulando mercancía a precios del año pasado evitando la subida tradicional de enero, otros para minorar sus beneficios anticiparon las compras a diciembre con fin de subir los gastos para pagar menos a Hacienda. Por último, Stauffer Machinne, nuestro cliente número uno, nos ha anunciado que está en un proceso de fusión en su matriz que les afecta a la toma de decisiones en España. No han solicitado ningún producto. Mañana tengo cita con su Jefe de Compras, ¿si quieres venir conmigo?
- Por supuesto que iré contigo, cuatro ojos ven más que dos. ¿Sigue Amalio de Jefe?
- Sigue.
- Bien, conservamos una buena relación. Voy a Valladolid y quedamos una hora antes para repasar cifras. También nos podemos dar una vuelta discreta por el exterior de su nave para observar si hay cambios en la actividad.
- Entonces mañana nos vemos, esta tarde tengo una reunión con mi equipo para dar una vuelta a la situación, mañana te cuento.
Ambos cuelgan la llamada.

Alfredo está preocupado, no llegar al 80% del objetivo significa no llegar al mínimo para poder cobrar las comisiones de ventas del mes. Cierto es que en el mes de diciembre se salieron, finalizaron como el mejor Equipo de ventas con un 210% sobre el objetivo. Ese éxito, que cobrará el mes próximo, está condicionando el mes de enero. Necesita a su equipo para darle la vuelta y asegurarse conseguir el objetivo para poder cobrar su parte variable, la fundamental en su retribución.

Primera hora de la tarde coinciden los cuatro del Equipo en la sede en Valladolid, estas reuniones mejor tenerlas en persona. Todos centrados en el asunto en discusión, sin despistes. Las reuniones por teléfono son muy operativas para dar instrucciones y recomendaciones, en cambio a la hora de establecer debate o intervenciones múltiples son menos eficaces porque cada persona tiene muchos estímulos al otro lado de la línea que le distrae de lo fundamental.

Se sientan en círculo, utilizando unas sillas con tabla en forma de raqueta a la derecha para escribir. Alfredo prefiere reunirse en la pequeña sala de formación que en el despacho, Necesita unión de grupo, compromiso, soluciones. Evita el despacho para dejar la jerarquía aparentemente aparcada.

- Buenas tardes amigos, saluda. Hola Rosa, Esteban y Manuel

Todos contestan, se llevan bien, su relación es fluida dentro de los profesional. Tienen repartidos los territorios geográficamente, salvo Alfredo que lleva por ser el Jefe de Ventas a los mejores clientes de la provincia que sea. Incluso en su cartera de clientes, tiene uno de Madrid que su fábrica de producción se encuentra en Segovia. Rosa lleva Salamanca, Palencia y Zamora, Manuel se encarga de Burgos y Soria, Esteban Segovia y Avila y por último Alfredo lleva a los mejores clientes además de Valladolid y León.

- Organizamos esta reunión de seguimiento semanal de manera excepcional de forma presencial, os agradezco el esfuerzo de desplazamiento para coincidir todos y a esta hora. Estimo que podemos terminar a buena hora para permitiros regresar a casa sin que se haga muy de noche.
- No importa, Alfredo. ¿Laura está nerviosa?
- No es un problema de Laura, el problema es nuestro. Conocéis las ventas que llevamos este mes, a mitad de enero llevamos el 45% del objetivo y sabéis el peligro que tiene a estas alturas llevar tan poca facturación, estamos comprometiendo nuestra retribución variable si no conseguimos llegar al 80%
Rosa interviene
- Bueno, yo estoy al 90%, parece que el problema lo tenéis los demás
- El problema lo tenemos todos, Rosa, somos un equipo. Tu retribución depende de tus ventas y en un 25% también de las ventas de todo el Equipo. Recuerda que tu incentivo del pasado mes te benefició el cumplimiento conseguido con los mayores clientes que no gestionas precisamente tú. Estamos en un equipo y somos solidarios, dependemos todos un poco de todos. Y juntos podemos ayudarnos. ¿Qué os parece? ¿Alguna idea?
- Podemos reducir trabajos más administrativos que nos consumen tiempo y ninguna venta. Hemos perdido dos semanas muy valiosas visitando posibles distribuidores que nos han denegado, uno tras otro. Si no queremos distribuidores nuevos, ¿Para qué nos hacen perder el tiempo?. Manuel es el más afectado por la provincia de Soria. Lleva Soria y Burgos. Su carácter de castellano recio puede sonar seco y agresivo en su manera de expresarse, en el fondo es una buena persona, ruda, seca y sociable. De gran corazón, implicado, trabajador incansable mientras le centres. Tiende a dispersarse, el Jefe necesita indicarle los pasos siguientes para mantener la facturación.
- Entiendo lo que quieres indicar, sí podemos aparcar la captación de nuevos distribuidores para más adelante.
- La solución está en visitar a más clientes, Esteban todo lo soluciona con más visitas, bajar precios y hacer ofertas. Comercial agresivo muy querido por sus clientes quienes le tienen tomada la medida, solicitándoles descuentos, ofertas o retrasos en el pago continuamente.
- Rosa, ¿Qué se te ocurre?
- Yo me he listado en una hoja de cálculo las ventas de cada cliente mes a mes durante dos años. Comparo la venta media mensual, con los dos últimos meses de enero y si hay variación significativa, le visito, Ya sabes que cuando vas a ver al cliente, pasan cosas y generalmente vendes algo más
- Puedes asignarnos gestiones directamente a nosotros de los clientes minoritarios que habitualmente gestionan desde Madrid por teléfono. Propone Manuel. Podemos quedar la semana próxima y nos das los listados de contactos
- Dame un descuento que suponga reducir la subida de precios de enero y un poco más hasta un nivel interesante para nuestros clientes, que noten que comprar en enero le sale más barato que comprar en diciembre. Esteban mantiene su única estrategia, vender mucho a precios bajos.
Rosa se apunta a la idea de Manuel.
- Me parece bien asignarnos a clientes que llevan desde Madrid por teléfono. Puedes asignarnos lo de mayor potencial, les visitamos y las ventas que cerremos, para nosotros la comisión ¿Qué te parece Alfredo?
- En las cosas que están en mi mano, de acuerdo. Os asigno esta tarde un grupo de clientes gestionados desde Madrid, los que deberían estar ya por volumen de facturación en la cartera de un vendedor. ¿Os comprometéis a visitarles esta semana? De acuerdo
- ¿Alguna oferta? Esteban insiste en su idea de bajar precios
- No puedo Esteban, los márgenes se han estrechado mucho por los precios de las materias primas. Para otra ocasión. Tus clientes conocen perfectamente, porque lo siguen a diario, en qué niveles están las materias primas.
- Pues somos muy caros
- Y somos los que mejor producto tiene en el mercado ¿Eres capaz de vender sin tener el mejor precio?
Esteban calla y asiente con una gruñido de queja. Le toca trabajarse a sus contactos con la presión que es el vendedor con peor resultado en el mes.

Sigue Alfredo hablando
- Esta tarde me mandáis la planificación de visitas y el compromiso de ventas para la semana. Tengo la agenda abierta. Mañana a primera hora he quedado con Laura para ir a visitar a Stauffer, le comentaré nuestros compromisos y la estrategia para las próximas dos semanas. ¿Estamos? Entonces, vamos a ello.

Se marchan cada uno a sus dominios, dando vueltas al compromiso, la diferencia que tienen con la consecución mínima necesaria para cobrar incentivo mensual y su calendario de los próximos días.

Rosa, viuda, madre de dos hijas adolescentes, recibe una pensión mínima de viudedad y sus hijas de orfandad. El sueldo es muy básico y sin incentivo tiene muy difícil atender todas las necesidades de sus hijas y pagar el coche que necesita para sus viajes comerciales. Le da vueltas a la cabeza, tiene una dicotomía, tiene reservadas ventas para el próximo mes de febrero que le garantizan un mes tranquilo, no obstante si no colabora con el equipo, perjudica el 25% de su comisión y además se puede poner en contra a Alfredo pues sospechará en febrero, además él conoce muy bien a sus clientes ya que durante años fue el comercial de su zona. Ella le sustituyó. ¡Madre mía! ¿Qué hago pienso solo en mis hijas o también en el equipo?

Esteban marcha enfadado, recuerda las conversaciones que ha mantenido con sus clientes en el mes, le han recriminado todos que no les avisó de la subida de precios de enero y le están pensionando sin pedidos. Su estrategia fue no vender demasiado en diciembre, pues le valía con los pedido en marcha y buscaba asegurarse ventas para enero y de esta manera empezar bien el año en el comparativo con el resto de vendedores. Va a tener que disculparse con alguno antes que le lleguen las quejas a Laura. Por un instante pasa por su cabeza llamar a Alfredo y contarle la verdad. El por qué necesita un descuento. Entiende la presión al margen del precio de las materias primas. Le da una vuelta mientras para en una gasolinera con cafetería para repostar y merendar.

Manuel regresa a Burgos recordando qué clientes gestionados desde Madrid conoce de vista o de alguna parada para presentarse. Le vienen a la memoria tres que por situación y fama en su entorno pueden ser buenos clientes si se les gestiona correctamente. Marca el teléfono desde el volante de su coche.

- Alfredo, he recordado tres clientes gestionados desde Madrid que tienen potencial y les puedo visitar mañana. Están en la N-I uno en Aranda, otro en Lerma y recuerdo otro en el mismo Burgos
- Cuando pares revisa la asignación que te he mandado, si les echas en falta, me llamas y los incluimos, quitando otros. He elegido los cinco con mayor volumen de compras y con facturación creciente en los últimos años. En principio por potencial. Gracias Manuel. Estoy seguro que podemos resolver estos días con éxito. Si necesitas que te eche una mano con alguno de los clientes de Soria, no dudes en decírmelo. Voy a ir a Soria ver a los míos el viernes, ya que estoy allí, me paso
- Gracias, luego miro la asignación. Respecto a Soria tu ayuda siempre es bien recibida, pasé ayer mismo por allí, dudo que hayan cambiado sus necesidades, recuerda que ambos hicieron pedidos tan grandes a final de año que aún no han recibido la mercancía. Nos deben ayudar un poco más lo de Distribución.
- Hablo con ellos. Un abrazo

Según cuelga Alfredo, entra otra llamada. Esta vez Esteban quien le cuenta su problema. No le extraña, le conoce y sabe que necesita tiempo para ordenar sus pensamientos. Seguro que en la reunión de hace media hora no tenía cerebro ordenado como para exponerle su situación. 

- Esteban me cago en diez, ¿por qué no me lo has dicho antes? Estamos comprometidos. Sabes que ya te anticipé que estoy valorando cambiarte de zona porque tus clientes te han tomado la medida. Pero de eso ya hablaremos. Mañana estoy con Laura, veré qué le puedo sacar y a cambio de cuánto.

Al final, piensa Alfredo, somos un equipo, dependemos de las voluntades, habilidades y deseos individuales. Cada uno con su estrategia personal que no siempre coincide con las necesidades de la compañía. Lo triste para Alfredo es poner el contador a cero cada día uno de mes y volver a empezar,  el pasado no cuenta, tenemos que vender para ganar más y poder cobrar. El también tiene una familia que mantener y los años le pesan cada vez más. Entiende que la compañía no cuenta con él por edad y quizá por género. Se siente con más talento que muchos de sus compañeros y jefes, no se lo reconocen. Sí con palmadas en la espalda, alguna invitación a viajes de incentivos, a la hora de la verdad los méritos, reconocimientos y ascensos para otras. Hay días que regresa a casa muy cansado de esta vida. Solo consigue ver una salida, continuar. Y mañana con Laura a quien él enseñó todo lo que sabe y vendrá a juzgarle disimuladamente e incluso a darle alguna clase en la visita a su cliente. 

- Aguanta. Muérdete la lengua mañana Alfredo. Le recomienda Gloria, su mujer. Sus ojos color avellana son un bálsamo para él. Su abrazo nocturno antes de caer dormido le carga el ánimo para el día siguiente.

Suena el despertador, Alfredo se activa, descansado se siente con ánimo. El puede con esto y su equipo seguro que se ponen a una. Lo más difícil de todo es conseguir que cumplan con sus retos por encima de sus intereses, comodidades y estrategias individuales. Todo por el bien del equipo.



24.1.20

Un día en el juzgado

La mañana se hace muy larga, paseas, lees, hablas por teléfono, vas al baño, incluso te escapas a la cafetería de abajo.
Rodolfo está citado como testigo en el juicio por despido de su amiga Lucía. Hora fijada para el proceso, las nueve de la mañana.
El abogado laboralista le explicó el día anterior las fases del procedimiento.
- Ármate de paciencia Rodolfo. Resérvate el día completo por si las moscas.
- ¿El día?, pero ¿Cuánto dura un juicio por despido?
- Normalmente poco, en este caso la empresa ha contratado a un gran despacho y han aportado multitud de pruebas que debemos analizar en sala. Su estrategia es ahogarnos en papeles. Tu vas de testigo así que no sufras, espera tu turno y contesta las preguntas, normalmente los jueces os miman a los testigos pues ya bastantes molestias os ocasionan por tener que ir a perder el día en el juzgado
- Entonces ¿Cómo funciona el tema?
- Inicialmente nos llamará a sala a los abogados de las partes y a Lucía, generalmente nos invitará a llegar a un acuerdo de conciliación y nos marcará un tiempo para ello mientras inicia otro procedimiento. Si llegamos a un acuerdo se termina todo y te podrás ir; en cambio si no hay acuerdo, cosa previsible dados los antecedentes y el estado anímico de Lucía, empezará el juicio.
- ¿Y eso qué supone?
- Mira, el juicio son varias partes, la fase inicial donde solo estamos los abogados de las partes y Lucía en sala. Las partes aportaremos las pruebas que consideremos, debemos revisarlas y admitirlas el juez. En este juicio como hay una denuncia previa por acoso sexual presentada por Lucía, es posible que también acuda el ministerio fiscal. Una vez terminado este proceso que puede durar bastante tiempo, no te extrañe que necesite Su Señoría un par de horas para salvarlo, empezarán a desfilar los testigos
- Vale, unas dos o tres horas
- O más, tú eres testigo de la autora, de Lucía, luego te llamarán después de los testigos de la empresa. Han presentado a cinco, en su momento solicité el recurso de tres de ellos que tengo pendiente que el juez admita mis alegaciones. Tras ellos, vais los testigos de Lucía, estáis citados cuatro. Tú eres la carta fundamental y te dejo para el final. Si todo va en orden, calcula unos diez minutos como máximo por testigo.
- Joder, toda la mañana
- Te recuerdo las normas en sala para evitar problemas o sanciones por parte de Su Señoría. El móvil apagado, te preguntará si juras o prometes decir verdad y si tienes algún interés en que gane el juicio alguien de la sala.
- Pues sí, Lucía
- Debes decir que no, tú vas en condición de testigo para decir la verdad, no puedes dar la sensación que tu intención es incluso faltar a la verdad con tal que gane Lucía. ¿Entiendes? Piénsalo
- De acuerdo.
- Además recuerda, entra aliviado de vejiga y tranquilo. Una vez entres en sala, no podrás salir a menos que el juez lo permita. En ocasiones cuando se prevé una fase de conclusiones alargada os puede permitir salir a los testigos antes de la fase final. En caso contrario te quedas en sala hasta el visto para sentencia. Te recomiendo varias cosas. Una buena actitud corporal, nada de manos en los bolsillos, ni respuestas chulescas, ni cruzarte de brazos. Además de mirar a los abogados cuando te interroguen, contesta directamente al juez, mirándole a él y por último, ante cualquier pregunta de los abogados de la empresa que no entiendas, que sea muy general o que se salga de lo que estamos juzgando no tengas problema en pedir explicaciones a la misma o que te la formule otra vez. No temas porque el juez no va a permitir ninguna pregunta salida de contexto, ni argumentativa o que te lleve a un supuesto ajeno al hecho juzgado. ¿Alguna duda?
- ¿Cómo tengo que ir vestido?
- No hace falta que vengas de boda, una buena imagen acompaña al testimonio. Bien, Como te sientas cómodo. Si prefieres ir de traje, mejor. Por cierto, si necesitas un justificante de asistencia al juicio se lo pides en el momento de entrar a la persona que saldrá a avisarte y que te pedirá el DNI. Gracias por tu ayuda, tu testimonio es fundamental

Tras un intento de conciliación, se inició el juicio hace dos horas. Rodolfo observa la sala de espera. El juicio se celebra en la planta 4 del juzgado, donde está el de refuerzo. Cuenta Rodolfo cinco salas para celebrar y un espacio muy grande destinado para la espera de las partes y los testigos. Unos trescientos metros cuadrados calcula midiendo pasos, cuenta seis grupos dieciséis sillas unidas en bancos de cuatro, además de otras seis sillas adicionales. Están casi todas ocupadas, además de varios abogados susurrando a sus clientes las propuestas de conciliación que han recibido en sus respectivos previos a los juicios. Rodeando la gran zona de espera, Rodolfo cuenta cuatro despachos amueblados con una mesa redonda y varias sillas. Parecen que los utilizan para formalizar los acuerdos de conciliación, reunirse las partes o si necesita alguien un poco de privacidad.

El reloj marca las doce y cuarto cuando avisan al primer testigo de la empresa. Un señor con traje caro, bien vestido, seguramente es un directivo, es el primero en desfilar. Rodolfo calcula que le queda una hora por salir, decide bajar al Rodilla que hay junto a la puerta del juzgado para tomar algo. Se decide por un par de sándwiches y una botella de agua. Ni los mastica, los traga rápido producto de su ansiedad por estar disponible cuando le llaman. Sube rápido, tan rápido que todo sigue igual. Cuenta en el grupo de asientos de la izquierda a cuatro testigos de la empresa, más otra persona con traje que debe ser también de su grupo y que les acompaña. En la sillas de la derecha, reconoce a los testigos de Lucía. Se sienta junto a la mujer de cuarenta y pocos que viene muy bien vestida luciendo un traje de chaqueta con mucho estilo, pañuelo de Loewe y con un áurea de perfume que te lleva a desearla con pasión. 

Intenta charlar un poco para matar el tiempo y sondear si hay posibilidades de algo más. Le gusta, castaña con reflejos rubios, ojos marrones, piernas para que te abracen, labios carnosos y mirada clara.
- ¡Qué pesado es esto!
- Sí, horrible, pasas la mañana esperando y sin conocer qué está pasando ahí dentro
- Me llamo Rodolfo
- Encantada, Esperanza
Su sonrisa le cautiva, otra cosa que le gusta de ella. Tarda unas décimas de segundo en reaccionar, está conmocionado por su estilo.
- ¿Vienes por Lucía, verdad?
- Sí, ¿Tú también?
- Así es, somos amigos desde hace muchos años
- Yo la conozco solo desde el punto de vista profesional
Algo no le cuadra a Rodolfo. Su amiga Lucía trabaja de comercial en una empresa de componentes estériles para uso médico. No recuerda a Esperanza en ninguna de las conversaciones ha mantenido con Lucía.
- ¿De la empresa?
- No, de la empresa no. Soy médico y a la vez responsable de compras de material médico para el hospital privado donde trabajo. La empresa de Lucía fabrica unos materiales desechables muy buenos y de fiar
- ¿Y pasas consulta?
- Sí soy psiquiatra
- Entonces conocerás muy bien a las personas
- Ya sabes lo que dicen, en casa del herrero....
- No me lo creo
- Soy capaz de analizar clínicamente a mis pacientes, ayudarles en sus desgracias y proporcionarles alivio con fármacos. En cambio cuando se trata de mí, no acierto. Debo tener un imán para personas que al final me hacen daño
- Buena confesión para iniciar una conversación. Si lo dices por mí o de manera preventiva, tranquila que no es mi intención, ni mucho menos, el causarte mal alguno
- Perdona, no lo decía por ti, la verdad no sé por qué lo he dicho, si te acabo de conocer. No sé, me has dado confianza y me ha salido solo.
- Cuídate de confiarte en tu declaración para no perjudicar a Lucía
- Tranquilo, estaré pendiente
De nuevo sale la misma mujer de la sala, debe ser la oficial o letrada.
- ¿Miguel Angel López?
Otro directivo, parece que de menor rango. Bien vestido, zapatos muy limpios, traje de cuatrocientos o quinientos euros. Mitad de precio que el anterior.
- Treinta y dos minutos ha tardado el primero. Veremos este. Comenta Rodolfo  consultando el reloj de su muñeca
Esperanza se levanta, deja su abrigo perfectamente doblado en su silla
- ¿Me lo cuidas? Voy un momento al baño
- Descuida, aquí me quedo.

El paso de Esperanza junto a Roberto deja un rastro de perfume dulce y exótico a la vez. Solo le viene una idea a la cabeza. Abrázala. Desnúdala.
Tranquilo Rodolfo, se calma él mismo. Estás en el juzgado, no te despistes.
Consulta su teléfono, que ha dejado en silencio, tres llamadas perdidas de su secretaria y varios mensajes. La llama por teléfono
- Hola Rosa, sigo aquí en el juzgado y pinta que no sé si podré comer. Me has llamado ¿pasa algo?
El tono de Rosa, amable, profesional, cálido sin permitirte expectativas desgrana obligaciones laborales y problemas por resolver a su jefe.
- Entiendo. Busca fecha próxima para ese tema. Del viaje a Italia, lo que te diga Pedro, el de compras. La reunión con el departamento financiero mantenla para esta tarde aunque avisa de mi situación como rehén en el día de hoy. Ajá, Bien. Vale. Hasta luego. Vale, vale, adiós.

Esperanza regresa lo que permite a Rodolfo disfrutar de otro chute de buen olor. No puede evitarlo, su imaginación se dispara. El regreso se acompaña con el perfume y el insinuado muslo al sentarse llama su atención de nuevo. Su mente entrenada por su trabajo le dispara su imaginación. No puede evitarlo. 
- Mi secretaria, que se aburre y quiere saber cuándo regreso
- ¿A qué te dedicas?
- Tengo una empresa de juguetes para adultos
Sondea la cara de Esperanza analizando cualquier reacción
- ¿Femeninos o masculinos? pregunta con naturalidad, sin mostrar efecto alguno por la información recibida. 
- Ambos, cierto es que los más vendidos son los diseñados para mujeres 
- Curioso, nunca lo habría pensado
- Tenemos estudios de mercado que nos demuestran que en apariencia son para uso en pareja o por lo menos lo adquieren personas que nos confirman su situación de pareja estable. Lo que no podemos conocer si el disfrute es común o solitario
- ¿Puedo preguntarte una curiosidad?
Asiente Rodolfo sin perder la mirada profunda 
- ¿Tenéis probadoras de juguetes?
- Siempre hay un control de calidad y de mejora de diseño. Sí, tenemos varias voluntarias que nos dan su opinión. Les solemos enviar los prototipos durante dos semanas y nos los devuelven con opiniones my valiosas. También tenemos varias bloggeras con miles de seguidores que nos promocionan los productos. Es un mercado como otro cualquiera, cierto es que más anónimo, pero vivo, muy activo.

Aparece de nuevo la oficial y llama a Esperanza quien desaparece tras la puerta dejando su rastro de perfume por el camino.

Rodolfo se levanta, pasea hasta la máquina de refrescos, comida preparada y variedades. Revisa su interior y decide cambiar de rumbo. Gira a la derecha hasta la ventana.

La ventana está sucia, los cristales lucen una película gris adherida que tamiza la luz hasta el punto de hacerte dudar sobre la claridad del día. La mañana está clara y despejada, sin embargo el tamiz de la luz es tan evidente que la sensación es idéntica a un día de niebla. Observa la calle, coincide con la entrada al aparcamiento de la calle Princesa y la plaza de los cubos, una zona con mucho movimiento de personas y coches. La cercanía de la Plaza de España alimenta  el tráfico de autobuses y taxis. Da media vuelta y recorre el recinto de espera, cae en la cuenta que a penas quedan siete personas. Los juicios en el resto de las salas han ido terminando. La vida en esta zona del edificio está concentrada en tres o cuatro horas.
Escucha a espalda que le llaman por su nombre. La misma oficial.Se dirige hacia ella.

- Si me permite su DNI. Le informo que no puede utilizar el teléfono móvil en sala.
- Gracias, lo he apagado antes.

Rodolfo entra en la sala donde se está celebrando el juicio. Observa que hay tres mesas principales sobre una tarima que eleva las mesas unos veinte centímetros más, al frente, la mesa donde se encuentra el juez, a su derecha en la misma mesa, pero en un lugar secundario, discreto,  un poco apartado la oficial del juzgado se dedica a escribir en el ordenador y prepara el acta que firmarán los testigos. En la parte izquierda de la tarima principal, está sentado el abogado de la actora. Frente a él, en otra mesa fijando la forma de U, el abogado de la parte demandada.
Todos los testigos que han ido declarando se encuentran sentados en los bancos frente al juez y detrás del micrófono que se encuentra entre las mesas de los abogados. Rodolfo mira a Lucía y amaga una sonrisa de apoyo. Se sitúa frente al micrófono.

El juez le interroga sobre si jura o promete decir verdad sobre lo que se le pregunte, si tiene algún interés en que alguna de las partes se beneficie y advierte del incumplimiento.

- Proceda la parte de la actora a interrogar al testigo

Pocas preguntas le lanza el abogado quien con mimo cuida a su testigo. Su testimonio es fundamental para apoyar la denuncia por acoso que sufre Lucía, que está en otro juzgado competente.
El abogado de la empresa declina preguntar, por lo que termina su intervención en el juicio.

El juez decide liberar a los testigos quienes tras firmar el acta puede abandonar la sala y evitarse el trámite de conclusiones.

Rodolfo es el último en firmar y salir de la sala, donde se mantienen los abogados, Lucía y algunas personas por parte de la empresa. En la planta baja, en la salida de los ascensores encuentra a Esperanza sonriente.
- ¿Tienes prisa?
- Ninguna, si el plan es seguir nuestra conversación
- Podemos ir a un sitio por aquí cerca
- Te sigo

Sentados en la cafetería, se deciden por el menú y unas cervezas muy merecidas tras tantas horas de espera y cierta inquietud.

- ¿Qué tengo que hacer para ser probadora de tus prototipos?


Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...