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16.10.20

La Niña

 


La travesía resulta ser muy dura, prevista para cuatro años de viaje y embarcados con los últimos avances, la nave es la mejor embajadora del nivel tecnológico alcanzado por la humanidad, gracias a la colaboración de las agencias espaciales de los países más desarrollados del planeta. 

La evolución de la población y las ansias de consumo inmediato están esquilmando el planeta, el ser humano necesita explorar nuevos caminos para expandir su raza. La tierra ha resultado ser muy pequeña para todos. 

La nave es la tercera de su misma generación, la única que ha resultado viable para una larga travesía. La Niña. Tras los accidentes sufridos por sus hermanas mayores, Santa María y La Pinta, las agencias espaciales tras muchas pruebas de laboratorio consiguen montar una nave fiable y para más lucimiento les equipan con los últimos modelos en robótica e informática. 

El propósito de la expedición, explorar el planeta Koi que orbita alrededor de la estrella bautizada como Kepler 160. El planeta Koi se parece tanto a la Tierra que los astrónomos lo definen como tierra gemela. Se encuentra a 3.000 años luz. Gracias a los avances técnico en el aprovechamiento del radio de curvatura y el salto cuántico aprovechando los pasillos negros, se puede alcanzar el planeta Koi tras una travesía de año y medio. 

Luis Ruiz capitanea a la tripulación compuesta por seis hombres y cuatro mujeres de diferentes razas y procedencias. En su mayoría científicos o militares, todos formados como astronautas en las agencias espaciales norteamericana, europea, china y rusas. Los diez tripulantes son voluntarios, dispuestos a vivir una aventura durante cuatro años conviviendo en una nave incómoda y con privaciones. 

Los problemas comienzan a los pocos días tras el despegue, los programadores informáticos responsables de los desarrollos pensados para facilitar la vida de los tripulantes en rutinas básicas como el descanso, el deporte y el ocio, cometen errores vividos en el pasado. A nadie se le ocurre repasar estos programas y la interacción con el resto de la nave. El caso es que el número 1 según el programa significa cosas distintas. El programa desarrollado por los europeos entiende 1 metro, el americano 1 milla, el chino y el ruso también tienen incongruencias entre ellos. Un desastre. El programa que regula el descanso personal programa la vida a bordo organizando turnos de ocho horas, monitorizando el descenso de consumo de energía en las horas destinadas al sueño. Se desajustó, empezó con una diferencia de quince minutos diaria y terminó desajustando los días. En principio no se dieron cuenta de los saltos del reloj hasta que Iván que tiene mal dormir sintió el salto a las 3:45 de la teórica mañana. Al día siguiente a las 3:30 y al tercer día al notarlo a las 3:15 informó al capitán. Se desajustaron también el huerto y la planta de reciclado de los desperdicios orgánicos. Potabilizar el agua comienza a ser un problema por las diferentes medidas de referencia, la parte del programa desarrollado por los chinos mide en litros, a diferencia de los programadores americanos que eligieron la medida por galones.

Dos de los tripulantes tienen formación informática a un nivel muy avanzado; no obstante les faltan conocimientos de programación suficientes como para modificar los desajustes. Tras dos semanas de locos, con algo de ayuda desde la Tierra pudieron arreglar varios de los líos que les afectaba a la comodidad de los viajeros. 

Dos meses más tarde, falla la propulsión del motor de fisión-fusión nuclear. Quedan varados en el pasillo negro con la incertidumbre del peligro que corren. Un choque con cualquier partícula errante puede atravesar el casco comprometiendo la nave. Por suerte solucionaron parte de la avería tras una semana a merced de lo desconocido. El motor les devolvió propulsión suficiente para continuar el viaje modificando la duración prevista de la expedición. Dedicaron mas de tres horas para debatir la conveniencia de volver a la Tierra o continuar la travesía, calcularon que el viaje en estas condiciones se alargará hasta los siete años. Casi el doble. La decisión casi unánime fue continuar en la esperanza de poder analizar el planeta y estudiar la viabilidad para el futuro de la humanidad, decidieron mantener la misión mientras posponen resolver el problema de los suministros para poder comer el doble de tiempo.  

Aún con estas dificultades, La Niña llega al planeta Koi. Los científicos quedan encantados por las posibilidades ofrecidas por el planeta. Cambian el plan de trabajo, de nuevo, prolongando su estancia en el planeta durante unas semanas más, visitan varios enclaves en diferentes latitudes. Cartografían el planeta circunvalándolo en veinte ocasiones. Realmente se trata de un planeta gemelo, repleto de vegetación y recursos. No son capaces de encontrar vida desarrollada. Todos coinciden que es un buen destino para expandir la humanidad. 

El viaje de regreso, se les pasa muy rápido, casi cuatro años dedicados al análisis de muestras y datos recogidos durante su estancia. 

La nave divisa la Tierra en sus sistemas, comienzan las maniobras de aproximación, frenando su velocidad con el fin de poder entrar en la atmósfera terrestre sin riesgo. Tienen previsto el aterrizaje en dos días. La estación espacial de Robledo de Chavela, cerca de Madrid, más conocida como friki-center tiene un equipo antiguo de seguimiento, una reliquia tecnológica que está pendiente de migrar a los nuevos sistemas de la NASA. Tecnología construida con materia metálica y microchips, totalmente obsoleta actualmente cuando la tecnología migró a entornos gaseosos interconectados. 

Manuel Ruiz está de guardia en la estación de Robledo de Chavela, en una noche tranquila de verano, tras repasar el tráfico de satélites alrededor del planeta y las mediciones de las tormentas solares en nuestra atmósfera, tiene planeado disfrutar del cielo estrellado bajo la oscura noche veraniega de luna nueva. Un espectáculo del que no se cansa de disfrutar cada verano. Manuel Ruiz es hijo y nieto de empleados de la agencia espacial. Su abuelo salió cincuenta años atrás en la nave La Niña camino a un planeta gemelo. La historia familiar de todas la navidades cuenta que la nave perdió contacto con la Tierra tras informar de una avería en el motor de propulsión nuclear. 

Abre su silla de playa azul con rayas amarillas que tiene guardada en el almacén de la estación y según descansa su delgado cuerpo en la silla portátil, oye de fondo un pitido intermitente en el equipo de rastreo. Se levanta con urgencia espera que no se trate de la caída de un satélite, la última vez fue complicado salvar la ciudad de Moscú que era donde todos los cálculos situaban como zona de impacto más probable. El zumbido se repite en varias ocasiones, nota un chasquido en los altavoces que le recuerda a cómo sonaban las comunicaciones en tiempos que solo conoció por películas del tiempo de su abuela Rosa quien con ochenta y nueve años sigue muy activa. 

Su padre Luis, llamado como el abuelo, sigue pasando a visitarla un día a la semana. Recuerda la historia familiar de todas las navidades, él con diez años fue a despedir a su padre quien partió como capitán en La Niña. Nave que se perdió en el espacio profundo unos meses después de partir. La abuela Rosa todavía mantiene la esperanza que su marido regrese junto a ella, una ilusión imposible de cumplir con los años que han pasado.

Se acerca al equipo que tiene el zumbido en alerta. 

Aquí nave exploradora La Niña, iniciamos protocolo de aterrizaje. Estimamos tomar tierra dentro de treinta y ocho horas con cuarenta minutos. Cambio.

Luis regresa a casa, cincuenta años después. Rosa nerviosa, recibe la noticia con temor. Sabe que para ella ha pasado la vida, para Luis solo siete.


Nota la teoría de la dilatación del tiempo está basada en una interpretación de la Teoría de la relatividad de Albert Einstein. Recogida en el libro el Juego de Ender de Olson Scott Card.

10.10.20

Raquel vive en el suelo

 


Raquel es de ir con la cabeza bien alta, orgullosa de su trabajo, de su talento y de su vida en general. La vida periódicamente la puso a prueba, la pérdida de un hijo, una enfermedad, una mudanza especialmente caótica, inversiones inmobiliarias y financieras fallidas, pérdidas patrimoniales, mis meses de desempleo, desencuentros en el trabajo, roces de convivencia y para colmo, socia abonada del Atleti. Pasión por los colores de su equipo que en contadas ocasiones le devuelve alguna alegría en forma de títulos.

Por lo general sale victoriosa en la vida, tiene suerte conmigo, su marido, con nuestra familia, su trabajo que la apasiona y sus incondicionales amigas que la adoran. 

Últimamente desliza su mirada por el suelo, desenredando con su imaginación el cruce de líneas dibujado en las baldosas de la acera. Durante semanas ha descubierto la vida que existe a sus pies, las hormigas, las cucarachas que le dan mucho asco, lo sucio que está el suelo de la calle alfombrado de colillas, papeles y las hojas de los árboles en este inicio del otoño. Con la lluvia propia de la estación, todos esos desperdicios tirados transforman el piso en una pista de patinaje. 

¿Ha encontrado el suelo? O ¿Es el suelo el que ha encontrado su mirada? Todo empezó tras la confirmación de sus sospechas. Lleva meses luchando por su equipo, para ella lo más importante son sus compañeros, su equipo, por encima del lema de su empresa. Raquel lo vive, cree firmemente en la fortaleza del grupo humano. Lo demuestra a diario y por ello sus compañeros la veneran. La empresa repite continuamente, sin alma ni credibilidad, su eslogan corporativo “tu equipo” del que hace bandera en la sociedad en un mensaje al que falta vida y credibilidad.

Sus socios en la empresa han decidido modificar el reparto de áreas geográficas exclusivas para los equipos comerciales. Durante semanas Raquel ha intentado demostrar con razones y emociones que la nueva métrica para definir el reparto no es justa, en lugar de valorar el esfuerzo y el desempeño del trabajo, valora aspectos cualitativos ajenos a la capacidad de venta, consideran datos estadísticos aliñados por criterios personales sin pasar por el filtro de la realidad ni por la experiencia profesional. Un invento creado por la mente de un matemático sin conocimientos de la vida ni del negocio. El modelo asigna el reparto favoreciendo a los varones blancos a los que reservan los barrios más pudientes valorando por encima de su capacidad de venta la imagen personal que ofrecen con sus trajes de seiscientos euros muy acorde con el ambiente del barrio. Buenas vendedoras quedan apartadas de las áreas mas rentables. La mejor vendedora de su equipo es la que menos formación previa aporta y lo compensa con creces tirando de simpatía, empatía y cercanía con los clientes. Tiene modales propios de barrios obreros, lachoni la llaman sus compañeros, vincula a los clientes con mayor eficacia que nadie en la compañía, siempre dispuesta a encontrar una solución para cada cliente, les defiende con pasión y ellos lo saben. Por eso la quieren. Sus resultados la avalan, los últimos cinco años ha sido la mejor vendedora de la empresa. 

Finalmente el resultado en el reparto gracias al nuevo sistema favorece a unos frente a otros. Raquel interpreta que selecciona razones de género o de raza, discriminando a los excluidos sin considerar su desempeño previo. 

Su equipo está compuesto mayoritariamente por personas excluidas de los grupos privilegiados por el modelo. 

Hace unos días, la realidad pasó por encima de ella y su gente. Se sintieron abandonadas, tratadas con injusticia y sin razones lógicas que les explicara el por qué. 

Por primera vez en su vida profesional, su equipo sale perjudicado, siente que les castigan después de haber trabajado como nunca, demostrando un ánimo por encima de la difícil época actual y después de conseguir los mejores resultados de ventas de su historia. Son valorados mal gracias a su imagen modesta. 

Durante estas semanas de lucha Raquel se ha ido desgastando, luchar contra la soberbia mayoritaria entre sus socios que desprecian el posible problema, agota a cualquiera, incluso a ella, tan luchadora y tan fiel. Terminó siendo consciente de que la decisión estaba tomada previamente, sólo han creado un relato chapucero para justificar su decisión. Sus socios cuentan a su favor con el miedo de las trabajadoras a perder su puesto de trabajo, utilizan el señalar a unos frente a otros. Crean un ejército de machos beta que apoyan, defienden y custodian a los jefes con la esperanza de convertirse algún día en macho alfa. Un comportamiento propio de las manadas de simios replicado al extremo por las sectas fanáticas. ¿Su empresa del alma se fanatiza?. 

Raquel, ahora vive en el suelo, ha vivido los tres estados degradantes de la ilusión, el enfado que encendió la mecha de la rabia en su mirada, acentuó su lucha por la injusticia y la empujó a bregar hasta el último día. Siempre fue una luchadora. La indignación, que es la antesala de la desidia, del descrédito y del desánimo. Un estado peligroso para alguien con tanta valía profesional y personal, temo que gire sus habilidades hacia conflictos poco convenientes para ella. La veo muy jodida. Me da miedo que explote su fuerte temperamento. Y por último, la frustración, que marca el grado de descrédito máximo, perdiendo la fe en su empresa. Esa que ayudó a crear y ha levantado con su esfuerzo y empuje durante años.

Ha encontrado en el suelo un aliado. Se siente pisoteada. No sé qué hacer por ella. Siempre ha sido la fuerte, la animosa, la voluntariosa, el pilar de nuestras vidas. ¡La han hundido, cabrones!. Me voy con ella al suelo, sucio, mojado y pisoteado, al menos, estaremos juntos. Sin Raquel no tiene sentido mi vida, prefiero vivir con ella en la alfombra antes que vigilar desde arriba para que nadie la pise. 

Solo Raquel sabe cómo cambiar el enfado, la indignación y la frustración por lucha, reinvención y éxito. Estoy seguro de que volverá con fuerza, recuperará el brillo asesino en sus ojos, cogerá lo que es suyo y a los ojos de los demás, habrá superado su duelo. 

Sus socios no la conocen. Yo sé que la han perdido. Le duele el alma con ese tipo de dolor con el que su aprende a vivir sin llegar nunca a curarse. Es lo que tiene la infidelidad, termina en convivencia fría o en divorcio. 

3.10.20

Sin patillas



Alex, elsinpa, el sin patillas. Sale de casa. El mote le cayó de sus compañeros en el colegio. Son muy cabrones. 

Cosas de la edad. Se pusieron de acuerdo, en su vocabulario, hicieron una quedada común, a sus diecisiete años, para no afeitarse durante un mes y dejarse barba. En el curso hay una veintena de varones y aceptaron en reto todos menos elzanahoria, el pelirrojo lampiño de la clase. 

Las dos siguientes semanas marcan la diferencia en el crecimiento capilar entre los alumnos, por su juventud, la mayoría fracasa en el reto, solo media docena de alumnos pueden presumir de poblar su cara con vello de manera digna. 

Alex tiene buena barba de color castaño, envidia del resto, crece con fuerza y de manera homogénea poblando sus mejillas, formando un buen dibujo en la perilla. La barba perfecta. Se asemeja a las barbas de moda que predominan entre los artistas y modelos. Alex nota que atrae alguna que otra mirada femenina. 

Lo poblado de su vello facial contrasta con la ausencia total de pelo en la zona de las patillas. Con el tiempo, dejando crecer su cabello por la zona delante de sus orejas cubrirá esas calvas laterales. Los hijoputas de sus compañeros no le permiten esperar ese tiempo, ya le han bautizado como elsinpa y le guste o no, se queda con el mote. 

La costumbre de bautizar a los compañeros con motes tiene su peligro, en los casos que la nueva denominación acierta y consigue la aceptación general, éste sustituye en la memoria colectiva a su denominación real. Llega un momento que todos dudan de su nombre de pila y se dirigen a él por su mote. En poco tiempo nota que nadie le llama por su nombre, Alex, todos, incluso sus amigos más cercanos le llaman sinpa, un caso claro de deshumanización provocada por el desuso del nombre de pila. 

Suele ir al colegio acompañado de su amigo Oscar que vive en su misma urbanización. Oscar elmlp, el me la pela, conocido por todos como MLP. Gusta de ir despeinado con su pelo rizado ingobernable mecido por el viento a la moda racial de los años setenta. De pequeño le llamaban elpelopolla y en plena pubertad, coincidiendo con el estirón pasó a llamarse elescobilla. Nombre mucho más acertado si le juzgan por su apariencia. Es delgado, muy flaco, siempre viste de blanco y el mocho rizado que tiene sobre la cabeza se asemeja al artilugio que decora junto al inodoro de cada cuarto de baño en este país. Puso tanto afán en no darse por aludido cada vez que se dirigían a él como escobilla que logró algo casi imposible, el cambio de mote por segunda vez. Todo el mundo sabe que cuando te motean, ese nombre se queda para siempre, pase lo que pase. Y si es en un entorno rural, puede que hasta lo hereden tus descendientes. En ese caso el mote se pluraliza y sus hijos pasarán a ser llamados losescobillas

Oscar y Alex avanzan con ritmo pausado, contemplando la vida desde su muro de desprecio e indiferencia general. En la siguiente esquina les espera María, la mejor estudiante de la clase. Desde el momento en que María empezó a salir con Bruno, elpopeye a ella se la conoce como Olivia. Te digo yo que en el colegio son bastante hijoputas. María es mona, con cuerpo de adulto, sin coincidencias con la flaca de las viñetas de Popeye. En el futuro, cuando cambie de pareja, en el barrio más de uno la recordará como Olivia

El trayecto al colegio es breve, quince minutos a la sumo. Antes quedan en una zona infantil con la panda, se reúnen quince o dieciséis bachilleres alrededor de un par de bancos de madera. Elcaracol comparte su altavoz bluetooth animando la reunión. Sabe que el alto volumen molesta a los vecinos sin importarle lo más mínimo. Es su momento de protagonismo, lleva una mochila a la espalda durante todo el día, con un único fin de transportar el altavoz inalámbrico que ameniza las reuniones con los amigos. La música la provee Miguel, lalicuadora, como tiene las venas de la nariz a flor de piel, cualquier contraste de temperatura le hace reaccionar sangrando de manera escandalosa.  Alguno mencionó que le recordaba al zumo de tomate y se quedó con la licuadora.

Sonia, quien no tiene mote asignado, tiene asumido su papel de madre del grupo. Les recuerda que faltan cinco minutos para empezar las clases. Todos se desperezan, apagan la música y desfilan arrastrando los pies hacia el aula. Hoy es lunes, a primera hora toca filosofía. Toca aguantar alpicapiedra, una copia viviente de Pablo Mármol. ¡Qué pereza! Los jueves son mejores, doble horario con Ivette, la americana que les da clases de inglés. Amante de ofrecer su escote generoso al agacharse para lucir su anatomía a la altura de los ojos de los alumnos más despistados. Te aseguro que vuelven de su ensoñamiento habitual, alguno se le quedan los ojos saltones como a la rana Gustavo. Su alumno preferido es Manuel, el3x. Un aficionado al cine de adultos que asegura haber visto a Ivette en alguna escena porno. Lo cierto es que no ha traído ninguna prueba de ello de modo que la sensación general es que la imaginación domina la memoria de Manuel.

Pasan las tediosas horas, durante la clase los alumnos guardan un silencio tal que desde fuera se interpreta como orden y atención al profesor. Todo lo contrario, los alumnos han entrenado durante años la apariencia de interés cuando realmente se encuentran en su momento de ensoñación preferido dejando pasar el tiempo cada uno con su imaginación. Solo despiertan al sonido del timbre, el sonido liberador que marca el final de la jornada. En ese momento resucitan al ritmo del altavoz de elcaracol. Entre los que le acompañan, van seis con barba, elsinpa en cabeza orgulloso de su pelambrera. El resto, arrastrando los pies camino al exterior.

Juventud, divino tesoro.

29.9.20

Palomo cojo

 


Relato publicado en el libro: El palomar

Puedes adquirir el libro en Kindle: https://www.amazon.es/El-palomar-RAMON-RODIL-GAVALA-ebook/dp/B087GD7BVP/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=ÅMÅŽÕÑ&crid=1XHNBUO25X6GA&dchild=1&keywords=el+palomar+ramon+rodil&qid=1601219569&sprefix=el+palomar+ramon%2Caps%2C174&sr=8-1


Palomo: Manolo / Paloma: Pruden, su hermana


    Pruden es una mujer muy ordenada, limpia como buena manchega, muy de su casa. Su rutina diaria no era alterada por nada, festivos o no, todos los días contaban con la misma dinámica mañanera.

Abría todas las ventanas para ventilar la casa durante el tiempo del desayuno y sacaba la ropa de la cama, también por la ventana, para airearla. Después barría las habitaciones que más se usaban: la salita, la entrada, la cocina, el dormitorio y el baño. Luego venía el tiempo de la fregona, cuya agua cambiaba en cada habitación; salvo cuando terminaba la última de ellas que, entonces, reservaba el cubo con el agua y la lejía para fregar, ahora con el mocho viejo, la acera de su casa.

Barría la acera correspondiente a su fachada con una escoba de mano. Tras repasar la acera y empujar lo poco que había a un recogedor, pasaba la fregona con porte orgulloso, ya que se sabía observada por las vecinas, que siempre comentaban lo muy limpia que era.

Volvía dentro de la casa y le preparaba el desayuno a su hermano Manolo, que en todo ese tiempo se había refugiado en su despacho. Este lo utilizó cuando trabajaba, hace años, de comercial de la cooperativa de aceite de su pueblo. Manolo era muy conocido porque fue gerente de la cooperativa Virgen de la Roca durante treinta años. Muy afable y con gran don de gentes, su casa siempre abierta y la sonrisa preparada para atender a sus vecinos. Soltero como su hermana, ambos se mantuvieron en la casa de sus padres, viviendo y cuidándose el uno del otro.

Pruden es modista y costurera. Recibe a las mujeres en su salita y tiene una gran lista de clientes reincidentes. La salita está siempre provista de las últimas revistas de moda y de cotilleo. Las fotos de las famosas asistiendo a una boda o en una fiesta eran la inspiración de sus clientas, que siempre decían: Cópiame uno como este, el que lleva la Infanta en la boda, pero un poco más alegre, que parece una monja con ese escote cerrado.

Siempre las complacía, había heredado las mismas habilidades de su hermano. Era muy agradable y sociable, esa amabilidad y tener su casa siempre abierta le permitía recibir muchas visitas y generar pedidos que las mujeres no se habían ni planteado. Hablaba muy alto, casi gritando, y era muy extravertida. Tenía la virtud de ser la primera en enterarse de todo, quién había muerto, quién estaba enfermo, quién se casaba, quién se descasaba, todo pasaba por su consulta, como llamaba Manolo a la salita bien iluminada donde, por las tardes, se animaba la charla de palomas gorgojando sin parar.

Manolo, desde que se jubiló, frecuentaba todos los días, antes de la hora de comer, los bares de la plaza, donde alternaba con los hombres y se ponían al día de sus quehaceres. Nunca se le conoció novia ni relación, todos admitían su homosexualidad no confesa a diferencia de otros casos donde el amaneramiento les ponía a la opinión pública en contra. En la Cooperativa trabajó muchos años un tal Miguel, pero todo el pueblo le llamaba Lola porque su ídolo fue Lola Flores y su amaneramiento era muy flamenco.

Manolo es muy masculino, nunca se insinuó a ningún varón conocido, salvo alguna escapada a un burdel de Madrid cuando iba a la feria de la alimentación. Allí perdió su virginidad a los cuarenta y ocho años con un chapero de veinte años, que le guió en su desahogo. Durante quince años, esta es su única escapada anual, el resto del calendario se ajusta entre el pueblo y los viajes que realizaba para vender el aceite.

Siempre se le iba la mirada a los más jóvenes, casi niños. Le atraían los silenciosos a la salida del Instituto, buscaba sin atreverse un clon a lo que él sintió en su juventud. Nunca le gustaron los chistes de coños, tetas o culos. Las frases malsonantes de sus amigos respecto a las vecinas solo tenían definición de caza mayor, no de respeto. A él le gustaban los más callados, los más apocados, sin vello y con voz suave.

En los últimos tiempos, su imaginación se alimentaba con los hijos de su vecina María. El segundo era de su tipo, no le gustaba el ejercicio ni los deportes ni salir con amigos. De vez en cuando le preguntaba en la calle cómo estaba y cómo le iba en el colegio, pero el chico, educado y sonriente, siempre abreviaba los encuentros y se apresuraba a su casa. Alguna vez había notado la mirada de águila de María para dejarle claro que estaba vigilando y que no iba a consentir que le tocara un pelo a su hijo de dieciséis años. Pero Manolo sabía muy bien que una cosa es la imaginación y otra muy distinta es atreverse. Además, ya había decidido muchas décadas atrás que toda posible relación tendría lugar fuera del pueblo.

Manolo solo mira, alimenta su deseo con la imaginación. Y empezó a preparar cada vez con más reiteración viajes a Madrid: que si voy a ir al fútbol a ver a mi Atleti, que si vamos al teatro, que si comida de antiguos clientes de la cooperativa… Estaba más activo sexualmente a los sesenta y ocho que nunca.

Pruden, a diferencia de él, no es homosexual. Simplemente ella es muy fea y ningún hombre la quiso. Aunque agradable al trato, su cara y su cuerpo cuadrado no le dieron muchas oportunidades. Ella sabía que a Manolo no le iban las mujeres y que su comportamiento en el pueblo era sencillamente egodistrónico, se rechazaba como era él. Pero estaba equivocada, Manolo estaba reprimido y autoreprimido en su entorno rural, cosa que aprendió para no verse rechazado por sus iguales en su pueblo. Pero Manolo tiene sus sentimientos y sus necesidades. Su sueño había sido siempre haberse ido a vivir a Madrid o a Barcelona, donde pudo haber tenido una vida plena sin esconderse, pero no se atrevió. El pueblo tira mucho a los inseguros, pues se sienten muy cobijados en las costumbres y en las personas. Tampoco se atrevió a dejar sola a Pruden en el pueblo.

Manolo salió a dar su paseo hasta la plaza, donde se encontraría con sus amigos de aperitivo. Iba despacio por la acera, se le apreciaba una pequeña cojera al andar, un recuerdo de su caída de una mula al trote cuando tenía seis años. En aquel incidente cayó mal y su pierna se rompió por dos partes, el muslo y el tobillo. No le curaron bien y cuando cicatrizó, su pierna derecha resultó un centímetro más corta que la izquierda. 

Un palomo cojo 


27.9.20

La piruleta

 


Recuerdo que de niña apoyaba la frente en el escaparate de la tienda de alimentación cercana a mi casa, con mis manos abiertas apoyadas de canto en el vidrio fabricaba un campo visual libre de los brillos del exterior. Centraba mi mirada en la piruleta grande, rojo granate, que marcaba la zona del mostrador preferida por los niños. El paraíso de dulces y golosinas. Mi golosina preferida, la piruleta de fresa, me atraía hasta su envoltorio de celofán enroscado en el palo. 

Cada tarde al regresar del colegio dedicaba un par de minutos a soñar con una piruleta. La situación económica en casa era muy justa, en ocasiones mi madre compraba a cuenta alimentos básicos, en la misma tienda de ultramarinos, con la promesa de pagar en cuanto ingresara dinero mi padre. Sus trabajos precarios y su afición a la bebida nos limitaban los ingresos familiares. Un viernes de paga, salieron antes de la fábrica por culpa de un accidente que resultó ser mortal, mi padre y sus compañeros no regresaron a sus domicilios directamente, se dedicaron a brindar por el compañero fallecido. A la hora de comer el nivel de alcohol en sangre de mi padre era tan elevado que se tumbó en un banco del parque para dormir la mona. Le robaron la paga de su bolsillo. Nos costó meses el recuperarnos. 

Mi madre conseguía trabajos esporádicos gracias a la generosidad de las vecinas que la demandaban para costura. Se le daba bien la aguja y el dedal, con una finura adquirida con la experiencia zurcía y reparaba todo tipo de prendas.

Cada tarde miraba la piruleta desde el escaparate, eran mi ilusión y entretenimiento. La ilusión de una niña puede llenarte tardes enteras. 

Hoy casi cuarenta años después mi ilusión ha cambiado, con el tiempo mi situación mejoró gracias a mis estudios universitarios, conseguí un trabajo que me gusta y me financia una vida cómoda y sin dificultades. Sigo con la ilusión de la piruleta grabada en mi mente. 

Vivo en el mismo barrio de mi niñez. La tienda de ultramarinos cerró a mediados de los años ochenta. El local ha visto una sucesión de negocios tan grande que no soy capaz de recordar a qué se dedicaban. Recuerdo venta de teléfonos, un chino, una panadería y hoy es una agencia inmobiliaria. Cuando regreso a casa y paso cerca, me gusta mirar su escaparate, ahora de lejos que ya no tengo edad para pegar mi frente a los escaparates. La piruleta no está, la veo en el sitio que siempre ocupó, ya no está. Su lugar actual lo ocupa la cabeza de una vendedora de pisos poco agraciada quien mejora mucho gracias a su sonrisa amable. Me mira, le devuelvo la sonrisa y regreso a mis ocupaciones. 

Recuerdo que con diez años, mi madre me regaló por Navidad, una piruleta. Nunca le comenté mis deseos de dulce, debió ser la dueña del establecimiento que me saludaba por las tardes cuando repetía mi rutina. Ella se lo comentaría a mi madre quien me sorprendió con el dulce. Tardé una semana en decidir cómo darle cuenta al caramelo. Me entretuve esos días mirando y sosteniendo entre mis manos la piruleta sujetando el palo con admiración. Su diseño simple, cargado de simetría gracias a la inserción del palo justo en el centro del círculo de caramelo. Siete días más tarde separé con ceremonia el celofán, pude admirar el brillo granate del dulce justo antes de apoyarlo sobre mi lengua que noté más húmeda de lo normal. ¡Mmm! Dulce, casi empalagoso, el anunciado sabor a fresa no se lo encontré. En muy poco tiempo caí en la tentación de morder el caramelo. Mi boca se llenó de trozos de piruleta, varios caramelitos granates viajaban entre mi lengua y los dientes. Un breve instante de arrepentimiento por haber mordido atravesó mi cabeza sin llegar a perturbarme, los siete u ocho trocitos de caramelo en el interior de mi boca me tuvieron entretenida un buen rato. Disfruté de ese regalo que agradecí a mi madre con un enorme abrazo. Sin conseguir abarcar su contorno a la altura de las caderas, mis manos descansaban en el nudo que sostenía su delantal. 

No recuerdo más piruletas, su gusto agradable y dulce no me engañó del todo, quedé insatisfecha por su sabor. La atracción que sentí por el diseño se ha mantenido toda mi vida. 

Hoy me gano la vida como diseñadora industrial, dirijo mi propia empresa con cinco empleados, cuatro de ellos son diseñadores gráficos e ingenieros. El logo y el nombre de mi empresa es un guiño a mi vida. La piruleta.

5.8.20

¡Vaya herencia!


No 

Papá, piénsalo bien. Está en juego nuestro futuro

Que no

Nada, imposible, no quiere razonar. Piensa Juan tras la enésima discusión con su padre Ricardo, fundador de la empresa agroalimentaria “Conde de Chinitas” especializada en ofrecer productos de alta calidad gastronómica, aceites y vinos fundamentalmente.

Al frente de la almazara se encuentra Juan, el hijo mayor, muy estudiado en dos universidades donde se graduó en administración de empresas y el posterior master en dirección de  empresas conseguido en Inglaterra. La bodega es cosa de la enóloga de la familia, Amparo, su hermana. Entre los dos han conseguido mejorar la calidad de los productos e incrementar la producción que tiene muy buena salida en supermercados de nivel alto y tiendas de capricho. La empresa creada por su padre hace treinta años, florece gracias al talento de sus herederos.

Ricardo se mantiene en el cargo de Presidente de Honor y ejerce con mano de hierro los destinos de la familia. El consejo familiar es quien dirige los destinos de “Conde de Chinitas, S.A.” y de la propia familia. Ricardo mantiene el 50% de las acciones en propiedad, sumando el usufructo viudal le otorga la mayoría en el consejo.

En los últimos años, desde que doña Carmen les dejó, Ricardo ha vagabundeado sin rumbo, perdido sin la brújula que le guiaba, Por primera vez en su vida marchó de vacaciones a África a un safari. Nunca le gustó la caza, nunca hasta que se cruzó en su vida esa modelo retirada alemana, famosa por su facilidad para emparejarse con millonarios. Cristina. Conocía más camas que las kellys de los hoteles. Florecieron amistades en ambientes diferentes a los acostumbrados. Ricardo se pasó varios meses que no paró. Marbella, Mónaco, París, Baqueira en invierno, Madrid. Ya nunca estaba en la finca. Los negocios los gestionan sus hijos que atienden a los clientes con habilidad y profesionalidad más que contrastada.

La prensa rosa encontró en Ricardo un nuevo objetivo, siempre en fiestas, acompañado de jóvenes mujeres, más jóvenes que su hija Amparo. Y de manera repetida, Cristina, la alemana. Incluso surgió una supuesta hija ilegítima, embrollo que se solucionó en pocos días al divulgarse que había repartido su herencia en vida, salvo la participación en la empresa. La supuesta hija evitó luchar contra Amparo y Juan. Tenía todas las de perder.

Tras meses de líos de faldas, dedicación alemana, fiestas, viajes y juergas; Juan redujo los gastos de representación de su padre un ochenta por ciento. Llegó a un punto insostenible para la propia empresa. Surgieron los primeros encontronazos entre ambos.

Tras el safari, donde parece que fraguó nuevas amistades, Ricardo solicitó un préstamo a la Caja Rural con la garantía de la finca y respaldado con la solvencia de la empresa. Era el momento de emprender nuevos negocios. Cuando Juan se enteró, explotó de indignación. Amparo defendió a su padre frente a a rabia de Juan. Tiempo después se arrepintió por ello. La carga del préstamo compromete la viabilidad de la empresa de manera innecesaria. 

La oportunidad de negocio donde se metió Ricardo no fue tal, un trilerismo financiero de manual. Le engañaron y bien. Adquirió una sociedad en Suiza con un depósito bancario de mil euros.

La semana pasada llegó una demanda del juzgado, citan a Ricardo como investigado por los delitos de blanqueo de dinero y fuga de capitales.

Juan lleva una semana intentando que su padre les ceda las acciones de la empresa para evitar el desprestigio de la marca y la futura quiebra. Varios de los clientes más importantes, las grandes superficies comerciales, sensibles a la buena reputación de sus proveedores protegiendo la suya propia anunciaron que suspendían los pedidos hasta el esclarecimiento de las informaciones aparecidas. Sin esos tres clientes, la empresa no puede sobrevivir. Sin el préstamo en vigor, con ajustar costes habría sido suficiente mientras encuentras otros mercados, con la carga millonaria del préstamo es imposible vivir. Están en quiebra.

Papá, por última vez. 

Que no, la empresa no la cedo

Nos la va a quitar la Caja junto con la finca y el legado de mamá.

Mencionar a doña Carmen hace reaccionar a Ricardo, asiente y ordena llamar al abogado del consejo. 

¿Cuánto dinero necesitamos?

Con devolver a la Caja los seis millones, podemos vivir. Y saliendo tú de la empresa podríamos tener una oportunidad.

El dinero se soluciona, no hay problema. Pero hijo te voy a decir que quizá lo más inteligente es esperar y si la Caja ejecuta la garantía presentarnos en la segunda subasta y ganamos dinero

Mientras tanto la empresa habrá muerto y nuestros productos estarán fuera del mercado

Montamos otra empresa de nuevo

Papá, la reputación y el buen nombre son importantes en los negocios. No es posible reinventarse con otro nombre que ya no estamos en los años noventa. Y dime ¿qué has dicho del dinero?

Tengo el dinero, no se ha perdido en ninguna inversión fallida, simplemente lo gestiona un testaferro que me lo devolverá en el momento en que se lo pida.

¿Cristina? - interviene Amparo

Ricardo sin contestar, pone cara afirmativa.

Papá, ese dinero ha volado. Te ha engañado, como a tantos. Llámala delante de nosotros, verás.

La llamada telefónica confirma las sospechas de Amparo.

Ricardo deja una herencia negra, muy oscura. Su empresa herida de muerte, endeudada, sin ventas confirmadas, exceso de producción al fallar las  ventas y con el futuro muy comprometido, los mejores clientes abandonando su confianza, la familia descompuesta y él investigado por delitos fiscales. Si doña Carmen levantara la cabeza, una buena colleja le daría.

Ricardo pacta con los hijos cederles sus acciones, escribir a los principales clientes para explicarles que en todo caso, él no posee ninguna participación en Conde de Chinitas, S.A. y cambiará de residencia, se muda al piso de Madrid. Cristina sale de su vida, ya le ha desplumado. Sus hijos tienen unos años duros de trabajo para parar el desastre.

Ricardo, ¡Vaya herencia!


3.8.20

Sagitario en luna llena


A tres metros de distancia la perfecta espalda de Lucía brillaba con su bronceado cuidado, cada verano consigue un tono de piel perfecto, lisa, brillante, sin llegar a naranja ni superar el marrón, un color jamaicano, perfecto contraste con sus mechas rubias. El sol le clarea el cabello. Su perfecta espalda dibuja un contorno en el horizonte, la guitarra donde su columna vertebral son las cuerdas, tensas y afinadas. Toma el sol sin la parte superior del bikini en un acto de rebeldía que inició en la adolescencia para fastidiar a sus padres, más a su madre que al santo de su padre, siempre predispuesto a defender a su hija mayor.

Sufro cuando coincido cara a cara con ella, debo esforzarme por encima de mis instintos, dedicando mi mirada únicamente a descubrir el fondo de sus ojos color de miel. Mis esfuerzos por evitar bajar la mirada me provocan una tensión en el cuello que necesito una sesión de yoga para recuperarme de la abstinencia contemplativa. Hasta que descubrí el detalle que rompe la armonía de tanta belleza. En el cuello, a la altura del chupetón, Lucía lleva un antojo, una constelación de lunares. Repasando fotos de grupos de estrellas, recuerdo que el dibujo imaginario de Sagitario coincide con el antojo de su cuello.

Una semana al año coincidimos en la playa, lejos quedaron aquellos años adolescentes donde descubrimos los primeros roces, los primeros besos y las primeras declaraciones de amor de por vida. Con los años, Lucía se ha vuelto inalcanzable, la chica perfecta, estudiosa, trabajadora, modelo ocasional y con una vida social amplia y generosamente compartida desde sus redes sociales. Brilla más que Kaus Australis, la estrella blanca azulada más representativa de la constelación de sagitario. Quedamos para dar una vuelta, tomar algo y recordar veranos pasados. Curiosa pareja. La bella, inteligente, atractiva e inalcanzable Lucía junto con el pagafantas de Ricardo, mal estudiante, sin carisma y sin un atractivo físico reseñable.

Algo tiene Lucía que consigue que me olvide de mis complejos y por un rato, durante la noche calurosa de agosto, me descubro ocurrente, simpático y poderoso. Recupero mi rol perdido en la antigua pandilla playera cuando todas las decisiones pasaban por mi aprobación. Quizá por eso llamé la atención de Lucía. Una historia interrumpida entre veranos y que recuperábamos cada vez que nos reencontrábamos. En invierno, nada, cada uno a su vida habitual.

Con los años, seguimos siendo amigos, nos relacionamos como primos hermanos, confidentes y fieles en lo emocional para siempre. Hasta que la cago. Todos los años me prometo no volver a liarla, y siempre repito. Tras dos horas sintiéndome el hombre más valorado del planeta, el más simpático y ocurrente, sucumbo al poder de sagitario. Su constelación en el sitio de los chupetones.

¿Otra vez estamos, Ricardo?

Perdona, no sé qué me pasa. Tus lunares me vuelven loco y pierdo la compostura

¡Todos los años igual!

Porque solo nos vemos de año en año. Y siempre terminamos igual, me acerco a tu cuello y tú huyes hasta el verano próximo.

Ya no tenemos quince años

Por desgracia no

Vamos a olvidarlo

No me apetece olvidar

Sus miradas conectan, el mundo alrededor se difumina, llegan a fundirse en una sola presencia. La electricidad recorre a ambos, sube en paralelo por sus columnas, incendian sus cerebros y activan las hormonas. No estaba en los planes de Lucía y ni de lejos en la imaginación de Ricardo. Es la luna llena de agosto, cuando las mareas son más vivas y los mosquitos atacan sin piedad. Se fusionan con el ansia del recuerdo de cómo eran juntos antes. Ricardo pierde la noción de la realidad, Lucía le guía con sabiduría. Terminan abrazados en una estrecha cama ruidosa. Su amor es de antiguo, la pasión moderna. Sagitario manda, por una noche. 

Por la mañana, Lucía marcha a su aventura. Un master de postgrado en Stanford, una oportunidad de oro para saltar a un empleo envidiable y exitoso. Ricardo intentará terminar el último curso de su carrera, esa que eligió sin vocación, en la única que le admitieron con su nota media de selectividad. Anticipa una vida laboral aburrida y poco motivadora, se siente perdedor. 

Se sentía, tras esta noche dominando a sagitario, nota que recupera ese poder antiguo que ostentó.

Lucía luce un chupetón en el cuello, sonrosando sus lunares. No se esfuerza en ocultarlo, siente que sus fuerzas le están abandonando. Sagitario ha traspasado el poder a otra persona, se lo ha devuelto a su dueño. Cuatro años más tarde, un nuevo chupetón en el cuello regresa las personalidades a su origen. El poder de las estrellas.

30.7.20

Noche de verano





Luna nueva, noche oscura, una pequeña neblina anuncia la subida de la humedad desde el río. Ayudará a limar los rigores del estío más caluroso que se recuerda. El verano largo y aburrido en el pueblo, tras la cosecha del cereal, todos viven bajo una siesta prolongada donde la holganza y el aburrimiento campan como los dominantes del tiempo.

Oscar sigue con la mirada, oculto tras un grueso olivo, los movimientos de Claudia. Pasea desnuda por la terraza buscando un poco de alivio a las altas temperaturas del día. El fresco de los azulejos, una vez dejan de recibir los rayos del sol, calman sus pies. La creciente humedad acaricia su piel. Diecisiete años, suave, tersa, bella e inocente. Un poderoso imán que atrae la mirada profunda y fría de su admirador oculto. Finalmente se recuesta sobre un sillón de madera con amplios cojines de color teja, mullidos y perfectamente ordenados recién comprados en la oferta de verano del Leroy Merlin. Peina sus cabellos con su mano derecha, entreabierta para permitir la caricia de su melena al escurrirse entre los dedos. 

Acaba de ducharse, con agua fría, por tercera vez en el día. Es lo único que la calma del calor asfixiante de finales de julio.

Oscar se mueve despacio, con infinito cuidado evitando pisar hojas o palos sueltos en el suelo que denuncien su presencia apoyar su pie. Decidido, nota que es el momento, durante la noche perfecta. Sobre el horizonte descubre el brillo de Júpiter cabalgando sobre la constelación de sagitario. Es la señal.

Claudia se levanta con elegancia, ya seca tras un rato de espera, decide ir por una camiseta blanca larga hasta sus rodillas que utiliza como vestido informal en casa. En la mano, su celular donde elige su aplicación preferida de música. Ajusta sus auriculares inalámbricos con forma de telescopio y regresa al mismo sillón adoptando su postura preferida. Totalmente estirada, con las piernas abiertas buscando el mayor frescor posible. Su vocecilla interior le recuerda la opinión de su madre respecto a las posturas que debe adoptar una mujer. Superada la media noche y con esta oscuridad, manteniendo ella laluces apagadas ¿quién la va a juzgar por estar despatarrada?

Oscar ha aprovechado los dos minutos que ha necesitado Claudia para vestirse para avanzar con rapidez, La terraza de Claudia está en la planta baja, a un metro y medio de altura respeto al jardín de la piscina. Se encuentra justo detrás del sillón metro y medio más abajo. Siente el frío en su mano y un sudor descendente por la espalda, recorriendo su columna desde su nuca. Sus manos están húmedas por el calor y los nervios de la situación. Percibe el olor del champú utilizado y reconoce el gel usado, coinciden en sus gustos. Claudia huele a fresca, a primavera, a alegría y a dama de noche. La delicada flor que embriaga con su dulzor relajante.

La música está muy alta, Oscar distingue desde su distancia de manera nítida la letra y el ritmo de la música elegida por Claudia. No puede comprender la necesidad de subir tanto el volumen cuando está utilizando unos auriculares para ella sola.

La obligación le empuja, es la noche, el momento adecuado y su obligación es cumplir el mandato recibido. El frío acero del cuchillo cebollero que acaricia le fija en el objetivo, ese cuello blanco, fino y delicado.

-- Claudia, oye a su madre llamarla en voz alta. Claudia, repite cada vez más fuerte

Enciende la luz de la terraza para llamar la atención de su hija que sigue hipnotizada con su música de letras mascadas con la boca casi llena. A su madre le suena a ña, ña, ñá. 

Oscar se escabulle en el instante justo para salir del campo de visión de la madre. Ha pasado su momento, ha perdido su oportunidad. Huye aprovechando las sombras. 

Claudia nunca llegará a saberlo, salva su vida gracias a la oportunidad de su madre al aparecer para fijar que es el momento de acostarse en la cama.

Oscar lamenta su mala suerte. Es la noche sin luna, con humedad creciente y estaba a menos de un metro. Ha perdido su oportunidad, habría sido su décimo tercera pelirroja. Una lástima, con lo guapa que habría quedado... 

18.7.20

Noche de chicas





Mira que es incómoda la puta mascarilla, todo el día con ella puesta. Añade que estamos en verano y la temperatura no baja de treinta y cinco grados. Insoportable. La piel de mi cara comienza a revelarse en forma de acné. No he tenido problemas de piel desde la pubertad y de eso ya ha pasado media vida.

Hoy he quedado con mis dos incondicionales amigas de confidencias, noche de chicas. El tipo de velada donde los sentimientos se aliñan con cerveza y donde nuestro ritual exige terminar compartiendo una tarrina de litro de helado de vainilla con macadamias. Para envidia de mis incondicionales, mi metabolismo elimina toda esa grasa casi de inmediato, respetando mis muslos y nalgas. Poderosas y firmes sin rastro de acumulación. Tengo el culo de una treintañera cosa que me agrada. 

Nos encontramos en el local de siempre, Nuria e Idoia me esperaban en nuestra mesa habitual, la del fondo, ideal para poder hablar sin escuchas ajenas. 

- Marisa. Me llaman al unísono

Ritual de abrazos y besos a la oreja, no podemos fastidiar el maquillaje. Estamos las tres muy guapas, realmente nos esmeramos mucho más en arreglarnos cuando quedamos para ir de chicas que con cualquier otro plan. Por el rabillo del ojo somos conscientes de la expectación creada entre los camareros y clientes al ver a tres modelos saludarse, con ropas favorecedoras y sexis. Mi vestido ajustado de cintura y vaporoso en las piernas, con una abertura situada donde deben estar para lucir mis hermosas piernas asomando hasta donde se debe para presumir de escultura, el pecho recogido lo que me permite salir sin la opresión del sujetador y unas sandalias de tacón perfectas para prolongar figura y permitir lucir unas uñas perfectamente lacadas de color rosa coral.

El calor exterior se mitiga con el aire acondicionado, muy de agradecer.  Tras media hora en el local empiezo a echar de menos una prenda más, mis pezones, duros como perchas por efecto del frío marcan dos remaches entre el estampado.  Nuria e Idoia no son ajenas a la situación, que esperaban las muy putas para poder reírse de mí.

- Brindemos por las puntas de Marisa
- Calla, puta

La cena, frugal, transcurre en armonía. Las cervezas caen a un ritmo difícil de seguir. Son muchos años como expertas bebedoras de cebada, nuestro entrenamiento nos ha costado.

Propongo cambiar de sitio, deseo bajar la tensión de mis pezones en un clima menos frío. Disfrazadas tras nuestras mascarillas las tres con paso coordinado a ritmo de pasarela, buscamos una terraza acogedora para disfrutar de la noche y abrazar la poca brisa que refresca el ambiente.

Soy feliz junto a mis amigas, me entienden, nos apoyamos, sabemos todo de cada una. Cada una de nosotras somos lo más importante en la vida para las otras dos. No necesitamos hombres, ni madres, ni hijos. Solo nosotras. 

La noche de chicas la organizamos cada cuatro meses o cuando una tiene necesidad de ser escuchada. Esa noche es un oasis de felicidad, complicidad y empatía que me permite cargar las pilas para una temporada. Una ilusión. Esta noche al regresar a casa, vuelvo a mi mundo real, con mis dos hijas y mi marido que me quiere. Me gusta esa vida y hasta soy feliz. No digo yo que no. Pero que quede claro, echo mucho de menos a mis chicas.


14.6.20

Un nuevo mundo. Capítulo 12

El Coronel Petrov termina de repasar sus apuntes antes de partir hacia el Kremlim a primera hora del lunes, en la noche del domingo contactó con el General Volkov tras recibir los informes de sus agentes en Wuhan. Han contrastado la información por varias fuentes incluso la propia Olga Mamayev gracias a su identidad como la periodista Esther había podido hablar con tres medios chinos de comunicación. La noticia es cierta, una doctora del hospital de Wuhan ha sido sancionada y apartada del servicio tras anunciar que se estaban enfrentando a varios casos de neumonía provocados por un nuevo virus hasta ahora no conocido.Un coronavirus. Cifran el número de enfermos en varios centenares y con un índice de contagios muy acelerado. Un coche oficial le espera en la puerta para dirigirle directamente al despacho oficial del Secretario General. Vasili Ivanov le espera a las ocho y media en su despacho, en el mismo Kremlim coincide con el General Volkov. 
Buenos días Alexander 
Buenos días mi General 
Parece que nuestro plan empieza a dar sus frutos 
Me han actualizado datos esta mañana, parece que el número de enfermos se acerca al millar, China no tiene bien dotados sus hospitales, les faltan medios de protección y no encuentran la cura eficaz, van dando palos de ciego 
En gobierno chino no ha realizado ningún comunicado 
Su censura funciona con eficacia 
A diferencia de nuestra madre Rusia que con los años, hemos perdido eficacia en el control de las publicaciones
Nos hacen una señal, es nuestro turno para ver a Ivanov. 
Ambos se dirigen con paso firme y coordinado hacia el despacho presidencial. 
Camarada Vasili, habla el General, el plan avanza más rápido de lo que habíamos previsto. Nos confirman brotes de epidemia en Wuhan a niveles crecientes. Calculan nuestros matemáticos que en menos de quince días, tendrán una catástrofe sanitaria 
Catástrofe que taparán a ojos del mundo 
- De hecho ya han empezado, han silenciado a los médicos que han alertado a facultativos de todo el mundo, incluso han informado extraoficialmente a la OMS sin pasar por el gobierno chino 
A alguno le va a salir caro 
Tendremos que ser nosotros los que ventilemos su crisis de manera conveniente. 
Está previsto camarada Presidente, informa el Coronel, nuestro agente Olga Mamayev mantiene su cobertura como Esther Katz corresponsal israelí en China. Nada mejor que Israel para iniciar las noticias 
Excelente trabajo. ¿Respecto a la segunda parte del plan, qué me podéis decir? 
El agente está organizando el trabajo, en un par de semanas podrá ejecutar el plan 
Esperaremos, ahora lo importante es quebrar la imagen internacional de China. 
Ambos militares abandonan el despacho presidencial. Alexander Petrov sigue pensativo, el plan que afecta al agente Iván está muy verde y no le gustaría comprometer a su agente para evitar que le relacionen con Rusia, hablará con él directamente. Sabe que Olga le presiona para que sea en cuatro días. No quiere errores por precipitación. Le gusta pulsar la voluntad y el estado de ánimo de su equipo directamente, sin los filtros edulcorados de los responsables. 
Cada uno sube a su coche oficial y se pierden en el tráfico de la mañana en Moscú.  


Xiao Pi escucha preocupado las noticias que le llegan de Wuhan, nada menos que tres mil seiscientos nuevos enfermos en el día anterior, documentados por ingreso en hospitales, se desconoce el número de enfermos que están en sus casas. 
Estamos ante una epidemia que avanza de manera exponencial, expone el Ministro de Sanidad
¿Sabemos qué enfermedad es? Y ¿Su origen?, Xiao Pi se muestra preocupado
Solo especulaciones, varios médicos han comentado que se trata de un nuevo virus de la familia de corona. Es similar al SARS que nos asoló en 2002 y 2003. Parece que su velocidad de transmisión y su capacidad para extenderse son más altas en esta nueva versión vírica. 
¿Qué propone tu departamento? 
Aislar la población de Wuhan 
Hágase. Comunica con el Ministro de Información para reducir el impacto internacional.  


Iván recibe una llamada en su teléfono, es algo extraño, pues ese número solo lo conoce su responsable, Olga. Entra como número oculto. Duda si aceptar la llamada, le es muy extraño todo. Decide descolgar sin hablar para cerciorarse si puede ser el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS) chino, en caso de que le tengan localizado debe desaparecer en minutos. Desliza el dedo hacia el botón verde de su pantalla y queda en silencio 
Al habla el Coronel Petrov, buenos días Iván. Esta llamada está cifrada y no puede interceptarse
¿Coronel? ¿En qué puedo ayudarle? 
Estoy informado que tu carrera se inicia en cuatro días ¿Tienes el entrenamiento necesario a punto? ¿Necesitarías más tiempo?¿Cómo te encuentras de seguro para realizar la carrera? 
No esperaba su llamada, mi Coronel. Estoy bien, de verdad. La carrera es muy complicada me estoy encontrando muchas dificultades que debo solventar 
No tenemos excesiva prisa, no podemos permitirnos fallos ¿lo sabes, verdad? 
Soy el primer interesado que salga todo bien 
Por supuesto, ¿realmente y dime la verdad, estarías más cómodo con unos días más para prepararte? 
Prefiero trabajar con tensión, me quedo con los cuatro días 
Si te lo piensas mejor, no dudes en comunicar con tu responsable que necesitas algún día más para controlar todos los riesgos 
A la orden 
Suerte Iván. 
Perplejo mira la pantalla de su teléfono, no se esperaba que le llamara directamente el número uno de la agencia. Está claro que esta misión es muy importante, sopesará sus posibilidades reales 

Tom Richardson ha terminado su reunión con los responsables de las áreas rusas y chinas, sobre la mesa infinidad de suposiciones, casos probables sin mucha información. Su sensación es que América se encuentra en inferioridad de información con China. Sus agentes en China no son de primera línea y tampoco se encuentran cerca de puestos clave, juegan con suposiciones más que con hechos. Es tarde para lamentarse y no tiene tiempo para reorganizar estos departamentos. Pide que le den acceso directo al mejor agente de inteligencia en China. Esa llamada será efectiva en un par de horas, mientras tanto repasa los informes que le han entregado llenos de suposiciones e imaginaciones.  Con este montón de papeles no puede ir a ver a Marllow, reconoce que la agencia mejor dotada del planeta no dispone de información veraz del gigante asiático. El responsable del área de Rusia, tampoco le puede confirmar comunicaciones entre Moscú y agentes en China. Un simple papel, sin asociar a ningún informe, llama su atención en su mesa desordenada. Un papel sin grapa y sin perforación para anilla, de un blanco perfecto, con una marca de haber sido apretada con fuerza en un extremo. Toma la hoja que le ha llamado la atención. Es un aviso de comunicación cifrada y oculta entre Moscú, probablemente en despacho de Petrov y un lugar céntrico en Beijing. Dos minutos entre número ocultos y sin identificar. Curioso. Solicita las coordenadas más probables del receptor de la llamada.

Buen viaje, Joe

  Joe, simplemente Joe. Omitiendo, desde siempre, el rango familiar de tío. Recuerdo tu aterrizaje entre la familia cuando Ana, también sin ...